XI Congreso del PRD

Escrito por: 

Pascual Betancourt

La primera regla para el empleo de la política de frente único es la ruptura total e intransigente con la conciliación sin principios.
León Trotsky. Prólogo a El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo.

Después de haber estado convocado para el 30 y 31 de agosto y posteriormente hasta el año entrante, este 20 y 21 de septiembre se celebrará el XI Congreso del PRD en medio de una crispada y polarizada situación entre los personajes más visibles del partido, una vez más sin debatir los temas de fondo, una vez más, en aras de la unidad ¿A qué unidad se referirán estos personajes? ¿Cuál será el contenido del Congreso?

El Congreso se celebrará sin analizar los puntos más importantes para la lucha de los trabajadores y la razón definitivamente no es un sacrificio supremo de los delegados para salvaguardar la existencia del partido, la razón es que el próximo año hay elecciones y de por sí el impacto electoral del partido ha descendido drásticamente. Mostrarse divididos, al parecer de la dirección de las corrientes principales del PRD, dejaría al partido en peores condiciones aún y sería terrible retroceder en dicho terreno.

Para la gente de Nueva Izquierda es claro: en esta etapa nadie voltea a ver al PRD porque López Obrador (AMLO) y su gente se han vuelto demasiado intransigentes y por lo tanto, eso asusta a los ciudadanos que sólo quieren vivir en paz. No obstante, Alejandro Encinas a pesar de haber ganado, no llamó a la militancia para defender su triunfo, AMLO aún no convoca a la huelga general que hace dos años hubiera conjurado el fraude.

Más bien lo que ha sucedido es que AMLO y la dirección del gobierno legítimo no han sido lo suficientemente intransigentes. La dirección del PRD no puede extrañarse de la actitud de la población trabajadora hacia estos comicios intermedios. Desde antes de la consumación de la usurpación, FeCal ha lanzado una ofensiva bárbara en contra de nosotros: desde la represión a sangre y fuego que sufrimos en Oaxaca, hasta el lamentabilísimo atentado ocurrido este 15 de septiembre, pasando por supuesto por un enorme deterioro a nuestra calidad de vida.

Ante todos estos ataques, la mayoría de la dirección del partido en lugar de ponerse las pilas y organizar la huelga general que derroque al espurio, derrote la intención de privatizar a PEMEX y termine con esta escalada de violencia en el país, se rompen la cabeza de cómo poder mantener sus puestos electorales. Los cargos de representación popular son consecuencia del intervenir cotidiano y por cierto, en un aparato parlamentario cooptado por el PRIAN, para nuestros intereses como clase trabajadora, la participación legislativa en estos órganos es solamente una herramienta auxiliar de la lucha en las calles. La única voluntad que se ha podido hacer respetar dentro del recinto legislativo ha sido cuando la fracción perredista ha tomado por fuerza la tribuna y esta acción es fortalecida por movilizaciones de masas. En ninguna ley importante para nosotros, dicha voluntad podrá verse reflejada, tal ha sido el caso de la funesta privatización de PEMEX, que incluso al día de hoy, sigue estando en la cuerda floja, a pesar de la clara voluntad del pueblo trabajador de no entregar el petróleo a las garras de la industria privada.

¿Cómo funciona y para qué sirve un Congreso?

Un Congreso en una organización de lucha de los trabajadores, ya sea un sindicato o partido obrero, es el órgano más democrático de una agrupación de esa naturaleza; en el mismo, delegados democráticamente electos debaten las líneas generales de acción dentro y fuera de la misma organización. El resultado, en principio, debe ser acatado por el conjunto de dicha organización. Un Congreso con estas características presupone una vida activa y sana de la organización, así que una tarea inmediata por parte de los militantes de base y simpatizantes del PRD, si queremos un Congreso verdaderamente democrático, será la de reactivar la vida de nuestro partido en donde ésta haya sido asfixiada por burócratas incapaces de responder a nuestras necesidades y las del partido.

Bueno, y lo anterior ¿qué tiene que ver con el XI Congreso del PRD? Pues que en estos momentos, independientemente de que este Congreso aún no es como debería, lo que se debería debatir en el mismo no es la distribución de candidatos locales y federales, ni tampoco de la estrategia para ver si sacando comerciales en la tele podemos revertir la “percepción ciudadana” del partido, sino que lo que se debe discutir es cómo convocar a las demás fuerzas del país en un Frente Único, de forma que desemboquen en la huelga general. Ahora como nunca lo que se necesita es derrocar ya a Calderón, por mucho, es la prioridad para nosotros. El PRD antes que ser una agencia de colocaciones, debe ser un partido de lucha que refleje las demandas para la solución de los problemas que padecen los explotados y pobres de este país. El XI Congreso del PRD debe tener este principio básico como punto de partida en trono al cual orbiten todas las iniciativas que se planteen en el mismo.

¡Por un PRD con un programa socialista!
¡Frente Único y Huelga General contra la privatización de PEMEX y la escalada de violencia!

Periódico: 

Nacional: