¿Nos serviría en México una Asamblea Constituyente?

Escrito por: 

Ezequiel Bernal Hernández

En una incesante búsqueda de alternativas para mejorar nuestra situación económica, nos encontramos con muchas propuestas de solución. Sin embargo, vale la pena hacer un esfuerzo para poder dilucidar cuáles de esas propuestas son alternativas para un cambio genuino de nuestra precaria situación. En este sentido, la propuesta de una posible asamblea constituyente en México, merece un breve pero aclaratorio análisis.

 

En las dictaduras o monarquías donde no hay constitución la Asamblea Constituyente suele ser una consigna progresista, dado que atrae tras de si la necesidad de una revolución, en cuyo desarrollo pueden darse múltiples acontecimientos en donde las masas pueden extraer la conclusión de la necesidad de la lucha por el socialismo.
Pero donde hay experiencia de decenas e incluso de cientos de años de constituciones incluso liberales ¿que sentido tiene una Constituyente más?
Aceptamos que una asamblea constituyente serviría en países en los cuales no existe tal parlamento, elecciones u otros derechos democráticos; en países tales, sí puede jugar un papel positivo el establecimiento de una asamblea tal. Dicho esto, es claro que en México no se carece de tales derechos y que, por lo tanto, la presencia de una asamblea constituyente en nuestro país no cambiaría en nada nuestra situación. Plantear la posibilidad de una asamblea constituyente implica solamente cambiar el régimen actual por otro que puede parecer más bueno con el pueblo o más democrático. Lo que debe aceptarse, y el pueblo trabajador lo sabe, es que no necesitamos una nueva forma de democracia burguesa sino eliminar el sistema de miseria en el que vivimos (capitalismo) y que el poder pase a los auténticos dueños del mundo: los trabajadores.

Democracia en el capitalismo
La existencia de una asamblea constituyente implica un parlamento democrático. Esto puede sonar diferente a lo que tenemos como parlamento en México, pues nadie duda que nuestros derechos electorales y nuestro parlamento tengan de democráticos lo que Elba Esther Gordillo tiene de bella. En este sentido parece que una asamblea constituyente, por el hecho de ser democrática, hace falta en nuestro país. Sin embargo, la historia nos ha mostrado que mientras todos los bienes materiales estén en manos de un puñado de parásitos explotadores del pueblo trabajador, cualquier tipo de parlamento será un servidor de la burguesía que por mucho alarde que haga de ser democrático, dicha democracia siempre será parcial, y esto sucede hasta en los países más “democráticos”. Y es que en verdad no cabe duda que nuestras libertades democráticas son una mera caricatura, que nuestro voto no es respetado y de que nos hacen toda suerte de fraudes, pero precisamente todo esto es el verdadero contenido de la democracia en este sistema de barbarie. ¡Qué más da un cambio de parlamento por otro que en esencia es lo mismo: un nido de ratas!
Ahora, si por asamblea constituyente se tiene en mente un verdadero cambio: un implacable desafío a la oligarquía y el derrocamiento del gobierno espurio; entonces ya no hablamos de una asamblea constituyente. Si el pueblo tiene el poder para emprender dichas tareas implica que tiene la suficiente fuerza para tomar el poder. Y esto es justamente lo que se tiene y puede hacer para lograr una verdadera transformación de este podrido sistema hacia el nacimiento del socialismo. Si bien es cierto que a la burguesía nacional en contubernio con el imperialismo yanqui no le interesa más que los países de América Latina se mantengan débiles y divididos, también lo es que el proletariado puede triunfar allí donde la burguesía a fracasado y se ha dedicado a explotar para mantenerse como parásitos.
La asamblea constituyente es pues un parlamento democrático burgués; y ya hemos visto qué  es lo que implica la demanda de una asamblea tal: el cambio de un parlamento servidor de la burguesía por otro parlamento igual. Hemos explicado además (vale la pena enfatizarlo) que si por asamblea constituyente se entiende la máxima autoridad con el poder de expropiar los bancos, tierras y al conjunto de capitalista, entonces ya no estamos hablando de una asamblea constituyente sino de la clase obrera al frente de la nación encaminándola a un sistema más justo.

Necesitamos el poder en manos del trabajador
No es gratuito el hecho de que todos aquellos países que han conquistado su independencia (sobre todo a partir de 1945) no hayan solucionado las tareas más primordiales en materia de democracia. Y es que en dichos países así como en el resto del mundo, la palabra democracia es sólo eso, una palabra. Los problemas de la sociedad sólo pueden solucionarse cuando haya un gobierno conjunto de obreros y campesinos que expropie la tierra, los bancos y las grandes empresas. Sólo así se estarán superando todas las tareas democrático burguesas: en el avance socialista de la sociedad.
No necesitamos a “representantes” totalmente ajenos a nuestras necesidades más inmediatas tomando las decisiones del rumbo de nuestro futuro. Necesitamos que el poder pase a los trabajadores puesto que sólo ellos mismos pueden velar por los intereses del pueblo trabajador. Necesitamos organizarnos en comités de base y de manera conjunta con sindicatos, estudiantes, amas de casa, y todo el pueblo explotado, hacer un plan de acción para derrocar al gobierno espurio y tomar cartas en el asunto de nuestro propio futuro. 

Fecha: 

Abril de 2010

Teoría Marxista: 

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