SME: Un recuento a cuatro años de lucha

Escrito por: 

Marco Olvera (Trabajador SME)

El pasado 11 de octubre del 2013 se cumplieron 4 años del criminal decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro. Sin lugar a dudas, uno de los eventos más trágicos y desastrosos para la clase trabajadora del país.  Las fechas emblemáticas se presentan como una oportunidad de hacer un corte, una revisión, una reflexión. En ese sentido, colocare un tipo de reseña de los acontecimientos y lecciones más importantes de la lucha heroica de los compañeros del Sindicato Mexicano de electricistas (SME).

EL PERIODO PREVIO AL DECRETO.

Las condiciones para la extinción de Luz y Fuerza del Centro, y con ello la eliminación del SME, fueron creadas a través de un plan bien detallado. Se utilizó para dicho fin a un personaje bastante obscuro, traidor, arribista y con una ignorancia digna de un monumento. Con él, la intromisión del gobierno del PAN en nuestra vida sindical. Hay que recordar que el SME es reconocido por tener una vida democrática más o menos sana. Sería labor de un trabajo más serio el describirla. Pero volviendo al punto, Alejando Muñoz representaba la vida más desfigurada del sindicalismo, la cual fue utilizada para crear confusión a lo interno del sindicato. En el 2009 hubo elecciones para la secretaria general, en la cual participo el tan nefasto personaje[1]. La contienda electoral, se daba en contexto de enrarecimiento, dos planillas salían a contener: la de Martin Esparza (actual secretario general) y la del Marrano Muñoz (como le dicen por su sobrepeso y su carrera política bastante sucia). En dicho escenario las cosas se polarizaron, el ambiente en los centros de trabajo era complicado. Se filtraba a través de una campaña negra a Martin Esparza, una división que iba  traer graves consecuencias, y con ello la desarticulación de la organización sindical. El SME históricamente ha sido un sindicato de vanguardia y sumamente combativo, es en esa caracterización que el gobierno utilizo todos sus recursos para debilitarlo internamente y con ello  dañar su  unidad. Ya dicho lo anterior y con un escenario totalmente favorable al gobierno, quiso dar la estocada final. Con un SME dividido y fuertemente golpeado venia el decreto de extinción del 2009.

UNA DECISÓN HISTÓRICA

Para la madrugada del 10 octubre del 2009, miles de trabajadores veían por la televisión la intromisión del Estado a sus centros de trabajo. Un golpe visual en un contexto de división bastante impactante. Miles y Miles de policías y personal del ejército se hacían del control de la paraestatal, Luz y Fuerza del Centro (LFC).  Las instalaciones donde laboraban 44 mil trabajadores ahora serian operadas por el esquirolaje de la C.F.E. De un plumazo y con toda la saña posible, se decretaba la desaparición LFC y con ello el empleo de miles de trabajadores sindicalizados del SME. Por la noche de ese trágico día se reunían miles de trabajadores con la incertidumbre de lo que iba acontecer. Un Auditorio Antonio Caso abarrotado, la Av. Insurgentes cerrada: se daban cita miles y miles de SMEITAS con sus familias. En una histórica asamblea, se decidió resistir hasta el final, no había cabida para las liquidaciones, la suerte estaba echada, la lucha de clases estaba presente, la frase que se acuño como consigna era: “¡O son ellos o somos nosotros!”.  La división, la traición y la desesperación hicieron sus estragos; miles de trabajadores  renunciaron a la posibilidad de resistir y con ello de luchar. Pero aquí no vengo hablar de los que se fueron, sino de los que  valientemente  se quedaron. Aproximadamente  16 mil 500 compañeros  decidieron no liquidarse, resistir hasta el final, o sea, recuperar su trabajo.  A la distancia, veo que fue  una decisión histórica, digna de contarse en la historia del  movimiento obrero y como lección importante para todos aquellos  trabajadores que saben que no tienen nada que perder pero sí mucho por qué luchar.

UN MAR DE HISTORIAS

Es imposible en aproximadamente  mil palabras decir todas las experiencias vividas en estos cuatro años de lucha, sin embargo, podemos esbozar de manera muy general el mar de historias que nos ha tocado vivir: marchas, plantones, volanteos, bloqueos, toma de instalaciones, enfrentamientos, desveladas, mítines, encarcelados etc. Pero hay un hecho clave para describir de manera  más precisa la dignidad de los trabajadores electricistas; la huelga de hambre, de hombres y mujeres, fue a mí parecer el punto más icónico del movimiento electricista, al tal grado de que el compañero Cayetano dejo de ingerir alimentos por más de 90 días. La clase de dignidad de ese hombre se puede ver en la siguiente frase: “Mi familia son los 44 mil trabajadores del SME” esto en  respuesta a la miserable propuesta de que se levantara, con lo cual  tendría  asegurada una plaza en la C.F.E  para él y toda su familia. Esta actitud puede mostrar un poco la gran combatividad de los trabajadores electricistas y con ello demostrar la capacidad de lucha y de entrega que tiene los trabajadores en general. Que esta lección se les estampe en la cara a nuestros enemigos naturales, pero también a todos aquellos que dudan o ponen en tela de juicio la capacidad revolucionaria de la clase trabajadora.

¿QUÉ SIGUE?

A cuatro años de lucha son muchas las esperanzas truncadas, de golpes certeros, de infamias legales, de errores graves. Pero a pesar de ello, el sindicato mexicano de electricistas tiene un gran camino por seguir. Se prevé la posibilidad de la jubilación de 1,400 trabajadores, un gran triunfo, pero a todas luces parcial. Se necesita arrebatar, arrancar el trabajo de los restantes compañeros en una empresa del Estado, y con contrato colectivo, y por supuesto, con el Sindicato Mexicano de Electricista. El escenario se ve complejo, dado el ataque sistemático de la clase burguesa hacia las conquistas históricas de los trabajadores. Sin embargo, también existe un escenario positivo donde el movimiento magisterial tiene un despunte, donde el movimiento estudiantil quiere irrumpir, donde miles y miles  de trabajares se están organizando. Es ahí, en la movilización, donde el SME encuentra su mayor oportunidad de triunfo y solución, no bajar la guardia es un requisito, el estar en contacto con el movimiento de los trabajadores se hace indispensable. Hasta ahora la frase sigue siendo: “¡O son ellos o somos nosotros!”

 


[1] Hay que mencionar que Alejandro Muñoz participo en  algún momento en la planilla  del actual secretario general. A la fecha del decreto ocupaba la cartera de tesorero de la organización. 

 

Fecha: 

30 de Noviembre de 2003

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