Las tareas de los sindicatos ante el fraude electoral

Escrito por: 

David García Colín, Sindicalista del SUTIEMS

Las evidencias de fraude se acumulan: Las tiendas Soriana abarrotadas para cobrar las cientos de miles de tarjetas por la venta del voto, la cuenta paralela en Monex cuyo monto supera por sí mismo los topes de campaña - 10 mil tarjetas coincidentes con el número de operadores del PRI-, el operativo “Ágora” del SNTE  para garantizar el acarreo de miles de personas, el compromiso de los gobernadores del PRI para asegurar millones votos a Peña Nieto, el hecho de que en el Estado de México los votos por la elección federal alcanzaran el 61% mientras que en las locales sólo el 50% , las irregularidades denunciadas en más de 113 mil casillas, la campaña de las televisoras revelada por The Guardian, etc. en los próximos días esas evidencias seguirán acumulándose y aumentarán la certeza de que Peña Nieto está a punto de ser presidente con uno de los operativos más sucios y caros en la historia de nuestro país.

Esto ya es de dominio público, pero es fundamental que los trabajadores y nuestros sindicatos tengamos claro el porqué de esta imposición y, sobre todo, lo que tenemos que hacer para evitar los nefastos resultados de este nuevo fraude contra la clase trabajadora. Es claro que la oligaraquía –la gran burguesía que está detrás de los medios de comunicación masivos, vinculada con el imperialismo- ha impuesto a Peña Nieto para aumentar sus beneficios mediante más ataques a los trabajadores y más privatizaciones. Estos ataques incluyen, en primer término, la entrega del petróleo a las trasnacionales españolas, británicas y estadounidenses; incluyen la destrucción de los derechos laborales a la sindicalización, los contratos colectivos, en suma, la precarización total del empleo; incluyen la destrucción total de la educación humanista y los derechos colectivos de los maestros; incluyen la reforma fiscal para que la población pague más impuestos. En fin, incluyen una batería de ataques para los trabajadores. Estos c
omenzarán incluso antes del 1 de diciembre seguramente a partir de septiembre cuando el PRI y el PAN tratarán de allanar el camino de las contra-reformas en el congreso. La vergonzosa actitud de la candidata del PAN demuestra que se aliará con el gobierno de Peña Nieto para impulsar el programa de los grandes empresarios

Por todo lo anterior es una cuestión de vida o muerte para los sindicatos hacer todo lo que esté en nuestra manos para echar abajo los planes de la burguesía, ello incluye necesariamente la lucha contra la imposición. La cuestión es qué tipo de lucha necesitamos. Los últimos 6 años de movilizaciones, desde el fraude hasta la desaparición de Luz y Fuerza del Centro, demuestran que la lucha legal y las marchas multitudinarias por sí mismas son absolutamente insuficientes y constituyen ya una simple calderilla para sacar presión. Si queremos realmente evitar una nueva tragedia para la clase obrera ya no existe otro camino que la organización de una huelga general masiva y contundente. En esta tarea los sindicatos tienen que jugar un papel fundamental pues son éstos la punta de lanza para una huelga general exitosa. Las estructuras de Morena y Morenaje, por su parte, pueden jugar el papel de columna vertebral para la agitación y organización en la periferia de los centros de trabajo y en las colonias. En concreto, es necesaria una coordinación nacional que impulse la huelga, por medio de brigadas, asambleas en los centros de trabajo y colonias, formando comités de acción. Si logramos impulsar una huelga que incluya a las escuelas, las minas, el transporte, las grandes empresas, etc. podemos aspirara a evitar la imposición o, más aún, plantear nuevas tareas como la conformación directa de un gobierno para los trabajadores. Aún cuando en muchas empresas privadas domina la CTM, es posible contagiar a los trabajadores organizando brigadas que llamen a la huelga para ganar a un núcleo que pueda agitar y organizar dentro de los centros de trabajo e, incluso, fomentar la democracia sindical en el seno del charrismo; para ello se requiere una organización y agitación masivas. Como hemos señalado, la estructura para ello ya existe, está en el Morena, en el Morenaje, en el “#Yo soy 132”, está en la OPT. Sólo hace falta dotar a esas estructuras de un plan de acción impulsado desde las bases.  El SME sabe formar brigadas de agitación y lo hace bastante bien. ¿Porqué no orientarlas en la dirección correcta?

Es verdad que la organización de una movilización como ésta no es sencilla, de hecho platea nuevas tareas, retos y complicaciones; pero creemos que a estas alturas constituye el único plan de acción realmente efectivo. Incluso asumiendo la imposibilidad de evitar que Peña Nieto tome posesión como presidente de México, tal organización y plan de acción será necesario para evitar la continuación de los ataques y la permanencia de un gobierno fraudulento. No creemos, por otra parte, que la organización de una huelga general, como señalan algunos, implique violencia. Por el contrario la organización masiva y la movilización son la única manera de evitarla como lo testimonia los 71 mil muertos que nos ha costado la imposición de Calderón. La formación de comités, de estructuras asamblearias unificadas, de brigadas de agitación no implican, para nada, acciones violentas. La violencia, en todo caso, vendrá del régimen –incluso sin huelga-pero aún así la organización es el mejor medio de contenerla, responderla y evitarla.  

Los sectores avanzados y los trabajadores sabemos o intuimos que el plan de acción que propone AMLO está muy por debajo de lo que se necesita para impedir la consumación del fraude porque desvía las esperanzas y el foco de las movilizaciones al terreno jurídico, en el espacio donde la burguesía puede tener el control total. Este vacío puede ser llenado con un plan de acción alternativo impulsado por sindicatos con eco y autoridad como el SME, organizaciones como la OPT o el sindicato minero; inclusive, impulsándolo desde las bases de Morena y Morenaje y el “#YoSoy132”. De ahí la relevancia política que pueden adquirir los sindicatos si están a la altura de los acontecimientos. Convoquemos, pues, coordinaciones para la formación de un frente y un plan de acción serio y decidido. De otra manera nos esperan otros 6 años de pesadilla, especialmente a los sindicatos y a los trabajadores.  
 

Fecha: 

Julio de 2012

Periódico: 

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