Hace un sexenio, siendo apenas un niño de 12 años, escuchaba incesantemente la frase: “AMLO es un peligro para México”, utilizada por Felipe Calderón en sus mítines y en sus spots televisivos, aunque no alcanzaba a comprender todo el trasfondo de esa frase llena de malicia.
Ahora, 6 años después, podemos preguntarnos “¿Quién resultó un peligro para México?”. Bien dicen en mi pueblo que más rápido cae un hablador que un cojo y Felipe Calderón cayó por el peso de sus propias palabras. Desde el primer minuto de usurpar la presidencia inició su larga decadencia, demostrando su mezquindad.
Aquél que alegaba que Andrés Manuel terminaría por destruir al País nos dejará un legado de decenas de miles de muertos, millones de pobres y miles de desempleados.
Aquél candidato incendiario que juraba que AMLO iba a ser un obstáculo para la juventud terminó cerrándole con sus políticas voraces neoliberales, la puerta de las Universidades a cientos de miles de jóvenes en todo el País.
¿Andrés Manuel, un peligro para México? Seguramente para el México que imaginaba y con el que soñaba muy en sus adentros el usurpador.
Un peligro para ese México entregado, ya que defendería nuestra soberanía nacional, un peligro para el México marginado, ya que con eficaces políticas de desarrollo social se podría salvar de la pobreza y darle oportunidad de desarrollo a millones de personas. Un peligro para el México ensangrentado, pues con más escuelas y más empleo tendríamos mexicanos preparados y capaces de llevarle el sustento a su familia de una manera digna y en Paz.
Andrés Manuel López Obrador es un peligro para ese México corrupto, ese México dominado y oligárquico, ya que con la participación de todos los sectores de la población, de cada uno de los mexicanos, avanzaremos a un País democrático, transparente, justo y equitativo.
¿Un peligro para México? El verdadero peligro son aquellos que pretenden vender a nuestro País, son aquellos que quieren entregar nuestros recursos y nuestra riqueza a cambio de prevalecer en el poder, un peligro son aquellos que enlutan cada día a los hogares mexicanos, aquellos que le cierran la puerta de las escuelas de nivel medio superior y superior a los jóvenes que quieren prepararse y tener una vida digna. Son un peligro todos aquellos que abandonan a su suerte a los más necesitados, a nuestros hermanos indígenas, condenándolos a la miseria y a la muerte.
Seis años después, nos hemos dado cuenta de que aquella frase llena de malicia y de odio terminó por aplastar a aquél que no se cansaba de usarla para llenar de miedo las conciencias de los mexicanos.
Tenemos una oportunidad más, démosle a nuestro País la oportunidad de vivir, de crecer, tenemos todo para salir adelante, para ser una nación grande.
Demostremos entre todos que el pueblo no es ni será jamás un peligro para México.