La burguesía en nuestro país no está dispuesta a ceder ante el movimiento, el triunfo del AMLO daría confianza a los trabajadores y a los jovenes para mejorar sus condiciones de vida, las elecciones serían un medio por el cual el pueblo presionaría a AMLO para llevar a delante sus propuestas e ir más allá, pero obviamente no está dispuesta a ceder ninguna concesión a los trabajadores y ha optado por nuevamente un fraude electoral.

América Latina es un claro ejemplo de cómo los trabajadores y la juventud han usado las elecciones para llevar al poder a gobiernos de izquierda, a partir de eso se han abierto procesos revolucionarios y de lucha, debido también al choque con la derecha, que ha tratado de mantener los intereses de una minoría.

En México acabamos de ver como se llevó a cabo un fraude electoral descarado con el objetivo de impedir un gobierno de izquierda y lleva al gobierno a EPN para continuar con las reformas estructurales y golpear fuertemente al movimiento. A pesar de que en 2006 también la burguesía optó por un fraude electoral, la situación que vivimos es diferente, existe mayor organización del pueblo trabajador y la juventud ha entrado a movilizarse contra el candidato de la oligarquía.

Producto de la organización de 6 años por parte del movimiento que se ha organizado en torno a AMLO, surge Morena, que lo conforman más de 4 millones de personas, la mayoría de ellas conscientes que quieren una transformación en nuestra sociedad, mucha de esta gente estuvo el día de la elección cuidando muy bien las casillas y defendiendo el voto sin esperar nada a cambio, y que de igual forma se ha movilizado en contra de EPN y ha apoyado el proyecto de la izquierda.

Para un sector de los dirigentes de izquierda Morena y Morenaje solo surgen para el proceso electoral y apoyar la candidatura de AMLO, pero el movimiento ha tomado el nombre y la estructura de Morena y morenaje como una bandera de lucha.

La imposición de Peña Nieto, ahora más que nunca exige que nos organicemos y fortalezcamos Morena y Morenaje, se formaron miles de comités a nivel nacional, algo que no se había hecho en mucho tiempo y por medio de los cuales la gente participó, se organizó y discutió cual rumbo del país quería.

Es claro que los primeros resultados de la elección y la campaña mediática de los medios de comunicación fue un duro golpe para millones de trabajadores y jóvenes que esperaron que este proceso fuera limpio y se respetaran los resultados. Pero debemos de reagruparnos en nuestros comités para, de forma organizada lanzar la ofensiva contra quienes nos oprimen.

Tenemos que darle un giro a esta organización, ya que debe ser democrática, lo que significa que las decisiones que se tomen, sean consultadas con la base y acatadas por los miembros. De igual forma en las responsabilidades que existen, tiene que estar la gente más preparada y electa por la mayoría. Una parte de responsables actuales fueron puestos desde arriba, se dará el caso de que es gente preparada para asumir esas responsabilidades, pero la mayoría de las veces no ocurre así. Los responsables debe ser gente reconocida por su trabajo construyendo Morena.

Se ha planteado que se realizará un congreso de Morena en noviembre para decidir el rumbo de este movimiento, lo más ideal dadas las circunstancias, sería que ese congreso se adelantara ya que se necesita discutir entre los miembros de esta organización que perspectiva existe para la situación en nuestro país, para la izquierda y realizar un plan de acción para hacer frente a la derecha, que no tardará en los ataques (IVA en alimentos y medicinas, privatizaciones, Ley Federal del Trabajo, etc.), además debemos de organizar urgentemente la lucha contra la imposición de Peña Nieto. El congreso debe decidir si Morena deberá ser una nueva fuerza política de izquierda, donde se aglutine el sector más consciente de los trabajadores y la juventud mexicana, dejando a un lado los vicios que han prevalecido en los actuales partidos de la izquierda: el clientelismo, la antidemocracia y el ver los puestos estatales y partidarios como un fin en sí mismo y no como herramientas para fortalecer la lucha y la organización popular.

Es necesario el fortalecimiento de Morena, mejorar su estructura, su organización, su democracia, pero también es importante que sus miembros se formen políticamente, es algo de lo que ha faltado en la izquierda mexicana, la falta de cuadros políticos, capaces de orientar al movimiento y organizarlo. Debemos de aprender de la historia para no cometer los errores del pasado, el movimiento necesita discutir y hacer un análisis de que izquierda necesitamos en México, una izquierda que esté al servicio del pueblo, usando los métodos históricos de la izquierda como lo es la huelga general, las movilizaciones y las brigadas.