Para derrotar al gobierno: La insurgencia magisterial debemos convertirla en insurgencia de todo el pueblo

Escrito por: 

Armando Rodríguez, profesor democrático de la Sección 10

Tienen secuestrado al país. Sí, pero no somos los maestros sino el puñado de políticos y grandes empresarios agrupados detrás del llamado “Pacto por México”.

La democracia no es un concepto abstracto. En el marco del capitalismo la democracia no es ejercida por la mayoría, las instituciones jurídicas y políticas (quienes son compuestas por una minoría) ejercen el poder para beneficiar a un  grupo minúsculo de empresarios, sean mexicanos o extranjeros. Los grupos que componen el “pacto por México” se han convertido en un poder de facto, dictando la política del país y desvelando la verdadera cara de éste sistema.

Ellos tienen los medios masivos de comunicación en sus manos; cuando el futbol, las telenovelas, las noticia amarillistas, los programas chatarras, etc. ya no son suficientes como somníferos para el pueblo, lanzan, como ahora contra los maestros, auténticas campañas de odio y linchamiento. Pero si la cruzada mediática no es suficiente para engañar y aislar las luchas de los trabajadores, entonces ejercen el poder del garrote, los gases lacrimógenos y las tanquetas de agua.

Los maestros hemos resistido como nunca y el movimiento se va extendiendo. No buscamos soluciones sectoriales ni estatales, buscamos la abrogación de la reforma educativa, luchamos por frenar los intentos voraces del imperialismo por acaparar el petróleo, luchamos por una democracia verdadera y por el castigo a todos los políticos corruptos y represores. Son momentos clave, sólo con la unidad en la lucha decidida y organizada con otros sectores podremos doblegar al enemigo.

La reforma educativa y las leyes secundarias

El circo legislativo con el que se aprobó la reforma educativa y las leyes secundarías ya se ha narrado en varios espacios. Particularmente la Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD) fue aprobada a media noche sin que los diputados, siquiera, conocieran el contenido de dicha ley. Entonces ¿cuál es la naturaleza de la reforma educativa?

En primer término la reforma contempla la creación de un organismo “autónomo”, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), quien establecerá los criterios y métodos para evaluar el sistema educativo, incluyendo a los docentes. Desde luego el carácter “autónomo” de éste organismo debe ser entendido como pura demagogia; tenemos todo el derecho a dudar de él. También se nos dice que el IFE es un organismo “autónomo” mientras que en la realidad ha demostrado su completo servilismo ante los poderes fácticos.

El INEE recibirá una gran cantidad de recursos que no serán utilizados para mejorar la infraestructura de las escuelas o los salarios del personal. Tan sólo este año, basados en el presupuesto de egresos 2013, el INEE recibió 563 millones 766 pesos. Sin embargo su presidenta, Sylvia Schmelkes, dijo que “para 2014 pedirán un presupuesto moderado”. El organismo solicitará 25% más -esto es unos 140 millones 941,000 pesos-” (http://mexico.cnn.com/nacional/2013/08/19/el-instituto-de-evaluacion-sin...).

En el mismo artículo Schmelkes señala que: “no se puede crecer demasiado rápido porque se necesita gente y la gente no está necesariamente formada, entonces hay que crecer despacio” y dice que se requerirán unos 5000 evaluadores a nivel nacional. Todo esto contrasta con lo establecido en la Ley General del Servicio Profesional Docente, en donde se establece que el docente que no pase la evaluación, tendrá 2 años para “demuestrar sus competencias”, también se establece que los periodos entre prueba y prueba serán de 12 meses. Al respecto la misma directora del INEE remarca que “sería mejor que fuera un poquito más prolongado, de manera que los procesos de formación que median entre evaluación y evaluación, puedan realmente rendir sus frutos cada dos o tres años”. Este tipo de declaraciones reflejan el carácter punitivo y no pedagógico que se le dará a la dichosa evaluación.

El otro aspecto relevante en la reforma educativa es la creación del Servicio Profesional Docente que establece la permanencia, promoción e ingreso al sistema educativo. Con ello programas como carrera magisterial desaparecen; escalafón también pierde su sentido de ser, por lo que es de suponer que tenderá a desaparecer.

La reforma constitucional al artículo 3º. y 73 se dio en un tiempo record en un periodo vacacional, indudablemente fue una maniobra del gobierno para reducir el margen de acción del magisterio democrático. El golpe estaba dado pero sabíamos que el diablo vendría en las letras chiquitas, así esperábamos información sobre las leyes secundarias.

Recordemos que en los primeros meses del año la redacción de dichas leyes se filtró y cuando se conoció su contenido se generaron las primeras movilizaciones.  Desde entonces se supo que eran tres las leyes secundarias: la Ley General de Educación, la del Instituto Nacional de Evaluación Educativa y la que se consideró la más agresiva (aunque en realidad todas están relacionadas), Ley General del Servicio Profesional Docente. Desde que se conocieron quedó claro que no se trataba de una reforma educativa, en realidad era una reforma que atentaba alevosamente contra nuestros derechos laborales.

En su conjunto las leyes secundarías reafirman el carácter retrograda de la reforma. A los trabajadores de educación básica se nos saca del marco jurídico que establece el artículo tercero constitucional y la ley federal del trabajo y nos convierte en “agentes administrativos”, derechos como la plaza-base y la promoción vía escalafón son aniquilados de un plumazo.

La Ley General del Servicio Profesional Docente fuera de dudas es la ley más agresiva. Plantea la evaluación sin establecer los mecanismos y establece que si el docente no "demuestra sus competencias" en un periodo de hasta dos años, será separado del servicio sin ninguna responsabilidad por parte del gobierno. Como lo hemos dicho hasta el cansancio, los docentes no nos negamos a ser evaluados, pero no aceptamos una evaluación que tenga como objetivo despedir unilateralmente a quien no sea considerado “competente”.

Sin embargo, aunque el debate público sobre la reforma educativa se ha reducido precisamente a que si los maestros queremos o no ser evaluados, en realidad lo peor es que la LGSPD establece que el patrón (SEP) es juez y parte: es quien sanciona, revisa, procesa las inconformidades y dicta sentencia. En el artículo 75 de la LGSPD podemos leer: “La Autoridad Educativa o el Organismo Descentralizado dictará resolución en un plazo máximo de diez días hábiles con base en los datos aportados por el probable infractor y demás constancias que obren en el expediente respectivo”. Es decir, si por ejemplo, somos despedidos por que la autoridad educativa considera que no estamos ejerciendo de manera "competente" nuestras funciones,  a quien tendremos que acudir para levantar nuestra inconformidad será ¡a la misma autoridad educativa que nos ha despedido!

Al trabajador se le despoja de todos los derechos adquiridos por años y se le somete totalmente al gobierno. El transitorio noveno es claro al respecto: "Será separado del servicio público sin responsabilidad para la Autoridad Educativa o el Organismo Descentralizado, según sea el caso, el personal que: I. Se niegue a participar en los procesos de evaluación; II. No se incorpore al programa de regularización correspondiente cuando obtenga resultados insuficientes en el primer o segundo proceso de evaluación a que se refiere el artículo 53 de la Ley, o III. Obtenga resultados insuficientes en el tercer proceso de evaluación previsto en el artículo 53.”

Pero el golpe no sólo viene a los profesores. Para el personal que realiza funciones no pedagógicas  dentro de las escuelas la reforma es igual de agresiva. Las tareas administrativas estarán en función de las necesidades del plantel, esto es grave porque bajo la lógica empresarial con la que se está aplicando la reforma, para el gobierno, con poco se debe hacer mucho, de esa manera miles de trabajadores administrativos están en serio riesgo de ser removidos de sus puestos de trabajo. Para los trabajadores de intendencia, veladores y conserjes el golpe vendrá con la contratación de empresas externas (outsoursing).

El peligro de la privatización también está implícito en la reforma educativa, aunque se establece que las cuotas serán “voluntarias” y que no serán motivo para negar la inscripción de los alumnos, por la vía de los hechos éstas tendrán que seguir siendo cubiertas por los padres de familia.

Algo más delicado es el tema de la llamada autonomía de gestión de las escuelas que comenzó en éste ciclo escolar y que es producto directo de la reforma educativa. La autonomía de gestión parece ser un eufemismo de la privatización. Los consejos técnicos escolares (compuestos por maestros y directivos) junto con los consejos de participación social (compuestos por padres de familia) ahora serán los encargados de asegurar el funcionamiento de las escuelas. Esto quiere decir que si el nivel académico de una escuela no es el que se espera, la responsabilidad caerá sobre el consejo técnico escolar. Y peor aún, si existe la necesidad de pagar la luz, el agua o el gas de un plantel, estos gastos tendrán que ser absorbidos por los padres de familia.

La lucha contra la reforma educativa

El epicentro de la primera gran respuesta contra las leyes secundarias se dio en Guerrero en abril de éste año. El magisterio guerrerense puso al Estado en jaque desbordando una lucha de masas que incluyó la participación de las comunidades de autodefensa. Sin duda aquel movimiento obligó al Estado a retrasar la presentación y aprobación de las leyes, en cambio se acordó realizar una serie de congresos educativos donde los representantes del gobierno habían prometido que recogerían las demandas y preocupaciones de los docentes, particularmente en lo concerniente a la evaluación y sus consecuencias laborales.

Los congresos educativos y los debates valieron de muy poco. Como sabemos, las reformas secundarías fueron aprobadas recientemente. La aprobación de la LGSPD fue la gota que derramó el vaso.

El gobierno ha actuado despóticamente pero también ha movido mal sus piezas. A la par que enviaba mensajes de inflexibilidad diciendo que no cedería ante las presiones, confiaba en desmovilizar a las bases (particularmente a las de la sección 18 y 22) otorgándoles concesiones locales. Todo parecía indicar que la aprobación de las leyes secundarias seguiría esa ruta, pero al final las bases se impusieron y han desatado una autentica insurgencia magisterial que se ha extendido a lo largo y ancho del país.

Las movilizaciones han ido desde Baja California Sur hasta Cancún. En ciudades como Campeche, Xalapa y Guadalajara se han desarrollado movilizaciones históricas que no habían sido vistas desde hace muchos años.

Movimientos como el que estamos presenciando no suelen extenderse por mucho tiempo, sin embargo la bases se han mantenido firmemente en pie de lucha.

La naturaleza de la lucha

Los docentes no somos agentes aislados e insensibles a los problemas de nuestro entorno. Por el contrario percibimos las contradicciones e injusticias sociales.

El magisterio siempre ha jugado un papel en las luchas sociales históricas. Bajo la dictadura de Porfirio Díaz surgieron los primeros intentos de organización gremial. Aquellas primeras batallas magisteriales fueron brutalmente reprimidas por la bota militar.

La revolución mexicana puso en la palestra de la historia a los mejores luchadores sociales, algunos de los más brillantes surgieron del magisterio.

Otilio Montaño, profesor rural en el estado Morelos, se convirtió en un general destacado del ejercito zapatista. Por órdenes de Zapata, redactó el Plan de Ayala en el que desconocía a Madero por haber traicionado la causa campesina.

El movimiento anarquista también agrupó a los mejores luchadores provenientes del sector docente, Librado Rivera fue uno de ellos. Nacido en Sal Luis Potosí, consagró toda su vida a la causa revolucionaria. Fue compañero de armas de los hermanos Magón, fue redactor de Regeneración y El Hijo del Ahuizote. Junto con Ricardo Flores Magón fue apresado en Estados Unidos y ahí presenció el deterioro de salud de su entrañable camarada y, finalmente, de su muerte. Al salir de prisión continuo la lucha dirigiéndose al puerto de Tampico donde colaboraría y organizaría a las fuerzas anarquistas.

Mientras las injusticias sociales prevalezcan, siempre habrá presencia de algún profesor en la lucha contra esas injusticias. Quien piense que la obligación del maestro es encerrarse en sus cuatro paredes, refleja un profundo desconocimiento de la historia. Lucio Cabañas, Genaro Vázquez, Othón Salazar y muchos otros más, representan la figura del maestro como factor del cambio social. El odio con el que hoy los medios de comunicación atacan al movimiento, es el mismo odio que le tienen a todos aquellos maestros revolucionarios que dieron su vida en la búsqueda de una sociedad libre de las injusticias y la desigualdad.

Los miles y miles de maestros que se están movilizando contra la reforma educativa en realidad están expresando su hartazgo contra el orden establecido, la violencia, los excesos de los políticos y las mentiras de los medios de comunicación. Para el gobierno, los empresarios y todos sus paladines, estos movimientos representan un grave peligro precisamente porque rápidamente las bases pueden sacar la conclusión de que el problema no es una reforma constitucional sino el sistema político y económico en sí mismo.

¿Hacia dónde vamos?

El movimiento rápidamente pasó a ser una verdadera insurgencia magisterial. Las bases entendimos que la solución no se basaba en maquillar algunos aspectos de las leyes secundarias, así que muy pronto exigimos la abrogación completa de la reforma.

En el proceso las bases se han levantado y arrasado con las direcciones charras y semicharras. Han levantado la bandera de la CNTE de manera instintiva, aunque en realidad en muchos lugares el movimiento carece de información y organización. En movimientos amplios como éste, los líderes naturales salen a la superficie y juegan su papel, sin embargo el peligro de la traición siempre estará implícita en la situación.

Los viejos líderes corruptos están esperando el desgaste de las bases, tenemos que comenzar a organizar la democratización del SNTE en todo el país. Los charros han mostrado su bancarrota apoyando la reforma educativa y promoviendo sus "beneficios" entre los maestros. Ahora han sido echados como la basura que siempre representaron.

Un riesgo mayor son los lobos vestidos de cordero que conscientemente frenan y dispersan el empuje de las bases. Estos dirigentes son los más útiles para el gobierno, sin ellos el movimiento de las bases se desplegaría a sus anchas. No es casualidad que ahí donde las bases parecen haber emergido abruptamente, el movimiento ha alcanzado niveles históricos. Cuando las masas rompen con sus viejas direcciones, realmente se desprenden del lastre que representa lo más conservador y corrompido dentro del movimiento sindical. En ciertas circunstancias la lucha abierta contra la reforma educativa puede expresarse en la lucha inconsciente entre el despertar político de la base y el conservadurismo de la dirección.

En éstos momentos donde por un lado ya no hay nada que negociar con el gobierno, y por otro lado un movimiento enorme está en las calles, el destino del movimiento depende en gran medida de la capacidad de la dirección de organizar adecuadamente la lucha y llevarla hasta sus últimas consecuencias.

Necesitamos la unidad

Se ha hablado mucho de la unidad pero su construcción es compleja. A veces se alardea de la unidad con otros movimientos pero al mismo tiempo se asume una posición sectaria.

La cuestión fundamental aquí es que la unidad real sólo puede venir desde abajo. Los estudiantes espontáneamente han apoyado al movimiento magisterial a partir de la resistencia que se desarrolló contra el desalojo del zócalo. Los llamados a la unidad son estériles en la medida en que ni se construye, ni se les demuestra a los demás sectores que estamos dispuestos a dar una lucha frontal. La unidad por medio de acuerdos entre las direcciones son casos excepcionales. La unidad real ocurre en las calles, cuando miles de trabajadores vean que nuestra lucha no es sólo de nosotros y que la vamos a dar en serio.

Las simpatías de otros movimientos son evidentes. Junto a las acciones de los maestros ya se han unido otros sectores. En Veracruz, donde el movimiento ha demostrado una actitud amenazadora, los paros de maestros se han convertido en paros generales con movilizaciones de 50 mil personas. La noche del 15 de septiembre los maestros también fueron  violentamente desalojados de la Plaza Lerdo ¿Cuál fue la respuesta de los maestros? dos días después, el 17 de septiembre, convocaron a una enorme movilización que tomó nuevamente las calles del centro de Xalapa. Para miles de trabajadores del estado veracruzano estas acciones valen más que mil llamamientos.

Un tema más espinoso es la unidad con Morena. Para nosotros la lucha con las bases de éste movimiento es esencial para doblar al gobierno. No hablamos aquí de una integración orgánica a Morena ni mucho menos, la independencia del movimiento con respecto a los partidos no está en duda, es a las bases a la que nos debemos dirigir.

Cada vez está más claro que López Obrador no tiene otra intención más que construir un movimiento pacífico con fines electorales. Eso es lo que piensa él y toda la camarilla de políticos reformistas de Morena. Con la base la situación tiene otra naturaleza, miles y miles de personas creen honestamente en el proyecto de Obrador. Cerrar los ojos ante en enorme movimiento que se desarrolla en Morena es un error. No se trata de supeditar el movimiento magisterial a los designios de Andrés Manuel sino dinamizar y unificar a las bases de Morena con nuestras luchas, en ese sentido creemos que el magisterio debería movilizarse en las convocatorias de Morena, explicar nuestra lucha y proponerles un plan de acción que vaya más allá de las marchas y los mítines.

Lo último que el gobierno y los empresarios quieren es que las luchas se unifiquen. El hecho de que no se haya gravado con IVA a alimentos y medicinas y que la reforma energética no la hayan presentado en el congreso, refleja el temor del Estado ante un posible empalme en las distintas luchas.

El día del desalojo del zócalo gente que participa en Morena estaba presente en las mismas barricadas, esta situación refleja el fermento que existe en las filas del partido, una vez más: negarnos a mirar de frente la realidad sería hacerle el juego al Estado y las direcciones reformistas.

Poco que negociar, mucho por luchar

A estas alturas creer que es posible echar atrás la reforma educativa por medio de la negociación significaría vivir engañados. En consecuencia, no apostarle a radicalizar la lucha a nivel general sería un error. Ningún movimiento puede sostenerse indefinidamente, muchas marchas, por enormes que éstas sean, solo llevan al desgaste y la desmoralización.

Y es la reforma educativa o nada. Desmovilizar a la base con el argumento de que se han obtenido logros locales sería una traición. Difícilmente se volverán a presentar las condiciones para que el magisterio se agrupe como ahora. En el momento de escribir estas líneas se desarrolla el segundo día del paro cívico nacional. Las acciones de masas en los estados han sido contundentes. Debemos seguir esa línea e ir a fondo. La reforma educativa por ahora es letra muerta, pero cuando la marea descienda quien irá a fondo será el gobierno.

La situación en la capital parece desigual. Después del desalojo las muestras de apoyo no se hicieron esperar, inmediatamente la gente arribó a la plaza del monumento a la revolución con víveres, ropa, etc. En las universidades se llevaron a cabo asambleas enormes, en algunas facultades y escuelas de la UNAM incluso más grandes que las que se tuvieron para decidir la huelga del 99-2000. El movimiento estudiantil en la capital se puso a las órdenes de la dirección del movimiento y al final no pasó gran cosa. La realidad fue que en la capital, donde el golpe tendría que haber sido contundente, lo que ha imperado en estos últimos días ha sido la desorganización.

Los días que vienen son clave. A Oaxaca le han llegado con el canto de las sirenas, quieren sacarlos del DF y dispersar el movimiento. El plantón en el zócalo se había convertido en un símbolo de resistencia, el desalojo pegó en el ánimo de las bases y no recuperarlo (incluso cuando fuera de manera simbólica) está acarreando desmoralización y confusión.

Los días que vienen son claves. Si Oaxaca acepta las concesiones del Estado, es probable que esto se reproduzca en otras secciones. Sin embargo el movimiento a nivel general va en ascenso, la insurgencia sigue y vive, ¡sigamos a la ofensiva!
 

Fecha: 

19 de septiembre de 2013

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