La revolución española, lecciones del pasado para un mejor futuro

Escrito por Fundación Federico Engels México

La Fundación Federico Engels se dió a la importante tarea de editar en el año 2006, un libro de valor incalculable: La revolución española. Se trata de un libro indispensable para cualquier joven o trabajador que quiera comprender el pasado, el presente y el futuro de la lucha de clases.

Este libro está tan lleno de lecciones para la lucha proletaria como la experiencia misma de la revolución, compuesto por una introducción de Juan Ignacio Ramos y una recopilación de los artículos más importantes sobre la revolución española escritos por León Trostky, que hacen una gran obra de teoría, táctica y estrategia marxista.

La Revolución Española es un ejemplo despiadado del costo que puede tener para el proletariado el carecer de una dirección revolucionaria dispuesta a llegar hasta el final en la lucha de clases, pero también es un maravilloso ejemplo de la capacidad de organización, de la valentía, de la comprensión y decisión de las masas trabajadoras. Éste libro analiza y desarrolla las tareas que el proletariado español tuvo que resolver, tareas que la historia nos seguirá planteando en el futuro, y de ahí la importancia de su estudio.

La Revolución Española, inició con la proclamación de la II República el 14 de abril de 1931, y culmina tras la guerra civil en 1939. Los trabajadores sacaron muchas lecciones en ese periodo de gobierno socialista-republicano, que pese a la gran decepción que provocó, no fue más grande que el sentimiento de defensa y unidad revolucionaria que ante el avance del fascismo en Europa. La reacción de la burguesía, la represión en las ciudades y en el campo, la carestía y el desempleo, llevó a estos mismos trabajadores a dar un giro aún más a la izquierda y a madurar políticamente. La clase obrera se estaba encaminando en cada lucha hacia el socialismo.

Una de las lecciones más importantes era el papel de la burguesía que, completamente impotente ante los acontecimientos, no podía jugar un papel progresista resolviendo las tareas pendientes que desde hace muchos años sus homólogos franceses e ingleses ya habían resuelto. Es decir, las tareas de la revolución burguesa, las demandas democrático-burguesas que habían permitido la repartición de la tierra, y ciertas libertades democráticas. Trotsky es muy claro en los artículos recopilados en esta obra acerca del papel reaccionario de la burguesía, de la necesidad de plantear el Frente Único como premisa para dar una lucha audaz. Sin embargo, la lección más valiosa de todas es la necesidad de un partido marxista capaz de ofrecer una dirección a la altura de las circunstancias.

Cuando todo estuvo listo para el reagrupamiento de las fuerzas revolucionarias, las vacilaciones, confusiones y la influencia negativa del estalinismo, llevó al fracaso de la revolución, a la guerra y a la derrota militar de las heroicas milicias obreras que entregaron su vida a la causa. La represión posterior comandada por Franco, fue feroz. El saldo fue de más de 200,000 personas asesinadas y 270,000 presos políticos, implantando una terrible dictadura burguesa que duró 40 años.

Las masas tenían la capacidad de tomar el poder más de una vez, pero la traición de sus dirigentes se lo impidió. Al mismo tiempo, sabían que la construcción de un nuevo partido proletario que luchara a su lado no era cosa fácil. El partido revolucionario no se improvisa, los futuros cuadros revolucionarios que debían ponerse al frente no llegaron y, en su lugar, llegó la contrarrevolución.

Sobre el estudio de estas experiencias, plasmadas magistralmente por Trotsky seguramente se sentaran las bases de triunfos en el futuro.

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