Las leyes secundarias de la reforma energética

Escrito por: 

Ubaldo Oropeza
“El México semicolonial está luchando por su independencia nacional, política y económica. Tal es el significado básico de la revolución mexicana en esta etapa. Los magnates del petróleo no son capitalistas de masas, no son burgueses corrientes. Habiéndose apoderado de las mayores riquezas naturales de un país extranjero, sostenidos por sus billones y apoyados por las fuerzas militares y diplomáticas de sus metrópolis, hacen lo posible por establecer en el país subyugado un régimen de feudalismo imperialista, sometiendo la legislación, la jurisprudencia y la administración”  (Trotsky, México y el imperialismo británico, 1938).
 
pemex_0.jpgMuy apurados, en medio de la fiebre futbolera, los senadores han adelantado la discusión, en las comisiones, de lo que serán las reformas secundarias energéticas  y  en telecomunicaciones. Como ya es costumbre, estos finos personajes se esconden, como ratas, detrás de la distracción, para entregar el petróleo,  el agua, tierras y subsuelo al las grandes empresas trasnacionales. La oligarquía y el imperialismo creen que la borrachera futbolera durará todo lo que dure el saqueo. Ciertamente después de una gran borrachera le sigue una gran resaca, una vez que los trabajadores y jóvenes sientan en carne propia lo que conduce estas “reformas” lucharán y ni un juego de pelota, ni cualquier otro acontecimiento frenará la rabia que se va acumulando bajo la superficie.
 
Entregar todo para seguir enriqueciendo a los millonarios
 
La idea general de las leyes secundarias (vamos hablar específicamente de la energética) es entregar lo más rápido posible toda la riqueza que se puede explotar de los recursos naturales y humanos a las grandes empresas trasnacionales. Peña Nieto y las cámaras de representantes –oligárquicas– están terminando con el proyecto de desarrollo nacional que se había comenzado con el general Cárdenas a finales de los 30.
 
Cárdenas nacionalizó el petróleo con el fin de utilizar las riquezas naturales para desarrollar a una burguesía nacional capaz de jugar un papel independiente al imperialismo. Las circunstancias de aquellos momentos hacen necesario que el mismo gobierno utilice a los trabajadores como fuerza pujante en el enfrentamiento que se da entre el gobierno, las empresas internacionales y sus gobiernos. Los resultados de esta política también implicaron el desarrollo del mercado interno, mejoras para los trabajadores y campesinos en sus niveles de vida y el desarrollo de una infraestructura mínima para hacer avanzar el país.
 
Aunque los gobiernos siguientes quisieron terminar con el legado de Cárdenas disfrutaron los resultados de su gobierno y no cambiaron en mucho el mecanismo de desarrollo nacional.
 
Fue hasta el periodo presidencial de Echeverría (1970-76) donde se da un giro histórico con respecto a la utilización del petróleo como palanca de desarrollo interno. En el año 75-76 se inicia el proceso de exportación petrolera el cual siguió López Portillo. El cambio más significativo de esta política es que se deja de desarrollar la industria general del país y se comienza a depender solo de las exportaciones petroleras.
 
El imperialismo americano utilizó está coyuntura y los grandes descubrimientos petrolíferos en el sur de nuestro país para chantajear a los países productores de petróleo y bajar el precio del petróleo. Al mismo tiempo el país se endeudaba con el Fondo Monetario Internacional (FMI) con préstamos que hicieron crecer la deuda interna y, por tanto, el sometimiento económico y político del país a niveles espectaculares.
 
A continuación se presentan datos referentes al endeudamiento externo en México de 1970 a 1976 (cifras en millones de dólares):
 
1970……………..3 227
1974……………..8 014
1975……………21 000
1976………..….25 000
 
De esta forma el país pasó de utilizar el petróleo para desarrollar la industria nacional  a una dependencia de las exportaciones petroleras y con esto quedar al vaivén de los preciosos internacionales del crudo. Al mismo tiempo se frenó la industria nacional –más tarde los periodos de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo se remató a precio de ganga toda esta industria–. El desarrollo de complejos petroleros y de grandes ductos para transportar el petróleo mexicano a EEUU significó un endeudamiento al FMI y con esto un sometimiento a sus políticas de saqueo.
 
Hoy con la reforma energética que se aprobó el año pasado y con las leyes secundarias que ahora mismo se están discutiendo, se pretende entregar el petróleo -reservas, campos de exploración, gas, subsuelo, agua, tierras, etc. a las empresas imperialistas. El resorte  que una vez sirvió para desarrollar la industria e infraestructura, que después sirvió para mantener a flote el funcionamiento del aparato estatal y mantener el gasto social, ahora se va a entregar a manos llenas para mantener las ganancias de los multimillonarios y  acentuar la dependencia de nuestra soberanía al imperialismo.
 
El discurso sobre la “modernización” y “bajar los costos” de la luz, el gas y gasolina son simples burlas del gobierno. El secretario de hacienda, Luis Videgaray, ha aceptado que, por el contrario, la gasolina va a subir: “NO esperamos que baje el precio de la gasolina, ya que está subsidiada”. Y en relación con los precios del gas y la electricidad dijo que el gobierno “espera que bajen” con la competencia” (Jenaro Villamil, Decálogo energético o todo lo que hay que saber de las reformas).
 
En qué consisten las leyes secundarias
 
El primero objetivo de las leyes secundarias es poder desmantelar Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Estas empresas dejan de ser del Estado para depender de los caprichos del gobierno en turno. Con esto se desmantela el mandato constitucional que indica que ambas empresas son parte del Estado mexicano para hacerlas depender de la voluntad, corrupción y ligazón de clase que hay del gobierno a la oligarquía y el imperialismo. Se les quita sus áreas de operación para que estas puedan estar disponibles para la iniciativa privada.
 
El régimen fiscal de estas dos empresas se mantiene en desigualdad con respecto a las privadas. Mientras que Pemex  y CFE seguirán dando gran parte de sus beneficios al gobierno federal, las privadas pagarán impuestos. Esto quita la posibilidad real de competir con las empresas privadas del mismo ramo.
 
Se establecen figuras como la expropiación, la requisa, la ocupación temporal,  la utilidad pública y la intervención, para facilitar la inversión privada. Esto quiere decir en términos muy prácticos que si hay terrenos en donde se cree que hay petróleo, se tiene que construir industria petroquímica o pasar ductos, instalar redes eléctricas, etc. los terrenos se pedirán a sus propietarios (pidiéndolo hacer desde un juez local, donde la corrupción es más fácil) hasta la intervención del Estado para desalojar tierras.
 
Se cree que por este concepto están en riesgo más de 400 mil kilómetros cuadrados de tierra. Particularmente en 12 estados de la republica: “La investigación, hecha con base en información de Petróleos Mexicanos (Pemex), muestra que con esas expropiaciones se afectaría, tan sólo en el caso de las reservas de hidrocarburos, a 260 municipios de entidades como Chihuahua, Chiapas, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Hidalgo, Puebla, Tabasco, Veracruz, Oaxaca y Campeche. A lo que habría que sumar los espacios para la industria eléctrica” (La Jornada, 16 de junio).
 
Las expropiaciones también afectan al agua. Este vital liquido se pone a disposición de las empresas para explotar lo que se conoce como Gas Shale y que  para obtenerlo se utiliza el llamado Fraquin, que consta en la inyección a la tierra de grandes cantidades de agua con sustancias toxicas que impide la reutilización del agua. Esto se utilizará en regiones donde el agua para consumo humano escasea.
 
No utilizan en ningún momento la palabra desmantelar, sin embargo esto lo ocultan  bajo el proyecto de “restauración”. Para comenzar la organizan bajo dos empresas: Pemex Exploración y producción y Pemex Petroquímica y refinación  (en orden de importancia de saqueo la primera toma relevancia porque es ahí donde se estiman las mejores ganancias). Se crea una nueva entidad,  Cenegas, para quitarle a Pemex todo el negocio de gas,  la estructura de esta nueva figura se le quitará a Pemex.
 
Se le obliga a dar información a Pemex sobre zonas de interés petrolero, esta información la tendrá la Secretaria de Hacienda y la pondrá a  disposición  de las nuevas empresas para que puedan  explotarla a manga ancha.
 
Dan fechas límites, para Pemex: "A partir del 1 de enero de 2018 habrá libre importación de gasolina y diesel. A partir de 2017 habrán estaciones de servicio con bandera extranjera. Las trasnacionales importarán o venderán la gasolina que produzcan. En 2019 Hacienda ajustará mensualmente los precios de gasolina y diesel de acuerdo a la inflación”. Más adelante se comenta “El negocio del gas.- La Ley de Hidrocarburos faculta a la Secretaría de Energía para que, en cinco años, ninguna empresa pública tenga una participación superior al 50 por ciento en materia de transporte e importación de gas. En diez años este porcentaje debe quedar en un máximo de 20 por ciento. En otras palabras, el 80 por ciento de la distribución del gas en México quedará en manos privadas. A Pemex la sacan del negocio por completo” (Decálogo energético o todo lo que hay que saber de las reformas).
 
En el sector de la energía eléctrica la cosa no es mejor, se hace lo posible para reducir las funciones de la CFE a una simple prestadora de servicios básicos. Se crea el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) que será la responsable del Sistema  Eléctrico Nacional. La Secretaria de Energía administrará los permisos y contratos privados. Para regular  las tarifas estará la Comisión Reguladora de Energía. Lo único que sí es claro es que se endurecen las leyes para aquellos que no paguen o que se cuelguen, todo esto, por supuesto, para quedar bien con las nuevas empresas que vendrán a vender energía eléctrica a costos más caros: “En el capítulo de sanciones se detalla que se multará hasta con tres veces el importe de la energía eléctrica consumida, a partir de la fecha en que se cometió la infracción, ‘a quien conecte sus redes particulares con el sistema eléctrico nacional o con otra red particular para su alimentación sin la debida autorización y contrato (los llamados diablitos)’’.
 
“Se aplicará esa misma sanción ‘al usuario final que consuma energía eléctrica a través de instalaciones que eviten, alteren o impidan el funcionamiento normal de los instrumentos de medición, tasación, facturación o control del suministro eléctrico’’’ (La Jornada, 16 de junio).
 
Para dar “seguridad” a la inversión extranjera se limita al Estado de cancelar contratos. Si es por necesidad del interés público, el beneficio será para los contratistas privados. No hay ninguna clausula especial sobre la responsabilidad  ambiental de la inversión extranjera, lo que ahora si existe con Pemex.
 
La lucha política y el reflujo del movimiento
 
La burguesía y sus representantes en las cámaras han ido a fondo. Este tipo de medidas no se las imaginaban ni en sus sueños más exóticos. Ellos han hecho una lectura correcta de los últimos acontecimientos en la lucha de clases.  Tanto en la cámara de Diputados como en la de Senadores, es imposible hacer algo, estas están cooptadas por las huestes priistas y panistas que en esencia sirven al mismo dueño. Por parte del PRD, es ridículo su actuar en todo este periodo, primero firman el Pacto por México para impulsar las reformas, después una parte se opone a ellas. Ahora, muy indignados según ellos,  se salen de los debates y hacen denuncias públicas sobre lo que todo mundo sabe, que lo que sucede en las cámaras es puro trámite.
 
Nosotros lo habíamos dicho cuando se aprobaron las reformas, la única forma  de parar estos ataques es con un frente único de los sindicatos democráticos, de los jóvenes en las escuelas, organizaciones campesinas e indígenas y Morena. La lucha en las calles era y es la única posibilidad. 
 
El gran problema es que ahora el movimiento en general se encuentra en un reflujo, los profesores lucharon y ahora están cansados, una parte desmoralizada. La juventud no está en las escuelas y la dirección de Morena, para decir poco, está más interesada en ganar elecciones que en poder frenar estos ataques, pese al sacrificio que los militantes de base realizan para transformar nuestra sociedad. Su táctica ha sido delatante al pretender que simplemente con un cerco se podría frenar estas reformas. AMLO dice que cuando llegue a la presidencia se echaran atrás todas estas medidas. Podemos preguntarnos  si es que los grandes consorcios petroleros se quedarán con los brazos cruzados. Ya hemos visto a lo largo de nuestra historia latinoamericana golpes de estado organizados por estas empresas y el gobierno americano.
 
En todo caso, para eso falta tiempo y el ahora hierve. Hay miles de pequeños detalles que nos hacen ver que nuestra gente esta harta de lo que sucede –el acenso de las policías comunitarias no controladas por el Estado, los levantamientos en pequeños poblados contra la delincuencia, los linchamientos que se repiten una y otra vez, los índices de suicidio, la furia de los jóvenes que no les importa la represión de la policía, etc.–. Si no salen a las calles es porque no hay llamados serios a la lucha. 
 
No podemos culpar a la masa en general, son las políticas de las organizaciones de izquierda que en el último periodo han demostrado ser inútiles para enfrentar a nuestros enemigos. Pero el hartazgo no va esperar de una dirección, va a estallar, más tarde que temprano, y se manifestara de forma violenta contra todo poder de opresión y conciliación. No se necesita mucha inteligencia para saber que todo tiene un límite y las leyes secundarias van a empujar peligrosamente a ese límite a nuestro pueblo que responderá con sus tradiciones, fortalezas y debilidades.
 

Fecha: 

julio de 2014

Nacional: