La Huelga General de 1916 y la lucha obrera durante la revolución

Escrito por: 

Rubén Rivera

 

El movimiento revolucionario de 1910-17 es famoso por su carácter campesino, no obstante en el marco de su desarrollo la cuestión obrera es clave para definir su conclusión así como para establecer las razones que limitaron su alcance.
 
En aquellos años la principal organización era la Casa del Obrero Mundial (COM),la cual combinaba el sectarismo hacia el movimiento campesino revolucionario, con  el  oportunismo  hacia  el  gobierno que  le  ofreciera  mejores garantías de organización. Como eran anarquistas,  no tenían ni podían tener la idea de unificarse con los campesinos revolucionarios para rebasar al capitalismo. La otra  fuerza importante, al menos en el terreno ideológico para los trabajadores, era el Partido Liberal de Ricardo Flores Magón  (PLM), el cual lamentablemente estaba sumamente aislado y al mismo tiempo tenía menos disposición que los anarquistas  reformistas de la COM a llegar a acuerdos con Zapata y Villa, de hecho, los enfrentamientos armados entre magonistas y villistas eran comunes. La fuente de estas diferencias era que en los días previos a la toma de Ciudad Juárez, Madero ordenó a las tropas dirigidas por Villa desarmar a los magonistas. Villa, que no conocía los motivos por los cuales los miembros del PLM eran hostiles a Madero, los desarmó y expulsó. Así se sello una enemistad permanente.
 
El  6  de  enero  de  1915,  se  da  a  conocer  una  ley  agraria que pretendía contrarrestar el Plan de Ayala zapatista, mismo que había sido asumido por la Convención. Carranza por fin había cedido a los consejos de algunos de sus generales y al de  su  maquiavélico  asesor Luis  Cabrera.  La  idea  que  preponderaba en el campo carrancista era la de “prometer, no empobrece”. A la par se iniciaba una ofensiva de las tropas de Obregón hacia Puebla. La decisión tomada por Villa fue la de retirarse de la ciudad y continuar las batallas en zonas más cercanas a las de sus líneas de abastecimiento.
 
Al final, Obregón logra ocupar la capital, mientras que las fuerzas convencionistas se retiran con los zapatistas a Morelos. En la Ciudad de México, Obregón establece una política de  alianzas  muy  amplia,  incluyendo  a  los  supuestos anarquistas de la Casa del Obrero Mundial, ofreciéndoles garantías para extender su organización en la zona constitucionalista (17 de febrero de 1915). Producto de esta alianza surgen los Batallones Rojos, cuya significancia recaía más en lo que representaban que en el aporte militar que pudieran suponer.
 
En la Ciudad de México, luego de la derrota de Villa, los Batallones Rojos fueron disueltos. Tal parece que los dirigentes obreros creyeron que era en serio el compromiso con el constitucionalismo en el sentido de apoyar e impulsar las luchas obreras. Durante los primeros meses de 1916, las huelgas por reivindicaciones económicas se generalizaron. La principal causa del malestar obrero era el constante aumento de precios y la inutilidad que representaba el papel moneda de todos los signos pero principalmente el emitido por los carrancistas, los trabajadores pedían el pago en metalico.
Toda la zona dominada por el constitucionalismo fue espacio para la generalización de Casas del obrero mundial, de tal modo que cuando la lucha estallo esta se generalizó, pero principalmente en la capital donde la presión es tal que el 31 de julio, estalla una huelga general impulsada por el Sindicato Mexicano de Electricistas y apoyada por la Casa del Obrero Mundial. 
 
Evidentemente los anarcosindicalistas de la COM no pretendían un movimiento subversivo, pero en el marco de la parte  final de la guerra con la División del Norte y de la inestabilidad reinante, la huelga se convirtió en un peligro intolerable para  el  gobierno  carrancista, el  cual  ordena  la  detención y ejecución de los principales dirigentes. La COM, desconcertada, ordena el levantamiento del movimiento huelguístico el día 3 de agosto. La represión fue brutal, se ordenó la suspensión del derecho de reunión y se amenazó con la pena de muerte a quienes se atrevieran a promover actividades sindicales. De esta manera murió la COM, más con pena que con gloria. Así, el movimiento obrero quedó desorganizado por un periodo de tiempo. No obstante, la posterior industrialización del país trajo consigo el surgimiento de diversas organizaciones sindicales de toda índole.
 
La lucha obrera, aunque derrotada, se convirtió en un factor a tomar en cuenta, y por ello la misma necesidad de darle una respuesta se expresó en dos elementos claves en ese periodo. Por un lado, con la redacción del artículo 123 de la Constitución, el cual señalaba una serie de garantías sociales para defender el derecho al trabajo y establecía ciertos límites a la explotación. Con la redacción de dicho artículo, nuevamente se pretendía arrebatar posibles banderas políticas a otros grupos, ya fueran sindicales o campesinos, y afianzar políticamente al  gobierno  carrancista.  Ya  hemos  señalado que, para Carranza y Obregón, el asunto no era aplicar reformas sino manejar políticamente la promesa de las mismas.
 
La otra medida tomada desde el Estado para tratar de domar al latente peligro sindical, fue la construcción de un movimiento obrero dominado por el gobierno mismo, y ajustado a las necesidades del Estado capitalista y no de los trabajadores. El día 12 de mayo de 1917, bajo el impulso de Carranza, se crea la Confederación Regional Obrera de México (CROM). Por supuesto, el diseño de la nueva central no era perfecto, en ella también coexistían elementos residuales del anarquismo  y  otros  que  comenzaban a simpatizar con  las ideas del socialismo científico. No obstante, el Estado se encargó de asegurar que su empleado Luis N. Morones se quedara con el control de la organización. Dos años después, en 1919, los golpeadores de Morones se encargaron de eliminar de la central oficial tanto a anarquistas como a socialista.
 

Fecha: 

9 de mayo de 2006

Teoría Marxista: