[Colaboración] 61 aniversario del asalto al Cuartel Moncada

Escrito por: 

Víctor Hernández Ponce

Había una sombra que recorría la Habana día y noche, y corría de un lado a otro. Era vital ir flotando, sin tocar el piso, sin dejar huella, sin hacer ruido. La ciudad estaba infestada de injusticias, de inmundicias, de corrupción. Y los jóvenes, en un instinto natural, rechazaban y se movían contra toda expresión de la dictadura batistiana, pero eran reprimidos, perseguidos… muertos. La sombra pertenecía a Fidel Castro Ruz, que se dedicaba en ese tiempo a un trabajo de proselitismo y de prédica.

61moncada.pngFidel, tenía ya una concepción revolucionaria, un claro ideal de justicia que no se veía afectado ni por el pesimismo, ni por la indiferencia. Pues como dijo Gramsci “La indiferencia es el peso muerto de la historia” y en esta historia no aparecerá nunca. Fidel tenía el plan perfecto, había tomado ésta decisión porque no habría lucha contra Batista, pues aunque existían muchos grupos antibatistianos y de izquierda, no estaban preparados ni organizados para llevar a cabo una respuesta eficaz como la que, en teoría, sería el asalto al cuartel Moncada. Así que de uno en uno, y poco a poco, Fidel estudiaba a cada voluntario que se presentaba para hacer la hazaña. Calaba bien las motivaciones e inculcaba en ellos normas de organización y de conducta. Pues sin esas ideas clara, sin un conocimiento de las causas y razones por las que era necesario un alzamiento armado de las filas de los revolucionarios, no se podía concebir el plan del Moncada. ¿Sobre las bases de qué? ¿Con que fuerzas vas a contar? ¿Con qué combatientes?

Fidel conseguía persuadir con rapidez a los que se presentaban interesados, haciendo uso de una argumentación adecuada y un número de ejemplos, lograba demostrar y hacerles ver que la sociedad en que se encontraban era, cuando menos, injusta. Después de 50 mil kilómetros recorridos en un Chevrolet beige, con chapa número 50315, se habían reclutado y entrenado 1200 hombres. Un pequeño ejército con gran disciplina y unidad, que confiaban en los esfuerzos y en los argumentos de Abel, Montané y Fidel.

En las afueras de Santiago, en la granjita de Siboney, llegaban muchos jóvenes y pocos carros. Abel Santamaría hablaba con su gente y permanecía atento, para no darle lugar al pesimismo, ni permitir que decayera el espíritu patriótico de todos aquellos jóvenes. Después, llegaría Elpidio Sosa y su gente. La mayoría de los combatientes en ese lugar había sido preparada, se les avisaría y sería sorpresivo el punto escogido. Varias veces los habían movilizado en simulacros de una probable acción. La noche caía sobre los hombros de Fidel que llegaba apenas a la granjita, discutió con Abel Santamaría algunos asuntos, sobre el hospedaje de los combatientes y otros detalles. Los combatientes se hallaban dispersos en varias casas de huéspedes que se les habían asignado. Mientras, en Santiago, los turistas disfrutaban de los carnavales.

A las 4:45 aproximadamente, salían 16 carros de aquella granjita con camino a Santiago… Este fue el inicio del episodio histórico que significaba el asalto al cuartel Moncada. En este año se cumple el 61 aniversario de éste, que sería el inicio de una revolución sin precedentes, que marcaría no solo el rumbo de la historia cubana, si no el rumbo de la historia de los pueblos latinoamericanos. El asalto al Moncada, era el reflejo de una sociedad asqueada por el imperialismo yankee, y que bajo las pesadas cadenas del capitalismo, maduraron el pensamiento de Martí y los ideales revolucionarios que llevaron a ésta generación cubana a su encuentro con la libertad.

El asalto al Moncada se materializó el 26 de Julio de 1953, y sería el inicio de una revolución perfecta que triunfaría militarmente el 1 de Enero de 1959 y que llevaría a Fidel Castro a asumir el cargo de Primer Ministro del Gobierno Revolucionario el 16 de Febrero de ese mismo año.

Ésta revolución, con el carácter irrevocable del socialismo, ha enfrentado cada día, el ataque sistemático del imperialismo. Y es completamente normal, es hasta lógico… porque la revolución cubana significaba que un país, una isla, muy pequeña, había hecho una revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos, y eso los imperialistas no lo podían perdonar.

Este imperio utilizó todo tipo de maniobras para destruir la revolución, y teorizó más de 600 planes para la eliminación física de Fidel Castro. A finales de Octubre de 1959, a 9 meses del triunfo de los barbudos, el presidente norteamericano Dwight Eisenhower aprobó un programa propuesto por el Departamento de estado y la CIA para emprender acciones encubiertas contra Cuba, que incluía desde ataques piratas aéreos y navales, hasta la promoción y el apoyo directo a las organizaciones contrarrevolucionarias dentro de Cuba. Y éste mismo presidente casi un año más tarde firmaría la ley que suspende las compras estadounidenses de azúcar cubana. Era la primera acción importante en la guerra económica contra Cuba.

La operación Peter Pan, por ejemplo, intentaba hacer creer que la revolución privaría a los padres de su patria potestad. Con ese pretexto o debido a ese temor absurdo sacaron clandestinamente de Cuba 14 mil niños. Como parte del desesperado plan estadounidense por derrocar a la revolución impulsaron la multiplicación de sabotajes y actos terroristas, por lo que a inicios de 1961, la refinería de petróleo “Hermanos Díaz” de Santiago de Cuba sufrió un ataque por una embarcación pirata, que terminaría con el saldo de un muerto y varios heridos. En los almacenes de “El Encanto”, la mayor tienda por departamentos en la Habana, se realizaron actos de sabotaje e incendios que terminaron con un muerto, varios heridos y la destrucción total del establecimiento. El 15 de Abril se bombardearon los aeropuertos de Santiago de los baños, Columbia y Santiago de Cuba por aviones con falsas insignias cubanas, procedentes de los campamentos de la CIA en Centroamérica. Un día después, en el sepelio de las víctimas, Fidel Castro advierte que se trata de una inminente invasión, y declara por primera vez, el carácter socialista de la revolución.

“Compañeros, todas las unidades deben dirigirse hacia la sede de sus respectivos batallones, en vista de la movilización ordenada para mantener el país en estado de alerta, ante la inminencia que se deduce de todos los hechos en las últimas semanas y del cobarde ataque de ayer, de la agresión de los mercenarios. Marchemos a las casas de los milicianos, formemos los batallones y dispongámonos a salirle al frente al enemigo con el himno nacional, con las notas del himno patriótico, con el grito de al combate, con la convicción de que morir por la patria es vivir, y que en cadenas vivir es vivir en oprobio y afrenta sumidos.” -Fidel Castro.

El 17 de Abril de 1961 desembarcaban en Playa Girón y Playa Larga, en la bahía de Cochinos, 1500 contrarrevolucionarios cubanos organizados, entrenados y equipados por la CIA. Son derrotados en menos de 72 horas, y más de 1.200 son hechos prisioneros y serán intercambiados más tarde por 53 millones de dólares en medicamentos y productos alimenticios.

Cuba seguiría siendo atacada sistemáticamente, desde bombardeos y sabotajes, hasta la exclusión de Cuba de la OEA. Esta agresión alcanzaría su nivel más alto el día 3 de Febrero de 1962 cuando el presidente Kennedy ordena el bloqueo comercial y financiero total a la isla, que aun dura hasta hoy, pese al rechazo de la mayoría de los países en el mundo e incluso del pueblo americano.

El ataque del imperialismo contra Cuba nunca ha cesado, y ha alcanzado grados de máxima tensión, como en la crisis de octubre o crisis de los misiles que pudieron haber desatado un conflicto internacional. Pese a todos estos ataques la revolución ha sabido encontrar la salida, y ha sabido responder al inmenso apoyo del pueblo cubano. Desde sus inicios tomaron medidas para beneficiar a la clase obrera y campesina, desde la nacionalización de fábricas, en su mayoría, de capital americano, hasta lograr impulsar la reforma agraria. La revolución recuperó y entregó totalmente la tierra a los campesinos y trabajadores agrícolas. Los recursos naturales y las industrias y servicios fundamentales fueron puestos en manos del único dueño verdadero: la nación cubana.

Hoy, 61 años más tarde del asalto al cuartel Moncada, podemos recuperar la campaña de alfabetización que llevo a Cuba a eliminar el analfabetismo en tan solo un año, logro que ningún país latinoamericano ha podido vencer en cuatro décadas. La revolución llevó la educación primaria al 99 por ciento de los niños completamente gratis. Posee el más alto índice de retención escolar. Sus alumnos de lenguaje y matemáticas son los primeros en el mundo. Ocupa igual el primer lugar en maestros per cápita y menor cantidad de alumnos por aula. La totalidad de los niños con dificultades físicas o mentales estudian en escuelas especiales. La enseñanza con medios audiovisuales se encuentra hoy, en la totalidad de aulas para niños, adolescentes y jóvenes, en campos y ciudades. El estudio con una remuneración económica se convirtió en una opción para todos aquellos jóvenes entre 18 a 30 años, que no contaban con empleo ni estudiaban. Y hoy, cualquier persona puede completar sus estudios desde primaria hasta obtener el título de Doctor en Ciencias, sin gastar un solo centavo. En Cuba hay más de 30 graduados universitarios y artistas profesionales, por cada uno de los que se encontraban antes de la revolución. Nadie cuenta ahora con menos que noveno grado de estudio. No existe en Cuba ni siquiera el analfabetismo funcional. Se ha impulsado la educación de manera heroica y dejó un legado que se muestra hoy en sus jóvenes y niños, en las nuevas filas revolucionarias, que creen en las palabras de Martí: “La ignorancia mata a los pueblos, por eso es preciso matar a la ignorancia”.

La mortalidad infantil se ha reducido de 60 por cada mil nacidos vivos, a una cifra entre 6 y 6,5. Las perspectivas de vida se han elevado en más de 15 años. Enfermedades infecciosas y transmisibles como la poliomielitis, el paludismo, el tétanos neonatal, etc., etc., han sido eliminadas; otras como la meningitis, la hepatitis B, la lepra, están totalmente controladas. Cuba es hoy el país con el más alto índice de maestro per cápita. Los centros científicos laboran sin cesar y con total apoyo de la revolución, para encontrar soluciones preventivas o terapéuticas contra las enfermedades más graves. La seguridad social abarca el 100% de la isla. Los cubanos pronto dispondrán del mejor servicio médico del mundo y será totalmente gratis para su población.

El 85% de los cubanos es propietario de una vivienda, libre de todo impuesto. El 15% restante paga un alquiler absolutamente simbólico, que apenas se eleva al 10 por ciento del salario.

El uso de drogas alcanza un ínfimo número de personas y se lucha resueltamente contra él. Los cárteles de narcotraficantes, no representan, a diferencia de muchos países como México o Colombia, un problema vital que cada día, se lleva miles de vidas entre balas de ambos bandos. La lotería y otras formas de juegos lucrativos fueron prohibidas desde los primeros años de la revolución para que nadie dejara de depositar su esperanza en el estudio y el trabajo, y lo depositara en vez, en el azar. Hay que recordar que Cuba, en la época de Batista, era un gran prostíbulo y casino para los hombres norteamericanos, que se paseaban en las calles y que por unas cuantas monedas compraban a jovencitas cubanas.

Cuba ha combatido y criticado la publicidad comercial, pues reduce la capacidad de pensamiento de las personas. Y cualquier promoción en la televisión, radio o prensa cubana, está dirigida a cuestiones de salud, educación, cultura, deporte, recreación sana, defensa del medio ambiente, es decir, contra los accidentes o problemas de carácter social.

Aunque la figura de Fidel Castro es muy querida, y ocupa un lugar muy especial dentro de la sociedad cubana, la revolución es el enemigo número uno del culto a la personalidad. No existen fotos oficiales, ni estatuas, ni nombres de calle o instituciones que enaltezcan a ninguna personalidad revolucionaria viva.

Y es por demás conocido el espíritu internacionalista y solidario del pueblo cubano. Cuba apoyo a los patriotas argelinos en su lucha contra el colonialismo francés, enviaron armas y combatientes para defender Argelia contra el expansionismo del rey Hassan II. Apoyo a Siria entre 1973 y 1975 con una brigada tanques. En 1965, sangre cubana se derramó en el Congo, donde el Che con más de cien instructores cubanos, apoyó a los rebeldes congoleños. Durante poco más de 14 años, Cuba ocupó un lugar de honor en la solidaridad con la lucha heroica del pueblo Vietnam. La sangre del Che se derramó en Bolivia, asesinado por instrucciones de los agentes de Estados Unidos. Cuba apoyó con construcciones en Granada, invadida por Estados Unidos.

Más de medio millón de cubanos cumplieron misiones internacionalistas como combatientes, como maestros, como técnicos o prestando servicios médicos y trabajadores de salud. En la actualidad, hay casi 4 mil especialistas en medicina, prestando servicios en recónditos lugares de 18 países.

En el balance general, la revolución ha construido no a formar una sociedad consumista, donde la gente vale por lo que tiene y lo que puede comprar. Cuba no está creando una sociedad de mercado, donde se le enseñe a la gente a trabajar para comprar, y donde inmensas injusticias aparezcan producto del absurdo capitalismo. Cuba está creando una sociedad culta, de valores, donde los conocimientos forman una parte esencial de la persona, donde la solidaridad se muestra día a día, y dónde no surgen empresarios avariciosos y banqueros corruptos, si no donde surgen artistas profesionales, médicos solidarios, escritores fantásticos.

Como revolucionarios, es nuestro deber señalar los errores y fallos de la revolución, pero también es necesario defender los logros y aciertos de Cuba, pues la mayoría de estos logros no tienen cabida en los medios de comunicación mexicanos, que se dedican no a informar, si no a calumniar.

La isla representa un golpe al imperialismo, y es el precursor de la unidad latinoamericana y de la Patria Grande. Cuba representa la esperanza de los obreros y campesinos subyugados en Colombia, de los estudiantes reprimidos en México, de los indígenas y pueblos enteros barridos en Chile.

Los presidentes de Ecuador, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Argentina e incluso Brasil han reafirmado su admiración a Fidel Castro y a la revolución cubana, cuestionando fuertemente la influencia norteamericana y sus lógicas en el Cono Sur hasta el día de hoy.

¡Viva Cuba!

¡Viva Fidel!

¡PATRIA SOCIALISTA O MUERTE!

Fecha: 

Julio de 2014

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