México: ¿Socialismo o Barbarie?

Escrito por: 

Carlos Ricardo Márquez

43ayotzinapa.pngEn dos años, el gobierno de Peña Nieto había avanzado a pasos agigantados en reformas por mucho tiempo soñadas por la gran burguesía. Parecía un gobierno imparable al que el movimiento de los trabajadores no podía hacer frente de manera seria. Pero décadas de ataques y luchas han llevado a que de manera subterránea se vaya desarrollando un gran cuestionamiento al sistema y al régimen que lo sustenta, un sentimiento de que las cosas no van bien y que hay que actuar para que cambiar de raíz al sistema se apodera de la sociedad. Un ejemplo, son los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional, que emprendieron una huelga de 76 días para luchar por su futuro, por educación de mayor calidad y democrática. Casi al mismo momento que 44 escuelas del IPN entraban a un paro generalizado los acontecimientos en Ayotzinapa, donde fueron asesinados 3 estudiantes y desaparecidos 43 más, han sacudido al país entero y pusieron los ojos del mundo en México. 

 
El diario Reforma señaló, el 1° de diciembre, que en los últimos cuatro meses la aceptación de Peña Nieto cayó de 50% al 39% mientras que el 81% de la población ve como mal o muy mal su combate a la violencia y en cuanto al combate a la corrupción el 72% desaprueba las medidas del gobierno. El Universal por su parte dijo que el 54% de la gente piensa que el actual gobierno está en su peor momento mientras que el periódico Excélsior dijo que el 60% de los mexicanos está en contra de cómo está gobernando el presidente (El País, 2 de diciembre de 2014).
 
Después del caso Iguala la reputación del presidente ha caído aún más al descubrirse que su esposa, Angélica Rivera, había adquirido una casa de 7 mil millones de dólares, la empresa que fabricó la casa estaba involucrada en un proyecto de construcción ferroviaria con capital chino de cerca de 3,750 millones de dólares que tuvieron que cancelar. 
 
Una muestra clara del desprestigio gubernamental es que la empresa Televisa, que ha dado apoyo y proyección a Peña Nieto desde antes de ser candidato presidencial, se ha distanciado. Loret de Mola, uno de sus principales comentaristas de noticias, y Eugenio Derbéz, uno de sus principales cómicos, han realizado comentarios críticos “apoyando” la causa de Ayotzinapa y criticando al gobierno. Le mandan la señal: “Si te hundes, lo harás sólo, no nos llevarás contigo”. Ante ese alejamiento Peña Nieto, el 7 de diciembre, señaló que Televisa es un mótivo  de orgullo para los mexicanos.
 
La revista Times de EEUU, a inicios de 2014, había sacado en su portada a Peña Nieto con la leyenda “Saving Mexico” (“Salvando a México”).  En noviembre pasado esta misma revista señaló: “[el caso Ayotzinapa] ha causado un terremoto político de la talla de los que México no ha visto en generaciones – tal vez incluso desde la revolución de 1910”. Es posible que las protestas no hayan superado a las del 2006 contra el fraude electoral, pero el descrédito del régimen es enorme y las masas están dando muestras de querer cambiar de una vez por todas está situación de caos, pobreza y violencia que viven a diario bajo el capitalismo mexicano.
 
El terror continúa
 
Solo en la primera semana de diciembre fueron asesinados al menos  4 estudiantes. Dos de ellos de la UNAM, otra fue Erika Bravo de Michoacán quien fue desollada y la última es Edith Gutiérrez, estudiante del politécnico quien fue asesinada  al regresar a su casa, después de salir de una asamblea estudiantil de su escuela durante la huelga. Algunos de esos crímenes podrían catalogarse como comunes, pero reflejan la realidad de un sistema que asesina a lo mejor de la sociedad, a su juventud.
 
La violencia es cotidiana, en el año 2010 fueron encontrados 72 migrantes asesinados en San Fernando Tamaulipas, entre abril y octubre de 2011 se encontraron más de 330 restos humanos en fosas clandestinas en Durango, en mayo de 2012 49 cuerpos fueron apilados en una carretera de Nuevo León. En Tlataya, Estado de México, el 30 de julio de 2014, el ejército fusiló a 15 personas que se habían rendido después de un enfrentamiento. Los sucesos de Ayotzinapa han sacado a la luz  que el Estado de Guerrero está lleno de fosas clandestinas, asesinados y desaparecidos. No son sólo 43, Amnistía Internacional ha denunciado que son más de 22 mil desaparecidos, sólo en el año 2014 fueron más de 5 mil. Masacres, decapitaciones, homicidios… son historias de todos los días. ¿Cómo hemos llegado a esto?
 
De reformas a contrarreformas
 
La base de toda esta descomposición social se encuentra en primer instancia en el deterioro constante de los niveles de vida de las masas, la sobre explotación, el crónico desempleo y el saqueo del país por parte de los grandes capitalistas nacionales y extranjeros. Según la OCDE, en la actualidad, 22% de los jóvenes entre 15 y 29 años no estudia ni trabaja equivaliendo a 7 millones 337 mil 520.
 
México, gracias a su revolución y al desarrollo industrial que se generó en las décadas posteriores, creó un cierto Estado de bienestar. Entre 1934 y 1981 la economía creció en más de 6% anual. Para poder desarrollar el capitalismo el Estado tuvo que intervenir en la economía, se nacionalizó el petróleo, la electricidad, la banca, se absorbió la mayoría de la industria telefónica (Telmex) y miles de empresas eran propiedad estatal como las siderúrgicas, mineras, empresas de fertilizantes, etc. 
 
La revolución mexicana, si bien no hizo justicia plena para las masas de obreros y campesinos ―lo que solo hubiera sido posible con la toma del poder de los obreros en alianza con los campesinos y el establecimiento de una economía estatal planificada democráticamente― sí dio concesiones importantes a estos, se crearon grandes instituciones sociales de seguridad social como el IMSS y el ISSSTE, en el año 1965 había 870 unidades hospitalarias y consultorios y 7900 médicos, para 1980 había ya 8100 consultorios y hospitales y más de 52 mil médicos. También se crean instituciones de vivienda para los trabajadores como el FOVISSTE o el INFONAVIT, así como la CONASUPO que hasta la fecha da leche a precios accesibles para que los niños puedan acceder a ella, etc.
 
En los años 30, con Lázaro Cárdenas, se crea el Instituto Politécnico Nacional para generar los cuadros técnicos que se requerían para desarrollar al país, también se forman las normales rurales, incluso llegó a decretar la educación socialista, aunque Trotsky que vivía en el país, haciendo un balance de ello, diría que el ejemplo de México demostraba que no era posible tener una real educación socialista sin socialismo. En la década de  1950 se expropia una hacienda en Chapingo, Estado de México, para que dejara de ser una propiedad de acaudalados terratenientes y fuera una escuela para los campesinos pobres, que hasta la fecha de hoy tiene como lema: “Explotar la tierra no al hombre”. En general se vio una masificación de la educación a todos sus niveles. La UNAM en 1924 tenía 9 mil estudiantes, 72 mil para 1964 y casi 300 mil para 1980.
 
La constitución de 1917 tiene un carácter burgués, sin embargo los campesinos y obreros en armas obligaron a que en ella se plasmaran derechos para los trabajadores del campo y la ciudad. Ha habido grandes auges en la lucha de los trabajadores que permitieron avanzar en la obtención de concesiones y derechos, eso se vio en los años 20, en los 30 con Cárdenas o en la llamada insurgencia sindical de la década de 1970.
 
Con esto no queremos dar una visión idealizada del régimen surgido con la revolución. El Estado bonapartista se balanceaba entre las clases pero defendiendo siempre al sistema capitalista, daba concesiones a sectores de las masas y reprimía duramente a sus opositores, ejemplo de ello fue la represión de las huelgas de los maestros en 1954; de los ferrocarrileros en 1958; el asesinato del dirigente campesino Rubén Jaramillo en 1962; la represión al movimiento de los médicos en 1964-65; la masacre de estudiantes el 2 de octubre de 1968; la guerra sucia de la década de los años 70 donde desaparecieron cientos de activistas del movimiento obrero, revolucionario y estudiantil; el asesinato de más de medio millar de militantes de base del PRD, cuando este aún tenía un fuerte arraigo popular; la represión a la lucha zapatista y a las comunidades indígenas como lo fue la masacre de Acteal en 1997; masacres como Aguas Blancas o el Charco en Guerrero; la terminación violenta de la huelga de la UNAM en el 2000; la represión al pueblo de Atenco en el 2006, cuando Peña Nieto gobernaba el Estado de México; el desalojo violento del Zócalo en el 2013 cuando los maestros mantenían un plantón; los presos políticos del periodo peña-nietista y anteriores o la represión arbitraria contra manifestantes que pedimos la aparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, estos son solo algunos  ejemplos del verdadero carácter del régimen.
 
Pese al carácter reaccionario del régimen que sustenta al capitalismo mexicano, en el pasado hubo progresos como un cierto desarrollo industrial y de hecho, bajo la presión de la lucha de los trabajadores, se dieron concesiones a las masas. Sin embargo hoy no vemos reformas sino contrarreformas. México sólo expresa localmente el carácter actual del sistema capitalista en su conjunto, que en un país tras otro arrebata todo lo conquistado. En la Europa civilizada los obreros griegos, españoles, italianos o portugueses, comprenden bien sobre esto. 
 
Una burguesía parasitaria
 
Desde el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988) inició la ofensiva contra los trabajadores que se intensificó durante el gobierno de Salinas (1988-1994). Se han ido privatizando las empresas estatales siendo el Estado quien ha amamantado a la nueva burguesía nacional parasitaria, la economía se ha atado aún más a la de Estados Unidos; el campo se ha destruido importando más maíz del que producimos, que es nuestro alimento principal, obligando al campesino a buscar alternativas de supervivencia como la migración o el cultivo de drogas; se han destruido los contratos colectivos, se destruye la organización sindical, se intensifica y extiende la jornada de trabajo y los salarios disminuyen. Cifras oficiales estiman que el 42% de los mexicanos somos pobres.
 
En 1987, cuando la revista Forbes comenzó a publicar el listado de los hombres más ricos del mundo, Garza Sada era el único capitalista mexicano que aparecía y 4 años después también se encontraba el nombre de Emilio Azcárraga. En 2013 ya son 35 mexicanos en el listado y uno de ellos la encabeza: Carlos Slim. En realidad deberían ser 36 mexicanos dado que el Chapo Guzmán fue borrado de la lista por razones políticas y no porque haya dejado de ser un prominente empresario de la droga. Las fortunas de los 35 hombres más ricos de México aparecidos en Forbes suman casi 170 mil millones de dólares (Datos tomados de Martí Batres G., El gran Fracaso: las cifras del desastre neoliberal mexicano, Brigada para leer en libertad).
 
La burguesía mexicana históricamente ha sido parasitaria, subordinada al imperialismo e incapaz de jugar un papel progresista. Se ha tenido que valer del Estado para poder tener algún tipo de desarrollo. Un dato que demuestra esto es que en la década de los 80 ingresaron al Estado 30 mil millones de dólares por la venta de industrias estatales, pero posteriormente gastarían 90 mil millones de dólares para rescatar a esas mismas empresas privatizadas. 
 
El Estado juega el papel de madre sobreprotectora de los capitalistas. Pemex había destinado el 70% de sus ingresos al erario público (63 mil millones de dólares en 2011), representando 40% del presupuesto Estatal. Por su parte América Movil solo destina 6.1% de sus ingresos a impuestos, Telmex 6.5%, Peñoles 9.2%, Walmart 2.1%, televisa 5.%, Bimbo 2.3%... Ni sumando el impuesto que dan todas las empresas privadas juntas se iguala lo que Pemex da. (ibíd.)
 
En 1982 existían 1155 empresas públicas, para 1993 sólo quedaban 213. Pero industrias claves como la energética aún se habían mantenido bajo control estatal y toda una serie de leyes dificultaban que fueran aún más lejos los capitalista en el aplastamiento de los sindicatos y la sobre explotación de la clase trabajadora. El gobierno de Peña Nieto en 2 años avanzó en la legalización y aplicación del programa de la burguesía de manera enorme.
 
El año que Peña Nieto tomó posesión, el 2012, investigadores de la UNAM, del Centro de Análisis Multidisciplinario, hicieron un estudio de la productividad de los obreros mexicanos en el cual se decía que en sólo 9 minutos de trabajo un obrero generaba un salario mínimo, quien ganaba esto trabajaba las otras 7 horas 51 minutos gratis para los patrones y el Estado. Con las reformas a la Ley Federal del Trabajo  se está permitiendo el abaratamiento aún mayor de la fuerza de trabajo. Las riquezas que se adueñan cada día son enormes para los capitalistas. El capitalismo por su parte no logra desarrollar la industria y los empleos necesarios, el desempleo es crónico y sólo puede solventarse con toda una serie de salidas individuales. En la actualidad el 41% de los empleos son formales, frente a un 59% que está en la informalidad, aquí puedes incluir a quien tiene un pequeño negocio, trabaja en una casa o limpia los vidrios de los autos en un crucero.
 
Las reformas de Peña Nieto
 
La reforma laboral fue la primera de las grandes reformas aprobadas en la era peña-nietista, fomenta el trabajo eventual a través de contratación por temporada u hora, abarata y facilita los despidos, hace casi imposible el tener una jubilación, facilita el ataque a los sindicatos. 
 
El segundo paso ha sido golpear a los trabajadores estables, sobre todo a sindicatos clave que se han mantenido en lucha. Dado que los electricistas de Luz y Fuerza del Centro, organizados en el poderoso Sindicato Mexicano de Elecricistas, fueron despedidos en 2008, bajo el gobierno panista de Felipe Calderón, el siguiente sector a atacar fue el de los maestros, con el sindicato más grande de América Latina, la SNTE, en general controlado por sectores burocráticos pro patronales (charros) pero que cuenta con un ala de izquierda muy combativa, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
 
La “reforma educativa” aprobada durante el gobierno de Peña Nieto, es en realidad una reforma laboral para los trabajadores de la educación básica. Busca además que el Estado se desentienda financieramente para que una parte de los recursos, para el mantenimiento y funcionamiento de las escuelas, tenga que ser obtenida por los padres y alumnos.
 
La reforma fiscal fue menos agresiva que como originalmente querían que era grabar un impuesto al valor agregado de 16% a medicinas, alimentos y libros.  Finalmente se ha impulsado un régimen fiscal más duro contra los pequeños y medianos negocios  e imponiendo nuevos impuestos en zonas fronterizas, protegiendo en todo momento a los grandes empresarios a quienes sigue manteniéndose un régimen fiscal relajado en el que casi no pagan impuestos.
 
Otra reforma fue la de Telecomunicaciones, que expresaba un conflicto entre sectores de la burguesía como era Carlos Slim (América Móvil) y Emilio Azcárraga (Televisa). Esta reforma favorece a las televisoras. En esta reforma también se promueve la censura y el espionaje por parte del Estado Mexicano. Sumado a esto último se han tomado otras medidas contra la lucha  de los trabajadores y los jóvenes que limitan la movilidad y  que justifican la represión (por ejemplo, Ley Bala en Puebla). En medio de las protestas por Ayotzinapa la cámara de Diputados aprobó cambios constitucionales que abren el paso para que en el futuro próximo se aprueben leyes que limiten y prohíban manifestaciones.
 
La aprobación de la reforma energética es un verdadero punto de inflexión. El gobierno de Lázaro Cárdenas, nacionalizó el petróleo como una medida contra la rapiña de los imperialistas británicos y estadounidenses con el objetivo de tener un desarrollo nacional en líneas capitalistas. Esta es la principal industria del país y generó décadas de estabilidad. Hoy hay una gran dependencia a las exportaciones del petróleo. 
 
Con esta reforma las empresas estatales de energía eléctrica y petrolera permitirán que el capital privado pueda incursionar en estas ramas. En términos concretos gran parte de las ganancias que antes iban a las arcas estatales ahora irán a los bolsillos de los capitalistas privados, contrayendo el presupuesto estatal, lo que se traducirá en recortes al gasto social (salud, educación, etc.). Habrá despidos y pérdidas de derechos de petroleros y electricistas. También habrá aumento en costos de los energéticos que afectarán a las familias trabajadoras. 
 
Estas reformas y sobre todo la laboral y la energética son un verdadero punto de inflexión. Se plantea echar abajo las grandes conquistas de la revolución mexicana y poner al país a merced de las rapiñas capitalistas para que puedan saquearlo y explotarlo. En medio de la crisis global capitalista el Estado mexicano pone a la venta al país y facilita la explotación de sus trabajadores para tratar de atraer la inversión privada. Incluso en el caso de que esto se consiga no significará una mejora para las masas quienes pagaremos con nuestro sudor y nuestra sangre las consecuencias de estas reformas.
 
La guerra contra el narco y la injerencia imperialista
 
Estos ataques son parte de la explicación del punto en que se encuentra México ahora. En cuanto a la violencia, esta explotó con la entrada de Felipe Calderón al poder. Ese año vimos una de las más grandes movilizaciones del país con huelgas muy militantes de trabajadores minero-metalúrgicos,  manifestaciones de hasta tres millones de personas y la creación de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, un embrionario soviet que disputaba el poder al estado local encabezado por Ulises Ruiz.
 
Anthony Garza, entonces embajador de EEUU, en México describió a Calderón en su entrada a la presidencia ”en la mayor situación de debilidad política posible”, añadiendo en un cable interno, revelado por Wikileaks, que: “Corremos el riesgo de que los asuntos de mayor importancia para nosotros se estanquen, a menos que podamos enviar una enérgica señal de apoyo para que el futuro mandatario logre imponer su agenda”.
 
Desde un inicio el imperialismo metió sus manos para salvar a un gobierno que se tambaleaba por la lucha revolucionaria de las masas.  Un representante del gobierno de Bush informó que “un equipo de la misión, bajo mi cargo, se involucrará activamente con el equipo de transición de Calderón para promover y hacer progresar las áreas que son prioritarias para nosotros”. Llegando a la conclusión que, Felipe Calderón “va a necesitar mucho apoyo del gobierno de Estados Unidos” (La Jornada 21/2/2011).
 
Fue en ese contexto que se lanzó la guerra contra el narcotráfico que significó la militarización del país y un medio para regresar a la gente a sus casas y desactivar al movimiento revolucionario de las masas. Eso rompió todo equilibrio entre los cárteles de la droga y fue un catalizador para acelerar las contradicciones. Se desató una sangrienta lucha por el mercado de la droga, donde el gobierno de Calderón intervenía apoyando al Chapo Guzmán y su cartel de Sinaloa, pero todos los cárteles corrompían a policías, jueces y gobernantes para actuar a su favor.
 
Los imperialistas mantuvieron permanentemente a asesores de la DEA y la CIA en territorio nacional. Gran parte de las armas usadas en esta guerra provienen de los EEUU, se dieron operaciones como la llamada “Rápido y furioso” que significó la entrada masiva de armas que terminaron en manos de los cárteles. En una ocasión un avión que trasladaba drogas del Chapo Guzmán se estrelló en Yucatán y se descubrió que ese avión había sido usado anteriormente por la CIA.
 
EEUU es el mayor consumidor del planeta y en cuanto a drogas se refiere no se queda atrás, se calcula que ahí se consumen más del 50% del total mundial. No se puede entender el negocio de la droga en México sin el enorme consumo en EEUU.
 
En la era Calderón la Secretaria de Seguridad Publica y su dirigente García Luna actuaban como un cártel más, o mejor dicho actuaban bajo los intereses de los cárteles. Al menos entre enero de 2007 y noviembre de 2009 la Secretaria de Seguridad Pública (SSP) usó una serie de hangares del aeropuerto internacional de Toluca. “En estos hangares las aeronaves provenientes de Venezuela y Colombia descargaban toneladas de cocaína con la protección de la SSP”. Se usaba el aeropuerto de Cancún, donde descendían los aviones con el pretexto de cargar combustible y así cambiar el estatus de vuelo de internacional a nacional bajo la protección de la SSP. El aeropuerto de la Ciudad de México también se ha utilizado para el tráfico de drogas masivo. Esta es la realidad de la “guerra contra el narco” de Calderón, teniendo a uno de sus hombres más cercanos, García Luna, solapando y protegiendo a los narcotraficantes (Anabel Hernández, México en llamas: El legado de Calderón, Grijalbo).
 
Con Peña Nieto han cambiado las formas pero en esencia la situación sigue siendo la misma. La descomposición social continúa avanzando. El crimen organizado no se queda en la venta de las drogas sino que se inmiscuye en cualquier tipo de negocio ilegal. En una zona controlada por los cárteles cualquier negocio ilegal no controlado por ellos es visto como competencia, por lo que se copta o desplaza.
 
El gobierno de Obama ha manifestado su preocupación por México y brindado su ayuda para encontrar a los 43 normalistas. Lo que le preocupa a los imperialistas no son los estudiantes desaparecidos sino la debilidad del régimen. Peña Nieto se reunió en diciembre con el secretario de seguridad pública de EEUU, Jeh Johnson y estamos seguros que no solo se habló de migración y tráfico de drogas. Al igual que en 2006 los imperialistas intentan tomar medidas para salvar al régimen de la lucha revolucionaria de las masas.
 
La diversificación de los negocios ilegales
 
De no cambiar las condiciones materiales que permiten el desarrollo del crimen organizado, el problema de la violencia persistirá.  Incluso en los casos donde se ha golpeado realmente a un cártel, esto no soluciona el problema de la violencia, por el contrario la intensifican dejando detrás a células criminales fuera de todo control. La periodista Anabel Hernández explicó que: “hay grupos de mercenarios que operan en México; delincuentes que formaron parte de alguno de los cárteles importantes del país, o sus células, pero que, ante el desmembramiento de dichas organizaciones, ahora conformaron sus propios grupos de gran peligrosidad” (Ibid).
 
En el país, se han creado grupos de sicarios profesionales que actúan con gran efectividad y que venden sus servicios al mejor postor. Otras células desprendidas de los cárteles actúan por su cuenta y extorsionan y violentan a la población. El Estado de México, situado a los alrededores del Distrito Federal y hasta hace dos años gobernado por Peña Nieto, se ha convertido ya en una de las entidades más violentas del país. 
 
El gobierno panista de Felipe Calderón y el priista de Peña Nieto no han buscado acabar con el narcotráfico, si lo quisieran les atacarían económicamente impidiendo el lavado de dinero y congelando sus cuentas.  En el 2012 la DEA calculaba que en EEUU se destinaban 65 mil millones de dólares a la compra de drogas ilegales, de las cuales se confiscaban solo  mil millones y calculaban que fluían desde EEUU hacia los cárteles mexicanos entre 19 y 29 millones de dólares. Se piensa que la mayor parte de las ganancias del tráfico de drogas se lava en EEUU mismo, pero en México son 10 mil millones de dólares que se lavan al año (El Economista, 04/07/2012). Las drogas se han posicionado en una de las principales fuentes de ingreso de divisas al país, posiblemente colocándose en segundo lugar sólo por debajo de los ingresos petroleros y por encima del envío realizado por los migrantes en EEUU.
 
El negocio generado con los migrantes que pasan por México en su camino a los EEUU, mayoritariamente centroamericanos, es de los más alarmantes. Los secuestros para pedir rescates dan cuantiosas ganancias, a mujeres capturadas por los cárteles se les vende en los burdeles o los cuerpos de los migrantes son descuartizados para vender sus órganos.
 
La trata de personas es otro de los jugosos negocios, además de las migrantes, miles de jóvenes, adolescentes o casi niñas son secuestradas y vendidas, muchas de ellas para la prostitución. En el Estado de México hay 400 adolescentes entre 12 y 17 años desaparecidas, algunas de ellas pudieron haber caído en las garras de la trata de blancas.
 
Los jefes narcotraficantes mexicanos, son grandes capitalistas de una mercancía ilegal con la cual se puede especular bastante, sus negocios trascienden y se orientan a la rapiña, a la venta de seres humanos, al robo y a la extorsión, algunos de ellos invierten en negocios legales y aparecen en público como respetables empresarios. En sus zonas de control cobran sus propios impuestos a negocios, por dejar trabajar las tierras, por transitar por sus territorios, etc. Se convierten en una pesadilla viviente para la población.
 
Las autodefensas y las policías comunitarias
 
Una respuesta contra la rapiña de los capitalistas y los narcos ha sido el armamento del pueblo, sobre todo en las zonas rurales. En Michoacán el cobro de las cuotas para el cártel de los Caballeros Templarios se volvía ya insoportable al igual que la violencia sobre todo con la entrada de estos grupos de matones del narco, muchos de ellos desertores de las fuerzas armadas estatales. Una de las cosas que se convirtieron en insoportables fue que se empezó a usar como método la entrada a las casas de la población para violar a las mujeres lo cual acabó con la tolerancia de la población. 
 
Las autodefensas es un movimiento contradictorio que abarcó a grandes sectores de la población, con campesinos pobres, pero también incluyendo a algunos medianos productores.  Expresa el hartazgo ante la inseguridad, ante la incapacidad de resolver los problemas de violencia, extorsión y la complicidad del estado con el crimen organizado. 
 
Las autodefensas michoacanas llegaron a controlar toda una serie de municipios, el estado promovió su división y compró a un amplio sector al contar con un control fuerte de las comunidades, esto fue más sencillo. A quién no se dejó comprar se le reprimió, este fue el caso de José Manuel Mireles, quién llegó a declarar que narcotraficantes michoacanos como el Chayo, se reunieron con empresarios de la región para financiar la campaña de Peña Nieto. En una entrevista televisiva con Sabina Berman señaló: “nosotros pensábamos que el problema era de los Michoacanos”, en ese contexto, se estaba desarrollando una coordinación nacional de grupos de autodefensas y policías comunitarias con la participación de 16 Estados. Dijo que cuando se levantaron en armas tenían un solo enemigo que era el crimen organizado pero que este ya se había adueñado del gobierno del Estado y ellos tuvieron que combatirlos estuvieran donde estuvieran. Cuando el gobierno federal intervino en el conflicto en vez de apoyar a las autodefensas se alió con el crimen organizado, los hizo gobierno y les dio armas. Cuando Mireles pidió diálogo público con el Presidente, Peña Nieto fue a su municipio, Tepalcatepec, sacó a los pobladores y llevó a su propio público que eran militares vestidos de civil.
 
De manera repentina el programa de televisión donde Mireles hacía estas declaraciones salió del aire, poco tiempo después Mireles fue detenido y hasta la fecha en que escribimos estas líneas sigue en la cárcel. Esto es una muestra clara de la complicidad del gobierno de Peña Nieto con el crimen organizado. Los narcotraficantes en Michoacán siguen actuando con impunidad y quienes les combaten son atacados o están en la cárcel.
 
Los grupos de autodefensas no solo se han creado por los abusos del narco, sino también de los capitalistas legales. Un ejemplo de ello lo tenemos en el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, donde los pobladores están luchando contra el despojo de tierras por parte de las empresas de generación de energía eólica. 
 
Guerrero es un Estado donde se han desarrollado las Policías Comunitarias que tienen un mayor arraigo entre las comunidades y han obtenido un estatus legal desde 1995. En la lucha contra la reforma educativa los maestros fueron a sus comunidades a pedir apoyo y se encontraron con las policías comunitarias con quienes se aliaron, impulsaron marchas armadas en la capital Chilpancingo y liberaron a los presos. La lucha contra la reforma educativa en el 2013, nos muestra que la clave del éxito de las policías comunitarias y grupos de autodefensa está en la alianza con el proletariado en las ciudades.
 
Estos organismos con todo y las limitantes que puedan tener, muestran la eficacia del pueblo en armas por encima del aparato estatal burgués.  Algunas policías comunitarias de Guerrero tienen en sus propias cárceles y un sistema de reinserción social de los criminales. Un violador, un ratero, un asesino o un traficante de droga, no cambiara solo estando encarcelado, por eso si una comunidad va a construir un camino o una escuela, los presos son quienes deben de poner el trabajo, es un proceso de reeducación como lo llaman ellos. En comunidades de la costa chica de Guerrero vemos haciendo real justicia al pueblo armado controlado por las bases, teniendo dirigentes electos democráticamente. Esto es un ejemplo de lo que deberíamos hacer a nivel nacional, construir un Estado de los trabajadores que sustituya al actual estado corrupto al servicio  de narcotraficantes y demás capitalistas.
 
El caso Iguala
 
Nos encontramos en este punto porque el capitalismo mexicano lleva años de ataques a las masas destruyendo las conquistas, llevándonos a la pobreza y a la lumpenización. Este régimen no puede vivir sin la corrupción y no es capaz de aceptar ninguna reforma mínima. Al propio López Obrador, que no ha planteado acabar con el capitalismo sino el construir un régimen más democrático y con un poco de más igualdad, no se le ha dejado llegar a la presidencia pese a haber ganado de manera clara las elecciones del 2006. Este régimen corrupto y oligárquico no acepta la más mínima reforma. La necesidad de un cambio de fondo se incrusta profundamente en la mente de las masas.
 
En los dos últimos sexenios tenemos una literal montaña de cadáveres. Este país no soporta que el pueblo y, sobre todo, sus jóvenes sigan cayendo bajo las balas del Estado y el Narcotráfico. El ataque con armas de fuego por parte de cuerpos policiacos del Estado que dejó como saldo el asesinato de 3 estudiantes, tres civiles más,  y la desaparición de 43 normalistas ha sido el detonante de la lucha. Julio Cesar Mondragón, uno de los estudiantes asesinados, fue encontrado desollado. La necropsia dice que murió por fractura en el cráneo.  
 
Las escuelas normales rurales fueron un proyecto formado por el gobierno de Cárdenas para dar y llevar la educación a los campesinos pobres. Los estudiantes están agrupados en la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FCSUM), la organización estudiantil más antigua del país, que se declara marxista-leninista. Existe una relación íntima entre las normales rurales y la fracción democrática del sindicato de maestros, la CNTE. De la normal de Ayotzinapa han salido cuadros importantes del magisterio, los más reconocidos son Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, este último un comunista convencido. En el caso de Guerrero la CETEG (que es como se llama localmente el ala democrática del magisterio) tiene grandes tradiciones, los maestros son vanguardia en la lucha de clases local y durante el mandato de Peña Nieto han adquirido una gran fuerza y protagonizado  importantes movilizaciones. Ayotzinapa es un semillero de cuadros políticos para la CETEG. El ataque sufrido por los normalistas va al corazón de la lucha de los jóvenes y trabajadores en Guerrero y en cierto sentido del país.
 
El día que fueron atacados, los normalistas de Ayotizinapa juntaban recursos para asistir a la marcha del 2 de octubre en el DF, conmemorativa de la masacre estudiantil de 1968. La prestigiada periodista Anabel Hernández, señala en la revista Proceso que de los 43 estudiantes desaparecidos, uno pertenecía al Consejo de Lucha Estudiantil, máximo órgano de dirección en la escuela, y diez eran activistas políticos en formación. También señala la participación de fuerzas estatales federales, que hasta ahora se negaba su participación en los ataques culpando solo a la policía municipal. Hoy se sabe que desde la salida de la escuela todo el tiempo estuvieron monitoreados los estudiantes de Ayotzinapa por las fuerzas federales y que esos informes les llegaba tanto a la Policía Federal, como al Ejército y a las instancias federales de seguridad. Nosólo participó la policía Municipal, la Policía Federal también disparó contra los estudiantes. Anabel Hernández muestra testimonios de la presencia del ejército en la base de la policía municipal, a donde los estudiantes nunca llegaron y que estuvieron presentes los militares en la noche de los ataques. También estuvieron en las zonas de los enfrentamientos (ver Revista Proceso N° 1989, 14/12/14).
 
Omar García, estudiante normalista sobreviviente, ha declarado que mientras atendían a un compañero herido, los militares, dos horas después del segundo ataque, les decían: “Ustedes se lo buscaron, eso les pasa por andar haciendo lo que hacen”. También les dijeron: “den sus nombres reales porque si nos dan sus nombres falsos nunca los van a encontrar“.
 
La versión oficial dice que la policía municipal entregó a los estudiantes a los narcotraficantes, ellos los llevaron al basurero de Cocutla, algunos de ellos llegaron ya muertos por asfixia, fueron quemados por 14 horas continúas, sus restos triturados con bates de beisbol, metidos sus restos en bolsas negras y tiradas a un río. Hoy se sabe que los narcotraficantes a quienes capturaron declararon bajo tortura. Científicos han cuestionado estas versiones, porque con el tiempo que estuvieron expuestos los cuerpos al fuego hubiera sido imposible calcinarlos de tal forma.
 
Los restos encontrados en el río San Juan se han enviado para su análisis a Austria y se piensa que tardarán cuando menos dos meses para tener los resultados. Los primeros análisis confirmaron que algunos de los restos pertenecían a Alexander Mora, uno de los 43 desaparecidos. Es tal la desconfianza a este estado represor y corrupto que los padres de los normalistas no descartan que se hayan sembrado los restos entre las bolsas encontradas en el Río San Juan.
 
Peña Nieto se enfrenta a  una lucha donde los principales protagonistas no están dispuestos a venderse. El Estado ha ofrecido dinero a los padres, Peña Nieto ha llorado lágrimas de cocodrilo y ha dicho que todos somos Ayotzinapa, ha pedido también superar la tragedia. Los padres de los normalistas dicen que no podrán contra ellos hasta que entreguen a sus hijos. El Senado de la república les recibió, los padres exigieron la suspensión de las elecciones del 2015. En Guerrero ha caído el alcalde de Iguala que está junto a su esposa en la cárcel, el gobernador también cayó, los edificios gubernamentales han ardido en llamas.  El Estado burgués se desmorona en Guerrero.
 
El gobierno de Peña Nieto puede llorar lágrimas de cocodrilo por Ayotzinapa, pero militariza el Estado. Quiere salvar su pellejo y al régimen, sino lo ha hecho antes es por su debilidad, un ataque frontal contra el movimiento puede levantar fuerzas incontrolables para el régimen. Pero cuando tengan la fuerza no dudarán en aplastar al movimiento. Por eso la clase obrera debe entrar en acción y el movimiento de masas en su conjunto debe responder frente a los golpes contrarrevolucionarios de los imperialistas y el Estado Mexicano.
 
La lucha de clases
 
Los acontecimientos en Ayotzinapa fueron un punto de ruptura. Este país no puede soportar eternamente tanta violencia y explotación. Un síntoma de que el ambiente estaba cambiando lo vimos con los estudiantes del Politécnico, la principal institución de educación técnica del país y la segunda más grande con 175 mil estudiantes. De manera rápida los estudiantes hicieron un paro general inicialmente contra el cambio de programas de estudio y al reglamento general,  abarcando a 44 escuelas de nivel bachillerato y superior y realizando manifestaciones de hasta 75 mil alumnos. 
 
El movimiento inició con enormes prejuicios anti-organización. El Estado pensó que podía montarse en el movimiento, infiltrar alguna gente, desplazar al Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico, dar solución a demandas no tan importantes que no cambian en esencia sus planes y aparecer como un gobierno dialogador para limpiarse un poco su sucia cara. Jugaron con fuego, la lucha enseña y tiene una lógica propia que no se puede mover como hilos de una marioneta. 
 
La esencia del movimiento en el Instituto Politécnico Nacional es una juventud que lucha por un futuro digno. El propio secretario de gobernación, Osorio Chong, salió a recibir en dos ocasiones a la marcha de los estudiantes que llegó a Secretaría de Gobernación. Se realizaron diálogos públicos en TV entre representantes estatales y estudiantes. Esa imagen democrática se desmoronó, los estudiantes denunciaron la situación real de la educación, también exigieron la aparición de los normalistas. 
 
Pedro Cruz, estudiante de UPIICSA del IPN, en los diálogos en Televisión comparó al gobierno de Peña Nieto con el de Díaz Ordaz quien masacró a estudiantes en 1968. Daniel Antonio, estudiante de la ESIA Zacatenco, que antes ya había encarado al secretario de gobernación al que le dijo que los estudiantes no le tenían confianza, cuando habló en el diálogo público denunció la forma antidemocrática de elección del director general impuesta por Peña Nieto y denunció que el Estado estaba queriendo usar la lucha del IPN para limpiar su imagen, pero que eso no detendría la lucha de los estudiantes que estaban dispuestos a cambiar la sociedad.
 
Los estudiantes evolucionaron en conciencia, se vincularon a la lucha general por la aparición con vida de los normalistas, se enfrentaron a la policía y fueron desalojados violentamente del Zócalo, fueron golpeados por la policía antimotines cuando se manifestaban pacíficamente el 1° de diciembre y un compañero cayó preso, siendo liberado por la lucha. En dos meses y medio de huelga los estudiantes han aprendido más que en años enteros.
 
El estallido juvenil no se queda en el IPN, miles de estudiantes de la UNAM, la UAM, la UACM, Universidades Estatales, etc. han entrado en acción y en el próximo período los veremos protagonizar nuevas batallas. 
 
La lucha por los normalistas creció como una bola de nieve, vimos multitudinarias acciones como la del 22 de octubre, el 20 de noviembre (aniversario de la revolución) o el 1° de diciembre (aniversario de la toma de posesión de Peña Nieto).  El 6 de diciembre se conmemoró los 100 años de la toma de la ciudad de México por las tropas de Pancho Villa y Emiliano Zapata con una manifestación exigiendo la caída de Peña Nieto.
 
Es necesario un cambio profundo
 
La única limitación que ha impedido que la lucha del pueblo mexicano termine con la caída de Peña Nieto e inicie una transformación profunda de la sociedad es la ausencia de  una dirección revolucionaria. El PRD controlado por el ala derecha de los chuchos ha quedado completamente desprestigiado, al grado que su propio fundador, Cuauhtémoc Cárdenas dejó el partido. Este partido ha dejado de ser una alternativa para las masas que aspiran a cambiar su realidad. Las bases de Morena han estado en la primera línea de batalla pero la dirección del partido no ha hecho prácticamente nada y está preocupada más en organizar sus fuerzas de cara a la próxima elección. Si hubiera un partido revolucionario con arraigo entre la juventud y los trabajadores, se podrían haber organizado medidas como una huelga general o incluso acciones insurreccionales organizadas para derrocar al régimen. 
 
Basta con escarbar un poco para ver la podredumbre del sistema capitalista mexicano. Incluso si se encontraran con vida los 42 normalistas aún desaparecidos, no hay garantía de que nuevos crímenes ocurran. El problema no es en sí mismo Peña Nieto, porque Calderón, Salinas, Fox o Zedillo no fueron mejores. El problema es el sistema capitalista y el Estado corrupto que defiende a los narcotraficantes y capitalistas. El caso Ayotzinapa muestra la complicidad del Estado con el narco, este es un crimen del narcoestado mexicano. Hoy sabemos que el Ejército y la Policía Federal fueron parte de este crimen y que la Secretaría de Gobernación de Peña Nieto estaba enterada desde el inicio. La real justicia no terminará con la aparición de los normalistas sino acabando con este estado y este sistema que asesina a sus propios jóvenes y lleva a la clase obrera a niveles de extremo sufrimiento.
 
El Estado Mexicano participó en el crimen de Ayotzinapa para dar un golpe al movimiento estudiantil y de los trabajadores que luchan contra los ataques del sistema y por el socialismo. Recuerdo a un padre de familia que habló en el Zócalo al final de la marcha del 22 de octubre que decía que el Estado quería desaparecer Ayotzinapa porque de ahí iba a nacer un nuevo Che Guevara o un nuevo Lucio Cabañas. En medio de estas luchas, y no solo en Ayotzinapa, se pueden formar los futuros dirigentes de la nueva revolución mexicana. La juventud en lucha se debe dotar  de las ideas científicas del marxismo y empezar la construcción de una organización revolucionaria que aspire a la transformación socialista de la sociedad.
 
Se corre un riesgo que sectores de la juventud giren a posiciones desesperadas y ultraizquierdistas e incluso se orienten a métodos guerrilleros. No es aislandose del movimiento de masas como conseguiremos transformar la sociedad. Lucio Cabañas fue un dirigente estudiantil, proletario y campesino, se vio obligado a tomar las armas, pero no es este el lado más fuerte de su lucha, sino su firmeza en la defensa de un programa revolucionario. Lucio, el mejor cuadro revolucionario que ha dado Ayotzinapa, nos dejó un legado en su pensamiento que sigue siendo una guía para la lucha de hoy, pensamos que es la lucha revolucionaria de las masas la que conseguirá un cambio, que las armas sólo serán útiles si son impulsadas por el conjunto de los trabajadores del campo y la ciudad. Aunque diferimos en la táctica coincidimos plenamente en su programa, algunos de sus puntos señalan:
 
* Luchar ... junto a nuestro pueblo trabajador y hacer la revolución socialista; conquistar el poder político; destruir el estado burgués explotador y opresor; construir un estado proletario.
* Destruir al sistema capitalista; abolir la propiedad privada, base y esencia de la explotación del hombre por el hombre; aniquilar a la burguesía como clase privilegiada, explotadora y opresora.
* Después del triunfo armado de la Revolución Socialista y de la toma del poder político por el pueblo serán expropiadas y socializadas las empresas industriales, comerciales, agrícolas y las instituciones financieras, etc. (...)
* Las leyes y todo el sistema jurídico burgués serán abolidas. El ejército y todas las corporaciones policíacas que forman la maquinaria represiva y criminal serán destruidos. El estado revolucionario armara a todo el pueblo.
* La lucha del pueblo mexicano por su plena emancipación es parte integrante del movimiento revolucionario mundial por la liberación total de la humanidad, las fronteras deberán ser barridas por la lucha y por el internacionalismo revolucionario (Citado en Ruben Ribera, Lucio Cabañas Barrientos; las cuentas siguen pendientes, laizquierdasocialista.org).
 
Los normalistas murieron y fueron desaparecidos mientras luchaban, nuestra lucha no solo es por su aparición con vida, sino por acabar con este sistema que nos lleva a la barbarie. La compañera Edith Gutiérrez salió una noche de la huelga del politécnico y apareció un día después muerta cerca de su casa. Cualquiera puede ser el siguiente. Acabar con este sistema y su Estado es una cuestión de vida o muerte para la juventud y los trabajadores mexicanos. En el transcurso de ésta lucha levantaremos de nuevo el programa de la revolución socialista. 
 

Fecha: 

26 de marzo de 2015

Nacional: