El camarada Andrés Manuel López Obrador ha regresado. Su salud es estable nuevamente y, como le es habitual, recorrerá el país entero nuevamente para anunciar a la militancia de Morena lo que sigue acerca de la lucha contra las reformas peñanietistas que están entregando al país. Eso nos da alegría a todos y una cierta calma pero también a muchos nos hizo reflexionar sobre la dependencia que hay hacia AMLO dentro de Morena. Verdaderamente parece que muchos camaradas funcionan con una lógica que dicta que “con el líder todo, sin el líder nada” y eso puede ser perjudicial para nuestra lucha. En ese sentido y mediante esa lógica, aún hay muchos camaradas que tienen buenas intenciones, pero las buenas intenciones no lo son todo, hay que emplear la razón también. Con esto no quiero decir que AMLO no sea el líder (obviamente lo es, el peso político y de convocatoria que tiene es algo que se ha ganado junto con el respeto de todos los que militamos en Morena) pero durante su ausencia se notó una cierta apatía por parte de la dirección del partido al no llamar a acciones que verdaderamente hicieran frente a la reforma energética.

Hay que recordar que nuestra lucha no es la de un hombre y sus intereses o lo intereses de una minoría. Nuestra lucha es la de representar y agrupar a la clase obrera en un partido que pueda representar sus intereses en el parlamento, pelear por el poder y dar una lucha social mediante la movilización y el trabajo de bases. Nuestro deber en Morena, el deber de los que somos marxistas y por ende revolucionarios, es el de luchar aún en contra de toda adversidad para seguir creando una consciencia revolucionaria. No podemos hacer una revolución de consciencias si no generamos antes una consciencia revolucionaria colectiva. Hay que recordar que el proceso revolucionario depende también de las condiciones sociales e históricas y sin el entendimiento e interpretación de éstas entonces nuestros pasos son totalmente faltos de dirección o sentido.

Por ello es que hay que considerar replantearnos muchas cosas dentro de Morena, hay que comenzar a replantearnos, como militancia, lo que se le debe exigir a los dirigentes. No podemos seguir jugando a la socialdemocracia como el PRD, que actualmente funciona con la lógica de negociar con la burguesía (cosa que no les sirvió pues aprobaron la reforma energética aplastándolos en ambas cámaras), no podemos seguirnos esperanzando a las elecciones donde competiremos contra todo el aparato corporativo de todos los partidos y sus respectivos intereses. Definitivamente no podemos seguir funcionando bajo esa lógica desmovilizadora y socialdemócrata. No podemos seguir comiendo flores y pensar que en la democracia burguesa (juego de la burguesía en el que hemos decidido ganarles para demostrar lo que en verdad desea el pueblo) se nos dará la libertad y seguridad a la clase obrera así como si nada, por simple acción de ir a votar. Claro que no, es ilógico. Dos fraudes electorales nos lo demuestran tajantemente.

Replantear nuestras estrategias en colectivo, como una decisión colegiada, sería lo más sano para el movimiento. Escuchar a la militancia entera y organizarnos a raíz de esa nueva lógica para no vernos rebasados por las condiciones sociales que se irán presentando. Con las nuevas reformas se vienen situaciones que acrecentarán la miseria en México, Morena debe poder responder a ese descontento social más allá de las opciones electorales, o sea en las calles, en la lucha campesina, estudiantil, sindical, etc. De no poder hacerlo entonces no iremos a un proceso de declive en el cual la burocracia nos irá comiendo lentamente.