UABC, comienza la lucha por la educación pública

Escrito por: 

Alba Zamora

Compañeros, hemos sido testigos en estos días de un proceso que concierne a todos los estudiantes universitarios y no universitarios. No se trata de la imposición de un examen o de tener que pagar 800 pesos en caso de reprobarlo. No, se trata de la privatización de la educación pública.

La Universidad Autónoma de Baja California, como cualquier otra universidad pública, lucra de la educación de los estudiantes. Esta vez fue a través del examen de trayecto. El examen de trayecto o de "trayectoria" es un examen que realiza la Escuela de Humanidades de manera obligatoria para establecer un filtro académico y económico en la Universidad.

El fin de este examen es acreditar los programas de estudio ante instituciones de carácter nacional e internacional y darles un "plus", un "ISO". Éste no tiene sentido en lo absoluto ni justificación alguna debido a que se nos evalúa continuamente a través de exámenes parciales, ordinarios y departamentales.

Por si fuera poco, al imponer un examen de este tipo para darle renombre a la Escuela, quería impedirse la entrada a la siguiente etapa (Etapa Disciplinaria, en este caso) si se reprobaba el examen. La única manera por medio de la cual se podría pasar al siguiente semestre sería tomando un curso "remedial", para esto se deben pagar 800 pesos. La realidad es bastante obvia. Si reprobamos el examen, ellos sacan dinero. Si se sale un estudiante porque no puede pagar el curso, se ahorra los gastos que se invierten en el estudiante que es incapaz de sobrellevar las cargas económicas que se le imponen y que se le seguirán imponiendo conforme pase el tiempo.

Hubo bastante descontento entre los compañeros en Humanidades. Los estudiantes de Etapa Básica a quienes se aplicaría el examen en esta ocasión no estuvieron de acuerdo con la cuota, a pesar de que varios sí estuvieron de acuerdo con el examen. Con el fin de pedir información sobre el examen de trayecto (por qué, para qué...) y de manifestarnos en desacuerdo con el mismo y con los 800 pesos del curso “remedial” redactamos una carta en nombre de los alumnos de Etapa Básica, misma que firmamos aproximadamente 60 compañeros.

Entregamos la carta al coordinador de Etapa Básica, el maestro Ochoa Cejudo, y al subdirector y quedamos en organizar una reunión en la que participaríamos los estudiantes de Etapa Básica, turno matutino. La reunión se acordó para el día 15 de mayo a las 9:00 a.m. La asistencia a esta reunión por parte de los alumnos fue buena. Aproximadamente 76 compañeros (los estudiantes de Etapa Básica del turno matutino).

A las 9 en punto el coordinador se veía algo preocupado por los pasillos de la Escuela, resulta que la sala estaba ocupada y no había lugar para tener la reunión. El coordinador propuso que se hiciera en un salón de clases con los que cupieran, y que después él hablaba con los que no cupieran. Nos negamos y propusimos otro lugar. En fin, quedamos en hacerlo en la "sala de teleconferencias"... Para esto ya eran las 9:30 de la mañana y no llegaba el subdirector (el director de Humanidades nunca llegó). Cuando ya por fin llegó el subdirector entramos todos los estudiantes de Etapa Básica (2do semestre) del turno de la mañana (aprox. 76) a la sala de teleconferencias.

Los puntos que tratamos fueron los siguientes:

  • ¿El examen de trayecto es un examen que impone la universidad u otra organización?
  • ¿Si se reprueba el examen de trayecto podemos pasar a etapa disciplinaria o no?
  • ¿El curso de recuperación (o de nivelación) es obligatorio o es sólo una recomendación (como lo plantearon reiteradamente)?
  • ¿Quién decide el costo del curso y en base a qué?

Por último, una propuesta:

  • Que el curso lo den compañeros de etapa disciplinaria o terminal como parte de sus prácticas profesionales y que sea gratuito para nosotros.

La reunión se llevó a cabo en un ambiente participativo por parte de los compañeros, sin embargo, unas preguntas quedaban sin respuesta o con una "respuesta" no concreta por parte de los directivos. En varios casos se negaban abiertamente a darnos información (como al pedir información sobre el destino de los 800 pesos).

En pocas palabras las conclusiones de la reunión quedaron de la siguiente manera:

  • El examen lo impone la Universidad, dejando como opción que cada escuela o facultad lo haga o no obligatorio. Esperando ganar prestigio, la Escuela de Humanidades decidió hacerlo obligatorio. ¿Cómo gana prestigio? Hay organizaciones como la CIEES y otras (que no nos mencionaron, por que no recordaban cuales eran ¾claro¾) que de alguna manera levantan el nombre de la institución si se impone el examen.
  • Si se reprueba el examen sí podemos pasar a la etapa disciplinaria (siguiente semestre). Esto se decidió de manera muy extraña ya avanzada la reunión. Se reconoció que se nos había mal informado al habernos dicho que si no pasábamos el examen de trayecto no pasaríamos a la etapa disciplinaria.
  • El curso de recuperación no es recomendación, es obligatorio (después de habernos dicho que siempre había sido sólo una recomendación y que así seguiría; sabemos que nunca fue así) Sin embargo, nos brindan la facilidad de elegir cuándo hacer el curso...
  • El costo de curso es para cubrir los costos del mismo. Parece ser que el costo se basa en una especulación (primero se nos dijo que era para pagar los honorarios de los maestros; después se nos dijo que no sabían cuantos maestros darían el curso, por último se nos dijo que un maestro daría el curso) Dieron a entender que los 800 pesos era para que si sólo dos alumnos reprobaban, pudieran pagarle a el o los maestros que impartieran curso. (Claro que si reprueban más, mejor). Ah, y el costo del curso se decide en la dirección de Humanidades (entre el director, el subdirector y la administradora).

Quedaron en que al siguiente día nos darían respuesta por escrito respecto a la posible gratuidad del curso. También nos darían por escrito un desglose de los 800 pesos.

A las 9 de la mañana del día viernes 16 de mayo comenzamos a presionarlos para que nos entregaran el documento, el coordinador dijo que esperaría a que llegara el subdirector. Esperamos hasta las 10:30 cuando por fin se apareció el Sr. subdirector. Nos dijeron que nos reuniríamos en el audiovisual, accedimos. Para esto hubo un problema: muchos compañeros salían temprano el viernes y no estaban cuando dimos el aviso de que nos reuniríamos a las 10:40. En total fuimos como 30 compañeros (menos de la mitad que la reunión pasada). El coordinador y subdirector aprovecharon esta falta de asistencia para hacer algunos comentarios sarcásticos. No tenían ningún documento por escrito, no quisieron dar el desglose de los 800 pesos. Bajo el pretexto de decir que querían tomar en cuenta nuestras propuestas fue que no trajeron el documento que pedimos. Dijeron que era imposible que un compañero de semestres más avanzados impartiera el curso debido a su "incapacidad" para hacerlo. Propusieron entonces que se volviera a cursar la materia en la que se saliera mal en el examen. Esto se haría de manera informal, tendría que cumplirse con un mínimo de 65% de asistencia y no habría ningún tipo de evaluación de carácter oficial al final del semestre en que se vuelve a cursar la materia. Esta opción es bastante irracional. Cursar una materia aparte de la carga de 6 materias obligatorias es pesado, además que se complica el horario. Manifestamos nuestro desacuerdo pero no iban a ceder más. Para el final de la reunión quedamos sólo 7 compañeros, de esto se aprovecharon ambos para comenzar a decir que no teníamos ninguna propuesta, que parecía ser que la mayoría aceptaba la opción que dijeron (ah! porque sigue en pie lo de los 800 pesos del curso de recuperación, sólo que ahora como opción —desde luego muchos no querrán recursar la materia, esto implica tiempo, gastar en transporte, tal vez tener que comer en la universidad, haciendo a un lado el hecho de que los compañeros que trabajan no podrán tomar esta alternativa—).

El martes 20 de mayo fue el examen de trayecto. Lo hicimos pues muchos no estaban dispuestos a no hacer el examen. Al día siguiente, el 21 de mayo publicaron las calificaciones. De 141 compañeros, 14 reprobaron. El 10%. La mayoría pasó el examen que en realidad fue bastante complicado. Los compañeros que estuvimos involucrados organizando a los compañeros para que acudieran a las reuniones obtuvimos calificaciones altas. Conclusiones: pasaron a la mayoría para evitarse problemas. Saben los directivos perfectamente que de esa manera los estudiantes se sentirían tranquilos y se conformarían con no tener problemas, aprovechándose de la actitud individualista, que a falta de una opción revolucionaria cristalizada en una organización que les asegure un mejor futuro, muchos estudiantes asumen como la forma de sobrevivencia en este sistema capitalisita.

Estamos ahora a 29 de mayo y ¿qué ha pasado? Propusimos una reunión entre los compañeros de Etapa Básica (1ro y 2do semestre) pero, parece ser que la estrategia que utilizaron los directivos ha funcionado, los compañeros no asistieron. Para esto el día tocó lluvioso. Hemos mandado volantes, vía Internet, a los compañeros para resaltar la importancia de la organización para luchar por una verdadera universidad pública. En esta ocasión, faltó tiempo para organizarnos mejor, debido a que se nos avisó del examen tan sólo dos semanas antes.

Las autoridades aún no ceden ante nuestra demanda de oficializar la propuesta que se nos dio por medio de un documento por escrito en el que se señale claramente lo que se resolvió en las reuniones pasadas. Hemos escrito una carta, nuevamente, exigiendo que se nos entregue el documento (misma que han firmado los compañeros). Sabemos que si no nos organizamos, no se nos tomará en cuenta. Lo único que podemos hacer frente a esta batalla perdida es sacar conclusiones y usar esta experiencia para crecer.

Debemos tomar conciencia como estudiantes. Debemos entender que si nos organizamos podemos hacer que las cosas cambien. No antes. No de otra manera. Nadie va a luchar por nosotros, es nuestra tarea defender aquello a lo que tenemos derecho. La educación pública gratuita es nuestro derecho y nos corresponde defenderlo y luchar por él. Esto no se logrará hablando civilizadamente con las autoridades, éstas no cederán tan fácilmente, de esto nos hemos dado cuenta en estos últimos días. En la UABC no existen esas tradiciones de lucha, pero estamos comenzando a establecerlas poco a poco, a través de volantes, invitaciones a los Círculos de Estudio Marxistas, con la convocatoria a asambleas en donde se discute de manera franca, amplia y abierta la problemática a la que nos enfrentamos. El debate de ideas en la escuela es una condición necesaria para la formación de los profesionales que posteriormente han de retribuir el esfuerzo del pueblo trabajador por otorgarles especialización. Garantizar y fomentar este debate, es una de nuestras tareas primordiales.

Estamos convencidos de la capacidad que como estudiantes tenemos de analizar y proponer soluciones a los problemas que nos enfrentamos día a día dentro y fuera de la escuela. Estamos convencidos de que éstos en última instancia, para lograr dichas soluciones, es necesario estrechar nuestra lucha con la de los trabajadores a nivel nacional e internacional.

Este convencimiento es el motor que nos impulsa a construir una organización estudiantil en la UABC que nos permita afrontar los retos que están por venir. Una organización que nos permita acercarnos a la construcción de un futuro mejor para la humanidad.

Compañeros,
La educación no es un privilegio, es un derecho.
¡Organicémonos y luchemos por una verdadera universidad pública!
¡Unidos y organizados, venceremos!

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