Carta abierta a Mahmud Ahmadinejad, presidente de la República Islámica de Irán

Irán
A 30 años de la revolución
¡Presos políticos libertad!

Invitamos a todos los trabajadores a leer esta carta abierta y enviarla al presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, manifestando su repudio ante la ausencia de una serie de importantes derechos democráticos para los trabajadores de ese país, situación que incluso ha derivado en sentencias de cárcel y penas de muerte para muchos activistas sindicales. Los trabajadores de Irán no están solos y eso lo debe dejar bien en claro la clase trabajadora de todo el mundo.

Mahmud Ahmadinejad
Presidente de la República Islámica de Irán
dr-ahmadinejad@president.ir

Embajada de la República Islámica de Irán en México
iranembmx@hotmail.com

Con copia para:
Human Rights Watch
hrwnyc@hrw.org

Sociedad Internacional para los Derechos Humanos
is@ishr.org

Organización Mundial contra la Tortura
omct@omct.org

Student Council of Defence of Human Rights in Kurdistan
humanrights.ki@gmail.com

Iranian Workers' Solidarity Network
iranwsn@fastmail.fm

A 30 años de la revolución que derrocó al corrupto y degenerado régimen del Sha de Irán, Mohammad Reza Pahlevi, las cosas no han cambiado para la clase trabajadora de este país. A pesar de la riqueza petrolera, en Irán la pobreza y el desempleo hoy en día continúan lacerando a la gran mayoría de sus pobladores. Por si esto fuera poco, el gobierno que usted encabeza les niega prácticamente todos los derechos democráticos y de organización a los trabajadores.

En Irán no existe la libertad sindical, su gobierno sólo reconoce a la “Casa de los trabajadores”, agrupación que tiene como objetivo impedir a toda costa la acción independiente de los trabajadores en defensa de sus derechos. El Código Laboral de 1990 estipula que los trabajadores pueden crear sociedades y asociaciones islámicas para difundir la cultura islámica y defender los logros de la revolución islámica. Y en caso de existir ya en un lugar de trabajo una sociedad islámica, conocida como Islamic Shora o Soraya Eslami, no puede establecerse ninguna otra organización de trabajadores. Además las leyes laborales vigentes dejan en la total indefensión a la mayoría de trabajadores iraníes pues los centros laborales con menos de cinco empelados están totalmente exentos de su aplicación, mientras que aquellos que contratan a menos de 10 obreros sólo están obligados a aplicar dicha legislación de forma parcial. Estas medidas afectan gravemente a aproximadamente un millón de trabadores en Irán. Además usted y su gobierno les niega el derecho a huelga a los trabajadores.

No contento con esta falta de libertades democráticas, usted lanza una feroz y sangrienta persecución contra los trabajadores y estudiantes cada que estos se deciden a luchar por sus derechos. La cárcel y la pena de muerte son un recurso más de su régimen para sofocar todo acto de crítica y lucha contra las enormes injusticias que se padecen es su nación. Uno de los ejemplos mas recientes y dolorosos a este respecto es el del activista social y periodista Yaghoub Mehernehad ejecutado el 4 de agosto del 2008.

Es bajo esta misma política de persecución contra los sindicalistas y luchadores sociales, como otra serie de trabajadores y jóvenes se encuentran presos en las cárceles iraníes, algunos de ellos con sentencias de muerte. Tal es el caso de Mansour Osanloo, defensor de los derechos humanos y presidente del Comité Ejecutivo del Sherkat-e Vahed (sindicato de trabajadores de Teherán y de la compañía suburbana de transporte automotriz de Vahed); otro ejemplo es el de Mohsen Hakimi, miembro de la organización de panaderos de Saqez y de la asociación de escritores iraníes; también están en prisión y con pena de muerte el profesor y trabajador social kurdo Farzad Kamangar y Zeynab Jalaliyan, esta última joven activista kurda de 27 años de edad la cual fue condenada a muerte solamente por militar en una organización opositora.

Hace 30 años los trabajadores derrocaron al decadente régimen del Sha, servil siervo del imperialismo, con el objetivo de acabar con toda la barbarie que les ofrecía el capitalismo iraní, frenar la represión y lograr sus libertades democráticas y sindicales. La caída de Mohammad Reza Pahlevi es un mérito de la clase trabajadora y de nadie más, menos aun del gobierno que usted dirige. El Sha sale huyendo hacia Egipto el 16 de enero del 1978, acorralado por la lucha de millones de trabajadores que respondieron al llamado a la lucha de los obreros petroleros quienes lanzaron una feroz huelga nacional el 9 de septiembre como respuesta a la brutal represión que un día antes, el “viernes negro”, dejó miles de trabajadores muertos a manos del ejército. Los acontecimientos del 8 y 9 de septiembre del 1978 marcaron el inicio de la cuenta regresiva del Sha la cual ya no paro hasta su derrocamiento.

Siendo esto así, los trabajadores iraníes no accionaron de esa manera para que tras la caída del Sha las cosas siguieran igual. En la práctica los posteriores gobiernos tras el derrocamiento del Sha, incluido el de usted, han defendido los mismos intereses que en su momento defendió Mohammad Reza Pahlevi.

Ante todo ello los trabajadores del mundo entero levantamos la voz y demandamos junto al proletariado iraní el cese inmediato de toda persecución contra los luchadores sociales, al mismo tiempo que nos pronunciamos por la defensa de los derechos democráticos y sindicales en su país. Siendo esto así, señor Mahmud Ahmadinejad, los firmantes de esta carta abierta exigimos:

a)         Libertad total de asociación y organización sindical.
b)         Derecho de los trabajadores a desarrollar paros y huelgas.
c)         Libertad de prensa.
d)         No a la pena de muerte contra los luchadores sociales y activistas sindicales.
e)         Libertad inmediata a todos los presos políticos.
f)         Por una legislación laboral que verdaderamente defienda los intereses y derechos de los trabajadores.
g)         Por salarios dignos y empleo estable para el conjunto de la clase trabajadora de Irán.

Así que al mismo tiempo reclamamos la libertad inmediata e incondicional de Mansour Osanloo, Mohsen Hakimi, Farzad Kamangar y Zeynab Jalaliyan

¡Presos políticos libertad!

Atentamente
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