Ahora que me dirijo al campamento, pienso en toda la gente que va de prisa inmersa en sus pensamientos y me asalta una duda: ¿Cuáles serán estos? Todos con sus propios problemas. ¿Pensarán acaso que muchos de estos son propiciados por la injusticia que existe en nuestro país? La preocupación que me aqueja es la conformidad creada por la misma necesidad de sobrevivir y esto me reafirma aún más que no voy a aceptar algo que ningún ser humano merece.

Ahora mi lucha está encaminada a restablecer un Estado de Derecho ¿Pero cómo? Muy repetidamente me pregunto qué es lo que debo hacer, mi respuesta es: luchar por una concientización hacia la Justicia Social
Para nosotros las mujeres del hogar, trabajadoras no asalariadas, el vivir esta lucha es triplemente difícil pero no por esto estamos convencidas claudicamos. Nuestros días no tienen nombre, ahora han cambiado, estos se traducen en lucha, lucha, lucha, esto es nuestro alimento para seguir resistiendo.
Yo como hija, esposa, madre, familiar de electricista en este momento de la vida me toca librar esta batalla junto con mi compañero de vida y con todos ustedes hermanos de clase y decirles que me pongo la camiseta no sólo como un gremio, sino como una unión en la cual el mensaje sea Justicia. Yo les digo que existe una fuerza muy grande la de las mujeres luchadoras, combativas, convencidas de que no nos rajamos, que nos duele lo que pasa en nuestro país, que quisiéramos ser el remedio que quite ese dolor, pero sabemos que para que eso pase debemos construir con la convicción de que tenemos la obligación y el compromiso de educar dentro del seno familiar y también fuera de él, el ir quitando esa cultura del individualismo y conformismo que nos aqueja.
Hago una invitación a todas aquellas mujeres que se unan a esta lucha también, es parte de nosotras, que sepamos defender lo que se nos robó, con todas nuestras fuerzas cada quien desde sus propias trincheras, apoyando a los trabajadores, no gastando muestras energías con el que no es nuestro enemigo, el enemigo es otro, el que nos quita, el que nos roba, el que nos reprime, el que nos humilla.
No estoy descubriendo el hilo negro, se han librado muchas batallas por otras mujeres y hombres, algunos con rostro y nombre, algunos sin ellos. Un reconocimiento a todos ellos, ojala hagamos lo mismo y logremos crear todos juntos un país digno, justo y libre para todos los que amamos al país, o sea todo el pueblo mexicano.
Me despido esperando haber llegado a la conciencia y a la sensibilidad de todos.
Sinceramente, una mujer que lo que más quiere es el restablecimiento de todos nuestros derechos.

Mujer SMEITA por convicción
¡Siempre juntos hasta la victoria!

Familias en Pie de Lucha
Norma Carrillo