Hasta antes de que se editara el presente número, ocurrió una brutal masacre en Cd. Juárez, 16 jóvenes fueron asesinados y 14 resultaron heridos el sábado 30 de enero, al ser baleados por un comando armado, mientras se encontraban en una fiesta, Calderón no dudó en presentar este acto de barbarie como un pleito entre delincuentes, cuando en realidad representa la oferta de violencia y muerte que su gobierno representa para la actual generación, síntoma inequívoco de que hay que acabar con el capitalismo antes de que este nos acabe a nosotros.

El narcotráfico es un problema que aqueja a la sociedad mexicana, cuya degeneración cada día es más visible y violenta. En el caso particular de Ciudad Juárez las cosas son aún peores que en Tijuana y el resto del país.
Juárez es una ciudad en donde  predominan las maquilas, es paso frecuente hacia Estados Unidos y el año pasado fue considerada la ciudad más violenta de México y del mundo. Cd. Juárez se encuentra sumergida en una destrucción social impresionante, los feminicidios siguen sin resolverse y se suman a la crisis económica que vive la región, las cifras de asesinatos relacionados al narcotráfico, hablan por si solas. En diciembre de 2009 el número de muertos ligados al crimen organizado era de 2.500. Tan sólo en agosto ocurrieron 244 casos registrados en Chihuahua, de los cuáles diez de ellos se produjeron a diario en Ciudad Juárez. Pero el índice de asesinatos no era menor en 2008, la mayor cifra de asesinatos ocurrió en noviembre y diciembre, con 192 y 195 casos respectivamente, 2008 cerró con 1.610 homicidios.
Debido al gran incremento en la violencia y los asesinatos en los últimos meses de 2009, se tenía la perspectiva de que a  inicios de 2010, podrían ocurrir 11 asesinatos diarios. Pero esto fue más allá, ya que en tan sólo diez días hubo cien muertos, esta cifra es significativa si se compara con los años anteriores, lo que plantea que los asesinatos se van a seguir incrementando.
Lamentablemente las muertes no únicamente se limitan a las personas ligadas al narco, según Amnistía Internacional (AI), México es un lugar donde no se protege a los activistas de derechos humanos, pues señaló que los defensores de los derechos humanos fueron víctimas de asesinatos, amenazas, hostigamiento o encarcelamiento injusto en muchos de casos entre el 2007 y el 2009. Dichos abusos fueron cometidos por personas sin identificación y por algunos funcionarios del gobierno.
Para  AI, defender los derechos humanos en México puede costar la vida, y esto se reflejo con el asesinato de la activista Josefina Reyes, que fue asesinada en Ciudad Juárez el 3 de enero, ella investigaba principalmente presuntos abusos de la policía y el ejército.
Pero esto no acaba ahí, las mismas autoridades militares de Cd. Juárez admiten que frenar los ataques del narco resulta demasiado difícil, ¡si los enviaron para solucionar el problema y ahora resulta que no pueden solos! el mismo comandante de la V zona Militar Felipe de Jesús Espitia dijo que para poder enfrentarlos las distintas fuerzas policiacas tenían que ponerse de acuerdo para trabajar en conjunto ya que si no es imposible frenar dichos ataques.
Ahora ya ni los grandes decomisos de droga les afecta, lo único que generan es escasez y precios altos, sin embargo Calderón sigue insistiendo en gastar enormes cantidades de dinero en su “guerra contra el narco” sin obtener disminuciones en los niveles de violencia ni de consumo, sino todo lo contrario, tanto la violencia como el consumo de drogas ha aumentado con todo y “guerra contra el narco.”
Por si todo esto fuera poco el secretario de Seguridad Pública Federal mencionó que casi el 61 por ciento de los policías municipales en México perciben sueldos inferiores a cuatro mil pesos mensuales y que para dar un sueldo digno a las policías municipales se necesitaría un presupuesto adicional de 1277 millones de pesos mensuales, además reconoció que las policías municipales tienen un déficit educativo, ya que 70.2 por ciento de ellos no tienen estudio alguno o cuando mucho tienen educación básica (primaria y secundaria), entre ellos 1.9 por ciento son analfabetos. De esto surge una contradicción muy fuerte, ser policía en Ciudad Juárez resulta muy difícil, ya que a los policías honestos los matan y a los corruptos, también.
Sin lugar a dudas más allá de ver una salida pronta a la degeneración de la sociedad y sobre todo enfrentar al narco, las cosas se ponen más difíciles cada día. Porque mientras Calderón se empeña en seguir con la “guerra contra el narco”, la violencia se incrementa, pues en los cuatro años de su gobierno el número de homicidios se eleva a 16.205. Lo único que demuestra es que el estado fallido de Calderón ha encontrado en la “guerra contra el narcotráfico” una oportunidad de legitimar su gobierno, por medio del terror, pues ante su incapacidad de garantizar condiciones para una situación económica, política y social estable, la táctica es crear condiciones con el fin de justificar la militarización del país. La única salida posible que existe para solucionar el problema de la degeneración de la sociedad, es poner el control del estado bajo las manos de los trabajadores, es decir, lograr la transformación socialista de la sociedad.

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