Georg Lukács, la ‘Dialéctica de la Naturaleza’ y la ‘creación libre de la historia’

Escrito por: 

Daniel Morley, 28 de febrero de 2008

 

Lukács fue una figura de importante influencia en lo que se llamó ‘Marxismo Occidental’. Éste fue visto como una alternativa ‘humanista’ a la dominante ortodoxia estalinista del periodo de entreguerras y la posterior. Uno de los argumentos más significativos de Lukács era que (contrariamente a Engels) no puede haber dialéctica de la naturaleza. Dan Morley examina el debate y ahonda en la relación contradictoria entre la interpretación de Lukács del marxismo y del estalinismo.

Las ‘Leyes dialécticas de la historia y la naturaleza’ son conceptos confusos y, a menudo, desalentadores para los nuevos socialistas, que deben llevar sus mentes a muchos lugares. Al leer sobre esto, las personas son, con frecuencia, intimidadas por la rigidez y el determinismo aparente de estas ideas. Fuera de este malentendido, toda una escuela de pensamiento pseudo-marxista se ha desarrollado, la cual juega un papel nocivo por la plantación de ideas ajenas al movimiento obrero, tratando de vulgarizar o restringir el marxismo. El nombre de Georg Lukács surge como el héroe de este reformismo y criticismo cultural pequeñoburgués de ex-marxistas, aparentemente, por haber restringido el marxismo y por haberlo llevado a una forma más limitada, fácil de tragar, y de alguna manera menos revolucionario a la coyuntura. Los jóvenes estudiantes del marxismo pueden ser desviados por su ‘humanismo’ y por el énfasis en la cultura y el rol implícito del individuo. Decapitar el marxismo removiendo su objetivo, su énfasis científico, minimizar su papel revolucionario y sentido práctico se ha convertido en una herramienta adecuada solamente para la sociología pequeñoburguesa y el criticismo cultural. Por estas razones, esta tendencia debe ser combatida.

La influencia de estas ideas comenzó con Historia y Conciencia de Clase de Lukács, publicado en 1923. Concebido como un ataque a la ‘cosificación y el pensamiento cosificado’ (significando cosificación su propia comprensión de la alienación), criticó el Anti-Duhring de Engels por tratar de demostrar que las leyes de la dialéctica aplicaban tanto para la naturaleza como para la sociedad humana. En ese momento, el libro tuvo poco impacto, el contra ataque de Zinoviev y otros, simplemente forzaron a Lukács a ser enterrado junto a sus ideas. Pero desde la victoria estalinista y su incremento de la influencia sobre Europa a través de los países del Pacto de Varsovia después de la Segunda Guerra Mundial, estas ideas han hecho una reaparición a través del ‘marxismo humanista occidental’ de varios intelectuales pequeñoburgueses. Estos intrusos bien alimentados, trataron de negar la importancia de la lucha de la clase trabajadora, reaccionando contra el desafortunado peso de tomar en cuenta la realidad objetiva tanto como la compulsión de vivir en el mundo real, así como fue implicado en las teorías de Engels, prefiriendo hablar solo de ‘cultura’ y la necesidad de cambiar nuestro espíritu de pensamiento antes de tratar con la realidad. La influencia de la teoría de Lukács sobre el reciente pensamiento ‘marxista’ en la filosofía es similar a la teoría de ‘las dos etapas’ en la política, y debe demostrarse que es ajeno de las ideas genuinas del marxismo y la clase trabajadora.

La afirmación de Lukács de que las leyes de la dialéctica de la sociedad humana y el pensamiento no pueden aplicarse a la naturaleza es extraña – no tiene precedentes en el pensamiento dialectico. La dialéctica fue desarrollada, originalmente, por los antiguos griegos quienes pensaban, en un brillante acierto de la intuición ingenua, que las formas de la naturaleza debían ser similares a los de su propio pensamiento; esta tradición fue continuada por Hegel, quien intentó demostrar que dialéctica y ciencia eran compatibles. Esta idea, naturalmente, encajó bien con Marx y Engels, quienes intentaron extraer el ‘núcleo racional’ del misticismo de Hegel, al grado que Engels escribió un libro entero sobre este tema: Dialéctica de la Naturaleza. La idea de que las leyes dialécticas no tienen referencia en el mundo objetivo es, por tanto, ajena a la historia de la propia dialéctica.

Debido a que Lukács y otros desean retornar el marxismo a la subjetividad, a la vía ‘cultural’, deben negar la orientación objetiva del marxismo. Ellos solo pueden hacer esto señalando que Engels trabajó en la ciencia, porque carecía de la autoridad de Marx (después de todo, es llamado “Marxismo”, no ¡“Engelismo”!) y Marx no escribió sobre estos temas. Pero partes de “La Dialéctica de la Naturaleza” y todo el Anti-Duhring fueron editados por Marx. Sin embargo, su influencia directa sobre el trabajo anterior es pequeña, ya que murió cuando estaba siendo escrito. De este modo, la tesis materialista del libro fue, finalmente, demostrada como correcta ¡aun cuando ni siquiera la más grande de las mentes se encontraba a merced de las exigencias de la realidad del mundo material! Esta ironía se pierde en los Lukácsnianos y otros ‘humanistas’ quienes intentan demostrar que porque Engels, y no Marx, escribió sobre la dialéctica de la naturaleza, ¡Marx debe haber sido algún viejo romántico interesado solo en la sociedad y la cultura! Olvidan que esto es solo porque Marx estaba ocupado demostrando la importancia del mundo material ¡al sucumbir a él!

La idea de que la dialéctica es una lógica puramente subjetiva no tiene ninguna base en el marxismo o en las experiencias, muy reales, de la clase obrera. Es una ruptura repentina, no explicada apropiadamente por Lukács. Más bien él simplemente se limitó, sin atreverse a plantear su lógica esencialmente idealista porque es algo ajeno al marxismo. Pero a pesar de sus limitaciones (es decir, la completa falta de cualquier explicación o aclaración de Lukács) la idea tuvo éxito, porque resuena con los prejuicios idealistas de los profesores pequeñoburgueses.

La adopción del marxismo de Lukács

Georg Lukács fue un húngaro, nacido (en 1885) y criado en Budapest, aunque su lengua materna era el alemán. Luego se trasladó a Alemania para estudiar en 1906, siendo instruido por la sociología de Simmel y Weber (los primeros sociólogos pequeñoburgueses y críticos culturales, quienes incorporaron aspectos del marxismo, el ultimo un sociólogo burgués y apologista del imperialismo). Weber, quien conscientemente estaba opuesto al marxismo, ejerció una influencia considerable en Lukács a través de su idealista (aunque no del todo inútil) concepto del “tipo ideal”, y más particularmente, la idea de que las leyes de la sociedad humana son determinadas, fundamentalmente, por ideas, las cuales no tienen paralelo o determinante en el mundo natural.

La conciencia política de Lukács en Hungría era de un joven de la pequeña burguesía radical, era hijo de un rico banquero, pero el sofocante nacionalismo y el chovinismo del régimen Austrohúngaro, lo llevaron a “rechazarlos completamente y desde una temprana edad sintió una fuerte oposición a ‘toda la Hungría oficial’” (Parkinson, G.H.R., Georg Lukács, 1977, pág. 2). Debido a la dinámica de la lucha de clases, este odio, inevitablemente, lo llevo a los brazos del Partido Socialdemócrata de Hungría, al Partido Comunista de Hungría cuando se creó en 1918, y por supuesto, a las ideas de Marx y Engels. Sin embargo, como un joven intelectual pequeñoburgués, él “no tomó inmediatamente el paso decisivo de convertirse en un comunista”. Los acontecimientos de la Primera Guerra Mundial lo radicalizaron aún más, pero debido a su punto de vista pequeñoburgués fue conducido en un “estado de ánimo de depresión aguda”, con respecto a “la perspectiva de la victoria final por Alemania como una pesadilla” (ídem, pág. 4).

Por supuesto, en esta etapa Lukács era todavía relativamente joven (durante la Primera Guerra Mundial tenía 29-33 años) y los estados de ánimo de la desesperación, tanto como la indecisión sobre si adoptar el marxismo, son perfectamente entendibles. Sin embargo, Lukács, aun siendo comunista, nunca se separó de esta desesperada mentalidad en la “decadencia de la civilización occidental”, escribiendo en 1952 el libro La Destrucción de la Razón. Su adopción del marxismo después del colapso del régimen de Habsburgo fue repentina y sugiere un sentido de desesperación, sin oportunidad de girar a otro lado. Su amiga Anna Leznai dijo sobre la conversión de Lukács que “entre un domingo y otro, Saulo se convirtió en Pablo” (D. Kettler, 1971, pág. 35). Esto sugeriría que había pocos precedentes intelectuales de su repentino cambio, el cual está respaldado por bases moralistas e idealistas de sus tempranos artículos sobre bolchevismo: Bolchevismo como un problema moral (1918), La base moral del comunismo (1919), Tácticas y éticas (1919), El rol de la moralidad en la producción comunista (1919), y La misión moral del Partido Comunista (1920).

Todos estos artículos fueron escritos al mismo tiempo—o solo uno o tres años antes- los artículos que conforman su crítica hacia Engels en Historia y Conciencia de Clase. Él caracteriza la elección entre un reformista y un revolucionario, principalmente, como “un dilema moral” (Parkinson, op. Cit., pág. 5). Lukács declaro, abiertamente, que sus motivos para unirse a los comunistas eran éticos, y enfatizó los ideales de hermandad del Partido, antes que su vínculo con la lucha material de la clase obrera. La crítica hacia Engels en Historia y Conciencia de Clase está basada, no en las tradiciones reales del marxismo y la lucha de clases, sino en su propio interés particular en el idealismo alemán, o “filosofía moderna”, como él con aprobación lo sitúa:

“La filosofía moderna en sí, establece el siguiente problema: se niega a aceptar el mundo como algo que ha surgido independientemente del conocimiento del sujeto (el énfasis es mío) y en cambio, prefiere concebirlo como su propio producto… toda la filosofía moderna ha estado preocupada con este problema… hay una línea directa de desarrollo cuya cadena central, rica en variaciones, es la idea de que el objeto de la cognición puede ser conocido por nosotros, por el hecho de que, y en la medida de que ha sido creado por nosotros mismos” (Lukács, op. Cit. Págs. 111-112).

Así, se opone a la Dialéctica de la Naturaleza de Engels, porque no presta suficiente atención al interés de Lukács en su preocupación de la filosofía de “conocer el objeto”, sino siempre sólo en los objetos que hemos creado. ¿Pero no estamos creados a partir de la naturaleza pre-existente?

Este es un enfoque clásico al marxismo desde la perspectiva de los intelectuales pequeñoburgueses, quienes no han podido escapar de su estrecho punto de vista de su clase—el marxismo resuelve interesantes cuestiones filosóficas, en lugar de “resolver” la lucha de clases y basan su filosofía en esto. Esto es por lo que Lukács es tomado tanto como referencia por los profesores de filosofía. En la edad adulta, Lukács correctamente (aunque un poco exagerado) se refirió a su sus opiniones alrededor del año de Historia y Conciencia de Clase como una “utopía mesiánica”. La revista política Kommunismus, la cual editó al mismo tiempo que escribió Historia y Conciencia de Clase, “proclamaba un total rompimiento con todas las instituciones las cuales tienen su origen en el mundo burgués… Lukács dijo que los comunistas no deberían participar en los parlamentos burgueses… la misma utopía mesiánica fue expresada por su libro Historia y Conciencia de Clase” (Ídem, pág. 7).

Esta ruptura mecánica de la sociedad burguesa olvida que la clase trabajadora también vive en la sociedad burguesa, y recuerda uno de los ingenuos idealismos revolucionarios de los estudiantes anarquistas, y no debe ser confundida con una seria filosofía marxista, como sucede a menudo (¡En la medida que Lukács es, con regularidad, promocionado como un marxista que es superior a Engels!). El compromiso de Lukács con el comunismo fue genuino, y honorablemente se compromete en la guerra para defender al breve y joven Estado Soviético Húngaro de la invasión rumana. Pero, su ataque a Engels no proviene de un genuino enfoque marxista.

Siguiendo la crítica inicial del libro que se generó por parte de Zinoviev, Lukács, inmediatamente, guardo silencio y terminó interrumpiendo toda la filosofía política, concentrándose en La Crítica Literaria. Se retractó, en gran medida, de su anterior trabajo, así como se retractó de sus –leves- actividades revolucionarias durante el levantamiento húngaro de 1956. También se negó a criticar a Stalin y al estalinismo, más tarde admitió que a pesar de no estar de acuerdo con las censuras, el “leninismo” y la URSS fueron aislados y amenazados por el fascismo, y por lo tanto cualquier crítica abierta de las políticas estalinistas conduciría directamente a las manos del fascismo. Esta conformidad es directamente paralela a la locura estalinista de declarar que todas las otras tendencias son variaciones del fascismo (Fascismo Trotskista, Social Fascismo, etc.). Incluso afirmó que no podía dejar el Partido Comunista, o estar apartado de su línea, porque estando en él era la única manera de luchar contra el fascismo, cuando en realidad era todo lo contrario.

Pero el hecho de que su libro Historia y Conciencia de Clase fuera criticado por el “dogmatismo” de Zinoviev, y también el hecho de que se aleja de la posición marxista científica tradicional de Engels, la cual a veces es falsamente asociada con la naturaleza dogmática del estalinismo, se presta para apoyar el fantasioso argumento de Lukács de que la dialéctica es puramente humana y no natural, es de alguna manera un avance innovador y abierto para el marxismo. Pero, como hemos visto, su punto de vista tiene su base en su prejuicio de su “intelectualidad” burguesa que el marxismo es, fundamentalmente, una teoría moral que resuelve el idealismo alemán sobre las bases del idealismo. Esta “utopía mesiánica” y la incomprensión de Marx y Engels lo lleva directamente a su conformismo con el estalinismo, porque ambos son basados en prejuicios de la pequeña burguesía. De ahí la similitud entre su “total ruptura” de los parlamentos burgueses, y la “total ruptura” del estalinismo con la socialdemocracia, aparentemente por su fascismo, una posición que Lukács apoyaba.

El fetichismo de la mercancía y la cosificación

La teoría de la “cosificación” de Lukács, inspirada por la idea de Marx del “fetichismo de la mercancía”, formó la base teórica para su crítica de Engels. Necesitaremos entender las sutiles diferencias entre las teorías de Marx y Lukács para ver, claramente, la defectuosa base de su ataque a Engels.

Marx considera que la economía se reduce a las relaciones sociales. Pero en la sociedad capitalista las relaciones sociales toman la forma de relaciones de clase, basadas principalmente en la producción de mercancías, que son producto del trabajo humano destinados para el intercambio en lugar del consumo. Marx afirma que esto crea una perspectiva falsa o distorsionada del mundo:

“Este fetichismo de la mercancía tiene su origen… en el peculiar carácter social de la mano de obra que la produce. Así, un regla general de artículos de utilidad se convierten en mercancías, solo porque son productos del trabajo de individuos privados o grupos de individuos, quienes ejercen su trabajo de forma independiente (el énfasis es mío) el uno del otro. La suma total del trabajo de estos individuos privados forma el trabajo conjunto de la sociedad. Dado que los productores no entran en contacto social con los demás hasta que ellos intercambian sus productos, el carácter social especifico del trabajo no se manifiesta excepto en el acto del intercambio… por lo tanto, las relaciones que conectan el trabajo de un individuo con el del resto aparecen, no como relaciones sociales directas (el énfasis es mío) entre los individuos en el trabajo, sino como lo que realmente son: relaciones materiales entre las personas y relaciones sociales entre las cosas”. (Marx, K. El Capital, 1995, pág. 44).

Por lo tanto, el fetichismo de la mercancía consiste en esto: que el “trabajo conjunto de la sociedad” no puede ser teóricamente, ni armoniosamente unificado. Marx define claramente la producción como social – la producción de mercancías requiere de la producción social, o mejor dicho, el carácter social de la producción da lugar a la producción de mercancías-. Pero, viendo cómo las áreas de producción se realizan “independientemente una de la otra” la naturaleza social de la producción no es expresada directamente, sino más bien se expresa a través de objetos, específicamente mercancías. Esta determinada producción social es la base para la famosa conclusión de que en la sociedad capitalista las relaciones entre las personas, como se expresa en las ideas dominantes del capitalismo, aparecen distorsionadas, y determinada por las relaciones sociales entre objetos inhumanos. Si consideramos que Marx piensa que el trabajo es el principal, o incluso el único, medio por el cual afirmamos nuestra relación con el mundo objetivo, llega a ser evidente que como cada productor individual produce sólo una pequeña parte de un objeto –y por lo tanto, ella o él no es capaz de sentir que no tiene una completa relación con este objeto- no tienen casi ningún papel en el “trabajo conjunto de la sociedad” y no ha tenido parte en el trabajo de varios de los objetos que, él o ella, consume.

Creamos la sociedad capitalista con todas sus relaciones sociales y leyes económicas, pero aparece ante nosotros como algo enteramente separado de nosotros. No nos damos cuenta que, debido a que la humanidad la creó, podemos abolirla a favor de una mejor sociedad. En la explicación del fetichismo de la mercancía, Marx usa la analogía de la religión. Creamos los dioses, pero no estamos conscientes de este hecho y consecuentemente los concebimos como algo distinto de nosotros y así, irónicamente, nuestros creadores. En contraste, el pensamiento burgués trata de convencernos que la sociedad capitalista es natural y, por consiguiente, no puede ser cambiada.

Por tanto, el resultado teórico de la producción de mercancías, de acuerdo con Marx es que el conocimiento teórico de la humanidad, su ser consciente, no puede conectarse, directamente, al mundo de los objetos a través del trabajo. Las teorías del mundo objetivo basadas en estas premisas, por lo tanto presentan leyes naturales, objetivas como independientes del hombre, de tal manera que no podemos como sociedad adaptar nuestro comportamiento basado en el trabajo práctico a los resultados de las teorías.

Aunque Lukács está de acuerdo en la naturaleza de la base social para este problema, en contradicción con la conclusión de Marx y Engels, Lukács cree que “el sujeto cosificado de la práctica (es decir, el individuo alienado) trata al producto de su acción, combinada con otros sujetos similares, como un ley que gobierna la realidad objetiva” (Feenberg, A. op. Cit., pág. 125, el énfasis es mío). La diferencia entre las dos teorías es que mientras Marx y Engels describen las teorías alienantes como incapaces de comprender la conexión entre el hombre y el conjunto de la sociedad objetiva, Lukács considera las teorías de la alienación y cosificación como defectuosas porque tratan los objetos de nuestro trabajo como “ley que gobierna” y constituyen una “realidad objetiva”.

Una de las conclusiones correctas que Lukács extrae del fetichismo de la mercancía es que la radicalizada pequeña burguesía no puede encontrar una salida, porque no puede entender todo el movimiento de la sociedad. A esto Marx y Engels agregarían que se sienten alienados del objetivo mundo natural, el cual es de hecho la condición fundamental para su existencia. Lukács añade que esta posición social lleva a las teorías idealistas y a una respuesta idealista a la crisis del capitalismo. Respuestas pequeñoburguesas al capitalismo, en las cuales Lukács incluye al anarquismo, utopismo, reformismo, sectarismo y oportunismo, se caracterizan por cualquier tipo de esperanza utópica, de gran manera moralista o incluso mística para un futuro, pero ninguna de las cuales ha funcionado en la conexión con la actualidad o, alternativamente, la desesperación nihilista, sola y sin esperanza.

Esta caracterización es en general correcta, pero pierde el sentido más amplio –la razón de que la pequeña burguesía nade de un extremo a otro es por su posición en la sociedad- el individuo (y la pequeña burguesía es una individualista y atomizada clase) se determina por el vasto mundo objetivo, pero un individuo no tiene necesariamente un papel en este mundo objetivo. Él o ella necesita el mundo objetivo, pero el mundo no lo necesita a él o ella. Esta respuesta idealista de la pequeña burguesía no solo no comprende el funcionamiento del capitalismo, sino también no comprende su relación con la naturaleza que determina la sociedad.

De este modo, vemos la impotencia y el idealismo de sus puntos de vista. El idealismo expresa la contradicción entra la experiencia individual del mundo material, y las ideas sociales generales que el individuo haya adquirido. Estas ideas, como la moral, aparecen en la mente del individuo pequeñoburgués de forma poderosa y, sin embargo, separadas de la experiencia del día a día de la naturaleza y la sociedad. Por ejemplo, hay muchas respuestas pequeñoburguesas a los problemas ambientales que mistifican la idea de la naturaleza en una sociedad “verde”, como una especie de conciencia de un ser supremo abstracto, pero en la base de su ideología no hay claridad para llegar a esta abstracta sociedad “verde” desde la nuestra. Así, el problema que Lukács señala puede sólo ser entendido si la pequeña burguesía se coloca en el contexto de toda la sociedad y el mundo objetivo. Debido a que no está de acuerdo con hacer esto, porque ve el materialismo dialectico como algo que sólo describe leyes sociales y no que estas leyes se derivan de la naturaleza, su teoría no puede comprender, totalmente, la naturaleza del activismo pequeñoburgués.

El enteramente misterioso “idéntico sujeto-objeto de la historia”

Es la gran ironía de la teoría de Lukács, y otros como él, que al hacer los reclamos más ruidosos para superar el pensamiento pequeño burgués, se rinde ante él. Es como el hombre que esconde algo de su enemigo en la misma casa de su enemigo. "Tal vez si paso la mitad de mi libro menospreciando a la pequeña burguesía, nadie se dará cuenta el carácter pequeñoburgués de todo el libro”.

Lukács critica el intento de Engels para demostrar que las leyes dialécticas están presentes en la naturaleza, porque piensa que trata a la naturaleza como una entidad separada para la humanidad, haciéndonos que nos alejemos de ella. Este es un punto de vista extraño -, evidentemente, de la lógica dialéctica, que después de todo se basa en la diferencia y la contradicción, algo puede ser diferente de algo que también esté fundamentalmente interconectado con ello y una parte de un todo más amplio-. Como era de esperar, este extraño giro de la lógica proviene del principal interés de Lukács en el desarrollo del idealismo alemán. En su mente, Hegel casi completó el idealismo alemán tratando de resolver su contradicción central - la unificación del pensamiento y del ser, o sujeto y objeto como Lukács propone (Yo prefiero el pensamiento y el ser debido a que el sujeto-objeto implica algún tipo de diferencia absoluta entre el dos, mientras que para el marxismo el sujeto es un objeto, o se deriva de los objetos). Según Lukács esta unificación debe ser alcanzada al 'descubrir' los 'idénticos (!) Sujeto-objeto (?!) en la historia ", algo que Hegel no logró hacer.

Este es el tipo de jerga abstracta que le encanta al actual Marxismo postmoderno. ¿Qué es este "sujeto-objeto", y ¿cómo es 'idéntico'? ¿Idéntico a qué? ¿Quiere esto decir que el sujeto (es decir, el pensamiento humano, o como Lukács lo llama: el proletariado con conciencia de clase) es idéntico al 'objeto'? ¿Cuál es el problema entonces? Si quiere decir cualquier objeto, entonces él está haciendo al proletariado 'idéntico' con objetos particulares, lo cual es absurdo. Es de suponer que entiende por objeto el conjunto de la sociedad objetiva, lo que haría que el proletariado consciente sea uno con toda la sociedad. Por lo que sería la única clase, es decir, tendríamos una sociedad sin clases. Por lo tanto, el proletariado no existiría realmente como proletariado (volveré sobre esta contradicción más adelante). Pero entonces, sin duda lo que le da la objetividad a la sociedad es que se trata de una parte de la objetividad de la naturaleza, ¿y condicionada por ella? Seguramente y por lo tanto, el "idéntico-sujeto-objeto de la historia" sería capaz de elaborar la correlación entre sus propias leyes, y las otras leyes objetivas de la naturaleza, que es exactamente ¿lo que está haciendo Engels?

Una vez más, la crítica de Lukács a Engels no descansa sobre marxismo, sino su propio interés en resolver los problemas del idealismo alemán como él lo ve. Engels está mal, no porque contradiga al marxismo o los intereses de la clase trabajadora, sino porque él no reconoce al 'idéntico-sujeto-objeto' del idealismo. Por otra parte, Hegel en realidad nunca habló de algún 'idéntico-sujeto-objeto de la historia "de todos modos.

Esta teoría de que el proletariado con conciencia de clase representa al 'idéntico-sujeto-objeto de la historia "es particularmente interesante porque muestra la correlación entre el 'idealismo' de Lukács, el rechazo al 'humanismo' de Engels, y su estalinismo. Está claro que, para Lukács, este "idéntico-sujeto-objeto de la historia" significa que el proletariado se da cuenta de la verdad de la existencia humana, y se vuelve totalmente consciente de sí mismo. Pero debido al idealismo de Lukács, esto no significa el reconocimiento de nuestras condiciones de existencia y que conscientemente tengamos el control de ellas, sino simplemente reconoce que no hay condiciones para nuestra existencia,

La idea de que hemos hecho la realidad pierde su carácter más o menos ficticio: ... hemos hecho nuestra propia historia [el énfasis es mío] y si somos capaces de considerar la totalidad de la realidad como la historia (es decir, como nuestra historia, ya que no hay ninguna otra [el énfasis es mío]), nos habremos planteado a nosotros mismos, de hecho, a la posición desde la cual la realidad se puede entender como nuestra 'acción'. "(Lukács, G., 1971, p.145)

La libertad o la liberación del proletariado, por tanto, significa absoluta, libertad abstracta, la libertad de hacer historia como deseamos sin ninguna condición, "lo que no es necesario es que el proletariado debería actuar racionalmente. Que lo haga o no depende de su propia libre decisión". (Parkinson, op. Cit., P.52). Aquí la necesidad es vista como algo que corresponde a ser 'gobernado por la ley, la realidad objetiva' y no a la clase obrera, es decir, el comportamiento de la clase trabajadora es visto no como una parte del mundo objetivo. Lukács define claramente la libertad como algo independiente de la necesidad, de las leyes objetivas.

"La naturaleza es una categoría social... la forma de la naturaleza, su contenido, su alcance y su objetividad (el subrayado es mío) están todos condicionados socialmente." (Ibid, p.234). El mundo objetivo es visto como incapaz de ser independiente del pensamiento. Por supuesto, para los marxistas lo que la sociedad quiere decir, por naturaleza condicionada socialmente, y la naturaleza que conocemos es sólo y siempre la naturaleza que hemos alterado en relación con nuestros intereses. Pero esto ignora el punto más fundamental - que nuestros intereses están en el primer lugar condicionados por la naturaleza. En cierto sentido, podríamos decir que para Marx y Engels las condiciones naturales de la sociedad, condicionan nuestro abordaje de la naturaleza objetiva.

Esta contradicción entre el materialismo de Marx y Engels y el aparente subjetivismo de Lukács no ha pasado desapercibido a los comentaristas. De acuerdo con la discusión del principio de la práctica Feinberg "La discusión de Lukács se inclina hacia un concepto idealista de la producción como la creación del objeto. En estos términos, la identidad del sujeto y el objeto implica la preeminencia radical [sic] del sujeto en el sistema teórico." (Feenberg, A., op. Cit., P.124). Mészáros está de acuerdo con "el hilo de una dualidad irresuelta conduce, de una forma u otra, a través de todo el desarrollo de Lukács." (Mészáros, I., El concepto de dialéctica, Lúkacs, 1972, p.93) Desde el punto de vista del materialismo dialéctico, esto conduce al absurdo, porque, como Lukács admitió 44 años más tarde la "objetividad es el atributo material primario de todas las cosas y las relaciones "(Lukács, 1967 Prefacio, XXXVI) y la realidad consiste en la interconexión de todo". Por lo tanto cualquier cosa que interactúa con esta realidad objetiva debe ser una parte de ella, y estar interconectado, dependiente de y determinada por otros aspectos de la realidad objetiva. Este absurdo de la posición de Lukács desde la perspectiva del materialismo dialéctico es mostrado por Feenberg,

"Uno tendría que imaginar [al superar la cosificación como Lukács la describe] un sujeto-objeto idéntico a las acciones de las cuales no tendría consecuencias no deseadas, y a las cuales no encontrarían ningún tipo de contingencias en su entorno que lo requieran para ajustar y trascender lo que ha sido dado. Con la completa abolición de la cosificación, ninguna ley de la aparición surgiría de la práctica del sujeto, el cual, por lo tanto, podrá libremente crear el mundo (social) de acuerdo a su voluntad indeterminada”. (Feenberg, A., op. Cit., P.242)

Este absurdo es mostrado a continuación, por Marx y Engels, que argumentan que sin condiciones objetivas previas, toda acción y pensamiento se unirán artificialmente al objeto,

"La especulación, por un lado aparentemente crea libremente su objeto, a priori, fuera de sí mismo y, por otra parte, precisamente porque desea deshacerse de la sofistería de la dependencia racional y natural en el objeto, cae en la esclavitud más irracional y poco natural del objeto "(Marx, K. y Engels, F. la Sagrada Familia, 1975, p.70)

Los resultados políticos de subjetivismo de Lukács

La comprensión de Lukács de la clase obrera, entonces, está muy alejada de la realidad. Es esta liberación de la lucha de la clase de trabajadora de indicadores objetivos que le ha hecho tan popular entre los reformistas pequeños burgueses y revisionistas. Pero ¿cuáles son las consecuencias prácticas y políticas de una posición tan idealista?

Como podemos ver, este idéntico-sujeto-objeto representa una concepción filosófica abstracta de la consciencia y la clase obrera revolucionaria. No sólo esto, ello representa a la clase obrera cuando ha superado totalmente toda la cosificación del pensamiento a través de la socialización total de los medios de producción, lo que lleva a una sociedad sin clases - como la cosificación se produce por los efectos alienantes de la producción de mercancías, la sociedad de clases y la división entre el trabajo manual e intelectual, la trascendencia de la cosificación requiere una sociedad sin clases por completo sin divisiones entre el trabajo intelectual y manual.

Así que cualquier 'idéntico-sujeto-objeto' tendrá que corresponder a la gran masa de la sociedad sin clases. Sólo este "idéntico-sujeto-objeto" puede crear libremente historia y las leyes naturales, que es lo que Lukács entiende mediante la superación de la cosificación, porque la clase obrera como una clase realmente existente corresponde a condiciones cosificadas (es decir, el trabajo asalariado, producción de productos básicos). Entonces, ¿cómo esta clase cosificada, que no puede "crear libremente la historia", se convierte en este "idéntico-sujeto-objeto" si, estando compuesto de trabajadores asalariados alienados, no puede "crear libremente la historia", sino que sólo sucumbe a lo que se percibe como una "totalidad objetiva, gobernada por la ley “? ¿Cómo una clase que vive y se determina por el mundo real, físico, de repente se liberara de la realidad objetiva y construye libremente su propio subjetivo?

Este es el problema del idealismo descrito anteriormente por Marx y Engels - al tratar de escapar de las limitaciones del mundo objetivo, se crea un mundo subjetivo abstracto, que no se puede conectar con el mundo real, por lo tanto, se mantiene atrapado en el mundo real, siendo destruido ciegamente por los acontecimientos, ya que no puede conectar el mundo libre de sus pensamientos con el mundo físico real.

Esto es exactamente lo que pasó con Lukács - se auto censuró y se inclinó a la jerarquía estalinista. Resumiendo el estalinismo de Lukács, Kolakowski apunta a varias de sus críticas posteriores del estalinismo que muestran claramente que nunca se desvió de la lógica del centralismo burocrático, incluso cuando atacaba a Stalin,

"En principio, Stalin tenía razón contra Trotsky, pero el propio Stalin posteriormente siguió una política trotskista (!!!) en lugar de una leninista (!) " (Kolakowski, 1978, p.301) "él declaró [en 'Mein Weg Marx zu '] que, aunque él pensaba que Stalin se equivocó en muchos puntos, no se acopló a la oposición ... porque cualquier oposición podría haber degenerado en apoyo a fascismo [a pesar del hecho de que la política de Stalin, evidentemente, ayudó al ascenso del fascismo] "(p .303)

Incapaz de entender la marcha objetiva de los acontecimientos, y cómo esto puede llevar a la revolución, su teoría subjetivista tuvo que poner su fe en la voluntad del sujeto - el partido estalinista. En Historia y Conciencia de Clase, Lukács afirma explícitamente que, de acuerdo con su teoría (y hay que reconocer aquí que su lógica es coherente consigo misma) la clase obrera no puede alcanzar más que una "conciencia sindical", y por lo tanto necesita la mano guía del partido revolucionario, "El [proletariado] no puede viajar sin ayuda." (Lukács, op. Cit. P.197). ¡Demasiado para el 'idéntico-sujeto-objeto' del proletariado con conciencia de clase no cosificado! Lukács, mientras se pasa la mayor parte de su tiempo exagerando el papel de la consciencia de clase de los trabajadores en una especie de ojo que todo lo ve, después en la práctica reduce su papel al de una clase pasiva, localizada e históricamente corta de visión.

La única manera que Lukács puede unificar esta clase trabajadora pasiva con su abstracto 'idéntico-sujeto-objeto' es asignando este último al partido revolucionario. Ahora estamos empezando a ver los resultados políticos de subjetivismo en el marxismo - argumentando que la dialéctica no puede aplicarse a la naturaleza, lejos de llevarnos fuera del mundo "dogmático" y el "determinismo mecánico" del materialismo histórico, de hecho nos lleva justo al centro del dogmatismo estalinista.

Lukács a menudo critica correctamente a Hegel por buscar algún tipo de - 'mundo espiritual'- idealista absoluto para resolver los problemas de la historia en vez de hacer esto materialmente y concretamente. Como resultado, Lukács dice, su teoría está últimamente estropeada porque su solución no se puede conectar con la historia real, de hormigón de cualquier manera. A menudo, las críticas a la filosofía idealista de Lukács son muy buenas. ¡Él no está del todo equivocado! Pero Lukács ca en este este mismo error, solamente con la terminología marxista, al 'encontrar' la solución a la alienación de la conciencia abstracta del proletariado perfectamente consciente de clase. Pero esto sólo podría existir posiblemente en una sociedad sin clases, y por lo tanto está separado de la solución de los problemas del proletariado aquí y ahora.

Y esto también refleja al estalinismo. Del mismo modo que el estalinismo fue obligado a mantener la propiedad pública de los medios de producción, pero en última instancia, su propia lógica y la posición social pueden dar lugar a la restauración del capitalismo, por lo que la propia interpretación idealista de Lukács del marxismo, aunque correctamente defiende al marxismo en contra de sus enemigos, en última instancia, conduce al desarrollo de la "Escuela de Frankfurt" y la capitulación abierta al capitalismo.

Lukács muy claramente y correctamente señala las consecuencias políticas de su subjetivismo algunos años más tarde,

"Él [Lukács en 1933] dijo que el enfoque a sus problemas de su libro [es decir, Historia y Conciencia de Clase] era el del idealismo filosófico, no del materialismo, y que también estaba contaminado con un 'activismo subjetivista', lo que significa más o menos que asume que el fervor revolucionario no podría lograr nada, independientemente de las condiciones sociales. En 1934...criticó el trabajo aún más severamente, diciendo que el idealismo de la obra no sólo era falsa teóricamente sino también prácticamente peligrosa." (Parkinson, op. Cit. P.10)

En caso de que alguien tuviese cualquier duda en cuanto a la similitud entre el subjetivismo inherente (junto con su determinismo mecánico, dos lados de la misma moneda) en el estalinismo, y el subjetivismo de los ex-marxistas de la izquierda liberal y posmodernistas, la propia confesión de Lukács se ha perdida en el diluvio del revisionismo posmoderno que aquí ataca.

"Sinceramente sí creía que Historia y Conciencia de Clase estaba errado y creo eso hasta el día de hoy. Cuando, más tarde, los errores contenidos en el libro se convirtieron en las nociones de moda, resistí el intento de identificar estos con mis propias ideas y en esto también creo que yo estaba en lo correcto". (Lukács, 1967 prefacio, XXXVIII)

Su subjetivismo de clase fluye directamente al oportunismo estalinista y al frente populismo, mismos que resultaron en la victoria de Hitler. La lógica de Lukács es la de falta de confianza de la pequeña burguesía en la clase trabajadora.

Lo que Marx y Engels realmente pensaban

"El hecho de que nuestro pensamiento subjetivo y el mundo objetivo están sujetos a las mismas leyes, y por lo tanto, también, que a fin de cuentas no pueden contradecirse entre sí en sus resultados, pero deben coincidir, radica absolutamente nuestro pensamiento teórico completo". (Engels, F. dialéctica de la naturaleza, 2007, p.270)

Para Marx y Engels, la clase obrera es la verdadera clase revolucionaria precisamente porque se puede hacer un balance de su dependencia de la naturaleza en su conjunto mediante la socialización de las fuerzas productivas. Esto explica la declaración anterior - la clase obrera no puede 'superar' el mundo objetivo, pero puede comprender cómo su comportamiento y las necesidades están determinadas por y dependen del mundo natural y el mundo social objetivo. De ahí la importancia de Engels de escribir los dialéctica de la naturaleza. Por encima de todo, la clase obrera revolucionaria debe tener cabeza fría y ser objetiva al hacer un balance de su situación, no puede permitirse el lujo de pensar que puede "crear" la historia sin el debido respeto a las condiciones objetivas,

"Las revoluciones burguesas como las del siglo XVIII toman por asalto con mayor rapidez a la sociedad y van de éxito en éxito, sus efectos dramáticos superan los unos a los otros, los hombres y las cosas parece que se combinan con diamantes brillantes, el éxtasis es el orden del día- pero son de corta duración, que pronto alcanzan su cenit, y un largo Katzenjammer [crapula] se apodera de la sociedad antes de que aprenda a asimilar los resultados de su período de tormenta y estrés con sobriedad. Por el otro lado, las revoluciones proletarias como las del siglo XIX se critican constantemente a sí mismas, constantemente se interrumpen a sí mismas en su propio curso, vuelven a lo que parecía terminado, con el fin de comenzar de nuevo, se burlan con cruel minuciosidad de las medias tintas, de las debilidades y mezquindad de sus primeros intentos, parecen que solamente arrojan a sus oponentes de manera que el último pueda extraer nueva fuerza de la tierra y elevarse ante ellos de nuevo más gigantesco que nunca, retrocede constantemente desde la indefinida grandiosidad de sus propios objetivos - hasta que se crea una situación en la que volverse hacia atrás es imposible, y las circunstancias mismas gritan: Hic Rhodus, hic salta! [‘Aquí está Rodas, salta aquí', que significa 'aquí está la dificultad, o "esta es la forma en que tomamos el poder']" (Marx, K. El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, 1852)

En la misma obra, Marx señala que "Los hombres hacen su propia historia, pero no lo hacen en condiciones que estimen convenientes, sino que lo hacen en circunstancias transmitidas directamente desde el pasado". En caso de que nuestro Lukács haya inspirado a teóricos de la cultura post-modernistas no son muy claros sobre cómo Marx y Engels pensaron que sería toda la existencia humana, citemos uno de sus comentarios más sorprendentes sobre la cuestión de la libertad humana,

"Como un ser objetivo natural, encarnado, sensible, él [el hombre] es un ser sufrido, condicionado y limitado, como los animales y plantas. La razón de sus impulsos existen fuera de sí mismo como objetos independientes de él, sin embargo, son objetos de sus necesidades, objetos esenciales que son indispensables para el ejercicio y la confirmación de sus facultades”. (Marx, K. Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, 1959 p.204)

Pero sólo porque la humanidad se encuentra constantemente limitada por la naturaleza, esto no hace de la humanidad una especie de sistema de cifrado sin sentido que es empujado y tirado por leyes fijas.

"Para mí no puede haber duda de la construcción de las leyes de la dialéctica en la naturaleza, pero hay que descubrirlas y hay que evolucionar de la misma." (Engels, F. Anti-Dühring, 1947, p.19)

Engels no está creando subjetivamente leyes para supuestamente controlar y limitar la realidad y el entendimiento humano de las leyes naturales que lo rigen, en la forma prohibitiva de leyes judiciales, pero es muy simple decir que las leyes objetivas describen en lugar de proscribir la realidad. Su 'eternidad' se deriva del hecho de que, si la naturaleza es objetiva, siempre debe comportarse de la misma manera solamente si se dan las mismas circunstancias,

"Sabemos que el cloro y el hidrógeno, dentro de ciertos límites de temperatura y presión y bajo la influencia de la luz, se combinan con una explosión para formar gas de ácido clorhídrico, y tan pronto como sabemos esto, sabemos también que esto se lleva a cabo en todas partes y en todos los momentos en los que las condiciones anteriores están presentes, y puede ser un tanto indiferente, si esto ocurre una vez o se repite un millón de veces”. (Engels, F. dialéctica de la naturaleza, 2007, pp.237-8, el subrayado es mío)

Por lo tanto la tarea de Engels como él lo ve no es encontrar las leyes que determinan una repetición interminable de los mismos hechos, sino simplemente mostrar que, dadas las mismas condiciones, siempre obtendremos el mismo resultado. Sin este principio, el conocimiento humano cae en lo particular, y la regularidad entre la previsibilidad de los acontecimientos parece fortuita. Marx aplica exactamente el mismo método para analizar el capitalismo - sin este principio, el curso del desarrollo de la sociedad capitalista parecería arbitrario e impredecible. Es por estas razones que Engels dijo que él no trató de 'construir las leyes de la dialéctica en la naturaleza'. En su lugar, cree que para entender la eternidad necesaria de las leyes naturales, es necesario tener en cuenta las condiciones particulares de cada caso para determinar si se aplican ciertas leyes, y cómo,

"De una manera exactamente fija para cada caso individual, los cambios cualitativos sólo pueden producirse mediante la adición o sustracción cuantitativa de la materia o de movimiento." (Ibid, p.64, el subrayado es mío)

La clase obrera, al luchar y ganar su libertad, en realidad está ganando conocimiento de cómo está determinada por la naturaleza. Sin este enfoque sobrio, el proletariado nunca llegará al poder, o por lo menos no sería capaz de cambiar la sociedad y el trabajo de conformidad con las leyes naturales,

"A cada paso se nos recuerda que de ninguna manera podemos gobernar sobre la naturaleza como un conquistador sobre un pueblo extranjero, como alguien que está fuera de la naturaleza - sino que nosotros, con la carne, la sangre y el cerebro, pertenecemos a la naturaleza, y existen en su seno, y todo nuestro dominio sobre ella consiste en el hecho de que tenemos la ventaja sobre todos los demás seres, somos capaces de aprender sus leyes y aplicarlas correctamente”. (Ibid, p.183)

De ahí el hecho de que tanto Marx como Engels buscaron la liberación de la humanidad, no en el cielo sino en el control consciente de los medios de producción para todos los fines de la sociedad,

"Esta regulación [del mundo natural], sin embargo, requiere algo más que el mero conocimiento. Se requiere una revolución completa en nuestro hasta ahora existente modo de producción, y al mismo tiempo una revolución en todo nuestro orden social contemporáneo." (Ibid, p.184)

En consonancia con el principio de que la humanidad es una parte de la naturaleza y con una libertad determinada, Engels ha caracterizado la libertad ni tan pura, sin límites, ni como inexistente. Para Engels, los humanos no son pasivos, inconscientes recipientes pasivos para las "leyes eternas ' de la naturaleza, sino, seres conscientes, prácticos, activos, que, a través del trabajo, pueden captar, dominar y explotar las leyes de la naturaleza para sus propios fines.

En conclusión, el intento de Engels en una dialéctica de la naturaleza, que muestra cómo las leyes del pensamiento humano y de la sociedad reflejan los de la naturaleza, se basa en el principio marxista de que la naturaleza precede, y determina las condiciones de la humanidad. Por lo tanto, de acuerdo con el enfoque marxista el único camino para la humanidad para liberarse es descubrir todos los principios ocultos de la naturaleza y dominar los en su conjunto para que la sociedad humana ya no está a merced de las leyes ciegas de la naturaleza sino en las manos los seres humanos conscientes, libres. Pero la libertad no es simplemente una cuestión de entender las leyes de la naturaleza. Ese es un elemento necesario, pero no suficiente. Los seres humanos también deben revolucionar la sociedad, deshacerse del capitalismo, y establecer una sociedad socialista donde las personas conscientemente y colectivamente determinen sus políticas. En otras palabras, dentro de la sociedad capitalista hemos recorrido un largo camino hacia la identificación de las leyes de la naturaleza, pero apenas somos libres, ya que nosotros no controlamos nuestras propias relaciones sociales, sino que en su lugar dejamos que sean determinados por las leyes del mercado, etc.

El revisionismo subjetivista de Lukács

Ahora podemos analizar cómo y por qué la crítica Lukács a Engels difiere fundamentalmente de los principios del materialismo dialéctico. Mientras que una premisa de esto es que la humanidad o "sujeto" es una parte de la totalidad de la naturaleza (hay que tomar en cuenta que esto no quiere decir que "sujeto" es lo mismo que la naturaleza, debido a que la naturaleza la constituye todas sus diversas partes, tales como planetas, océanos, árboles, etc., así como la humanidad, a partir de las cosas mencionadas anteriormente "sujeto" evidentemente difiere) Lukács asume desde el principio que el "sujeto" y "objeto" son dos cosas diferentes, como si se colocan de lado a lado. Al criticar a Engels, Lukács afirma que las leyes dialécticas no se pueden aplicar a la naturaleza como independientes del "sujeto" porque la dialéctica está necesariamente fundada en la interacción del "sujeto" y el "objeto", "él [Engels] ni siquiera menciona la interacción más vital, a saber, la relación dialéctica entre el sujeto y el objeto en el proceso histórico, y mucho menos le da la importancia que merece”. (Lukács, G. op. Cit., P.3) Lukács hace este punto aún más claro en las notas al ensayo citados desde arriba,

"Los malentendidos que surgen del reporte de la dialéctica de Engels pueden en su mayor parte atribuible al hecho de que Engels... extendió el método para aplicarlo también a la naturaleza. Sin embargo, las determinantes cruciales de la dialéctica -la interacción entre sujeto y objeto…están ausentes de nuestro conocimiento de la naturaleza”. (Ibid, p.24)

La consecuencia de lo anterior puede ser que el "sujeto" es de alguna manera diferente de la naturaleza, de lo contrario no podríamos aislar una dialéctica de la sociedad de una tentativa dialéctica de la naturaleza, es decir, Lukács está simplemente suponiendo que el "sujeto" es diferente y no una parte de la naturaleza al hablar de una diferencia fundamental entre la interacción del sujeto y del objeto y la interacción de dos objetos. Pero si la humanidad es parte de la naturaleza, entonces, su interacción con otros objetos de la naturaleza no es absolutamente diferente en principio, a partir de la interacción de dos objetos independientes de la humanidad. El lenguaje de Lukács equivoca aquí los principios del materialismo dialéctico de una manera sutil. Considerando que, como Lukács admitió 44 años después, en su prefacio de 1967 a la "Historia y Conciencia de Clase" , Marx declaró que "la objetividad era el atributo material primario de todas las cosas y las relaciones" (Ibid, XXXVI) Lukács habla del "sujeto" como si no fuese una parte de esta objetividad. Pero Marx muestra que, al igual que con Engels, el materialismo dialéctico necesita que la humanidad en sí sea un objeto,

"El hombre vive de la naturaleza - es decir, la naturaleza es su cuerpo -. Y tiene que mantener un diálogo continuo con ella si no quiere morir. El decir que la vida física y mental del hombre está ligada a la naturaleza significa simplemente que la naturaleza está ligada consigo misma, ya que el hombre es parte de la naturaleza”. (Marx, K. Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, 1959, énfasis mío)

De un extremo al otro

Una característica fundamental del pensamiento burgués y pequeñoburgués es crear dicotomías falsas, absolutas y mecánicas de los opuestos interrelacionados realmente existentes, y luego oscilar de un lado de esta falsa dicotomía a la otra. En reacción a la barbarie del estalinismo, tales pensadores han asociado erróneamente el dogmatismo que va con esto con el materialismo de Marx y Engels en particular. Pero la ingenua respuesta es igualmente dogmática - para automáticamente estremecerse y retroceder en una extraña especie de esnobismo intelectual desde el realismo y objetivismo del marxismo. Pero si el estalinismo era dogmático, ya que no entendía ni quiere entender el marxismo genuino, sólo para repetir sus frases hechas, minando la energía de su autoridad entre el pueblo ruso, entonces el estúpido dogmatismo de los idealistas pequeño burgueses que también no quieren entender el genuino materialismo es imagen leal del estalinismo.

Al huir de la interpretación mecánica del marxismo, Lukács y sus seguidores han hecho un gran daño al marxismo al pretender que su idealismo representa el verdadero significado de la filosofía de Marx. Debido a que su filosofía es profundamente idealista y representa el punto de vista de los intelectuales pequeño burgueses, la lógica de sus pensamientos en última instancia, sólo puede conducir en una dirección -la rendición ante el capitalismo. De ahí que los que están directamente influenciados por Lukács (en particular la Escuela de Frankfurt) han hecho exactamente esto, defendiendo la necesidad de cambiar de mentalidad y de "valores espirituales" antes de crear una nueva sociedad. Pero cambiamos el mundo y nuestras ideas por medio del trabajo sobre la base de la necesidad, no los caprichos ideológicos de los profesores.

Lukács dijo que el proletariado no debe "tomar el mundo tal como es" (Kolakowski, L. Las Principales Corrientes del Marxismo: La Ruptura, 1978, p.276). En el sentido de que para la dialéctica, ningún objeto permanece tal como es, esto es cierto. Pero lo que no es cierto es que el materialismo dialéctico considera la "realidad objetiva" como un concepto subjetivo que se puede torcer a la voluntad del proletariado unido y con conciencia de clase. Con el fin de superar la limitada y estricta psicología del 'aquí y ahora' de una atomizada sociedad capitalista, el proletariado debe tomar el mundo como realmente es - la interconexión y el flujo constante de cada cosa objetiva basada en las leyes objetivas definitivas. Además, debe tomar su lugar entre estas las leyes de relaciones de los objetos, y demostrar en la práctica que el conjunto de la sociedad es una expresión de estas leyes, mediante la conexión consciente de los deseos y necesidades objetivas de la humanidad con el mundo material y el uso de estas leyes para adaptarse a sus fines.

 

Fecha: 

9 de mayo de 2016

Teoría Marxista: