Venezuela concede asilo político a Edward Snowden

Escrito por: 

Francisco Lugo
 
Transcurridos los primeros nueve días de Julio de 2013, la respuesta afirmativa del gobierno de Nicolás Maduro a la solicitud de asilo dirigida por Edward Snowden a la República Bolivariana de Venezuela pareciera la electrizante conclusión de un intrigante episodio en una trama de espías internacionales. Sin embargo, hay más en la historia del otrora técnico de la Agencia Central de Inteligencia de los EU -CIA, en inglés- que sólo el drama implícito en las acusaciones de contraespionaje que el gobierno de su propio país ha lanzado en su contra, o aún más que el escándalo provocado por la divulgación de las execrables prácticas de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA, en inglés). Los acontecimientos que lo involucran dejan traslucir algunos rasgos característicos de la actual decadencia del sistema económico capitalista.
El 6 de Junio, los periódicos estadounidenses The Guardian y The Washington Postdieron a conocer, a instancias de Edward Snowden, el programa de espionaje electrónico internacional del gobierno de los EU: PRISM. La NSA había persuadido a las más importantes compañías proveedoras de servicios de internet de facilitarle la información personal de sus usuarios en todo el mundo sin mediar una orden judicial. Así, servicios de redes sociales y de comunicación remota, fabricantes de hardware y productores de software,con millones de usuarios alrededor del globo, como Facebook, Google, Microsoft y Apple, lo mismo que la compañía telefónica AT&T, entre otras, rindieron al aparato de defensa estadounidense la información solicitada, incluyendo conversaciones electrónicas enteras. Según los relatos del propio Snowden, una vez que un usuario particular es señalado, se vuelve blanco de vigilancia permanente. Y aunque los funcionarios estadounidenses de inteligencia pretenden ampararse en la legislación anti-terrorista nacida de la histeria colectiva que provocaron los atentados terroristas del 11 de Septiembre de 2001, las motivaciones del gobierno de los EU en el asunto distan de ser cristalinas.
 
Asistido por un miembro del equipo de defensa legal del portal electrónico Wikileaks a cargo del juez español Baltazar Garzón, Snowden consiguió evadirse de su domicilio en Hawaii para ponerse rumbo a Hong Kong y finalmente al aeropuerto Sheremetyevo de Moscú. Ahí, aconsejado desde la embajada ecuatoriana en Londres por Julian Assange, el fundador del citado portal (que filtró a la prensa internacional una ingente cantidad de cables secretos de la inteligencia estadounidense), Snowden solicitó asilo a distintos países latinoamericanos. El 3 de Julio, en un deplorable incidente, el vuelo que transportaba al presidente boliviano Evo Morales -procedente de Moscú- tuvo que aterrizar de improviso en Viena, luego de que los gobiernos de Italia, España y Portugal se rehusaron a que sobrevolara sus respectivos territorios en su regreso al continente americano, ante la sospecha de que pudiese estar transportando subrepticiamente a Edward Snowden. Finalmente, el asilo le fue ofrecido un par de días después por el gobierno venezolano y podría concretarse en unos pocos días más.
 
La obediencia ciega de las compañías involucradas en el programa de espionaje PRISM, en perjuicio de sus usuarios, el servilismo de los países europeos involucrados en el incidente del avión del primer mandatario boliviano (blanco ellos mismos del espionaje estadounidense) y la feroz cacería contra un supuesto espía que no ha vendido a nadie la información sustraída, sino que la ha hecho pública, más que la agenda de un gobierno nacional delatan la protección de intereses de clase en un ambiente mundial de creciente descontento social. El orden económico burgués de la actualidad no encuentra otra garantía de su permanencia -aún en el corto plazo- que una vigilancia paranoica de la sociedad; sólo sobre la base de la violencia física y moral puede sostenerse todavía el capitalismo.
 
 

Fecha: 

17 de Julio de 2013

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