Entre la independencia y la tierra prometida. México, el movimiento obrero antes del 40

“La socialdemocracia se cree el doctor democrático del capitalismo, los comunistas, somos sus enterradores revolucionarios” L.Trotsky

La historia del movimiento obrero en México es extensa y su historiografía también, el objetivo de este artículo es, ateniéndose a las limitaciones del espacio, tratar de abreviar, sin caer en una simple cronología, más bien, sacando las lecciones y enseñanzas más importantes y trascendentes a manera de conclusiones generales que sirvan de marco de análisis y propuesta para las presentes tareas del proletariado mexicano.

Aún así, decir movimiento obrero es vago para nuestro propósito específico, históricamente sólo en los momentos de crisis revolucionaria podemos hablar de un movimiento que incluya al conjunto de la clase obrera, cunado hablamos genéricamente de movimiento obrero solemos referirnos a los sectores que en un momento determinado están en conflicto, ya sea político, económico o ideológico con los explotadores. Por supuesto que la situación de los obreros no organizados y su relación con, digamos, la vanguardia. Por ello hablaremos más bien del sindicalismo y los sectores organizados en general. Esto reduce el nuestro campo de acción, y nos permite, por increíble que parezca, tener un visión mucho más exacta de la evolución del propio movimiento obrero en este país.

La palabra… sindicalismo

“Fue en aquella memorable asamblea donde por primera vez escuchamos absortos el verbo rojo […] la tea incendiaria que hizo explotar en los cerebros tumefactos del hombre esclavo, de la bestia humana, la mole inmensa del perjuicio moral y de la resignación absurda, dando paso a la verdad, hija del raciocinio y de la conciencia” (Rojo y negro, N. 1, 1915).

Las tradiciones del movimiento obrero en México son relativamente nuevas, en comparación con la existencia del proletariado en si, pero también es cierto que las propias condiciones de desarrollo capitalista del país le han hecho adaptarse y frecuentemente renovar sus posiciones consideraciones y tácticas en pos del objetivo emancipador.
Así tenemos que, en un principio las organizaciones obreras existieron a la usanza del viejo y apolillado mutualismo, que bajo las condiciones de explotación y pobreza de los obreros industriales tendía reducirse a quitar lo poco que se tenía para ayudar al “prójimo”. Podemos encontrar entre ellas a algunos de los primeros intentos organizativos que posteriormente darían paso a sindicatos como el SME.

En un principio estas ideas fueron la respuesta hacia la dura represión aplicada por lo patrones contra la organización obrera, respondiendo a la necesidad se supervivencia inmediata del obrero, en pocas palabras era para resistir por su cuenta y se propio esfuerzo.

Aquí también se difunde una idea que seria interesante de retomar en torno a un proyecto de educación social. Muchas de estas asociaciones propugnaban por el establecimiento de escuelas y talleres que ayudaran a sus socios o agremiados a expandir y aumentar sus conocimientos acerca de su trabajo pues la mayoría de los puestos calificados eran ocupados en esos tiempos por obreros extranjeros que por principio de cuentas y por ese solo hecho ya ganaban un mejor salario. Sin embargo eran tiempos difíciles no solamente por las condiciones de explotación y trabajo de las masas oprimidas, sino también por que en el fondo de la sociedad bullían las contradicciones de clase. Por supuesto en este contexto el sindicalismo es más semejante a sociedades mutuales que a organizaciones de lucha, tan sólo la vertiente procedente del partido liberal mexicano de Ricardo Flores Magón se plantearía de manera concreta la tarea de lucha por el poder político. Fueron evidentes los destacados militantes del PLM tanto en Rio Blanco como en Cananea.

Como vemos las organizaciones economicistas de carácter mutual fueron rebasadas por los adelantos en la conciencia de clase generados por los movimientos de la decadencia del porfiriato al igual que por los acontecimientos de 1910, los cuales despertarían en el seno de los explotados la esperanza del cambio y la transformación radical.

Las experiencias de las huelgas en Cananea y Rió Blanco, dejarían entrever una nueva tendencia dentro de la organización tanto campesina como obrera, que cabalgaba triunfante sobre los cadáveres del cooperativismo, el mutualismo y que a pesar de que sus dirigentes se circunscribían de una u otra manera en las distintas vertientes del anarquismo, no podríamos decir que esa era la ideología económica en el proletariado. Los zigzag de sus dirigentes y la relativa facilidad con la que el gobierno y posteriormente los comunistas los harían a un lado son muestra de ello.

Mientras ello sucedía las tendencias anarcosindicalistas se desarrollaron rápidamente dentro de todo el movimiento sindical, sobre todo en la zona centro y su alrededores pero con fuertes plataformas en Veracruz y otras regiones. En realidad no eran exactamente nuevas ya se habían estado gestando a través del magonismo y de organizaciones como la tranviarios que era una de las principales organizaciones anarcosindicalistas.

También bajo estas ideas, el 24 de mayo de 1912, en el salón Don Bosco, de la ciudad de Monterrey, se fundó la Casa del Obrero Mundial, la cual se convierte en uno de los puntos neurálgicos del cual emanan consignas y directrices hacia el movimiento sindical. Dirigida principalmente por anarquistas que eran exiliados de sus países, principalmente españoles y norteamericanos, anarquista de palabra y colaboracionista en los hechos para mediados de 1915 la Casa del Obrero mundial tenia filiales en gran parte del país, esto porque en cada lugar que el ejército constitucionalista ganaba terreno se abría una filial de esta organización, y casi todos los obreros de la zona se afiliaban a ésta. De hecho aquí podemos observar el carácter básicamente oportunista de los dirigentes de la COM, los cuales no tuvieron ningún empacho en ponerse del lado de los carrrancistas y los obregonistas pese a que al fina estos representaban las corrientes mas conservadoras y antiobreras de la revolución mexicana, todo a cambio de la exclusividad del sindicalismo de la COM dentro de los territorios del constitucionalismo.

Muy a pesar del anarquismo y los anarcosindicalistas, y con todo y algunos valientes y heroicos esfuerzos, los rasgos predominantes en el movimiento en aquellos años son la desinformación, la falta de cuadros, de programas e independencia política de clase. Así, con la aparente indolencia de la Casa del Obrero Mundial algunas asociaciones y sindicatos se pronuncian a favor de los insurrectos: Madero, Zapata, Villa y correspondiente sucesión; la absoluta gran mayoría se pronuncian en contra, las centrales y círculos predominantemente anarquistas declaran primero contra Madero y sus sucesión presidencial arguyendo que la clase obrera no estaba interesada en la lucha por el poder, posteriormente contra zapata diciendo que como es un movimiento por la propiedad de la tierra y el obrero libertario nada tiene que hacer apoyando la propiedad privada; el movimiento obrero es utilizado de manera casi descarada para apoyar de manera armada las posturas de los dirigentes de la revolución y de algunos “caudillos” caciques, no es constante pero tampoco es raro el enfrentamiento, incluso, entre contingentes obreros.

Uno de los puntos máximos en los cuales se demuestra la falta de independencia política y de un programa clasista al interior de las organizaciones como la COM son los pactos que firma esta con los constitucionalistas creando a tal efecto los denominados “Batallones Rojos” grandes columnas de obreros armadas que fueron puestos a disposición de Obregón y otros generales y fueron lanzados a batallar contra los ejércitos campesinos de Villa y Zapata. De cierta manera, esta actitud sectaria contra el campesinado y el movimiento agrarista empieza a disolver poco a poco al ala más militante de los anarquistas, dejando a los obreros a la intemperie o al mal cobijo de las vicisitudes del reformismo de la COM, de hecho después del triunfo constitucionalista, Carranza y Obregón rompen todo pacto y acuerdo con el movimiento obrero y cierran la COM, sus lideres son expulsados del país y la mayoría de los restante huyen en desbandada a incrustarse en otros movimientos como, paradójicamente, el zapatismo. Aunque habría que señalar, que dicho elementos provenientes de anarquismo fueron pilares, después de la muerte del caudillo, a la alianza con el régimen de Obregón.

Por supuesto siempre es muy importante diferenciar respecto a los dirigentes y las bases: si bien es cierto que en aquellos tiempos el anarquismo, exceptuando a los flores Magón, significaba oportunismo o sectarismo, el movimiento obrero no era sólo eso, Las necesidades de los trabajadores en el marco del recién impuesto régimen de carranza no podían esperar a la hora en que el reaccionario gobierno se le viniera en gana, así que desde 1915 inició todo un periodo de agitación en torno a las alzas salariales y las condiciones de trabajo. Especialmente fue importante este movimiento dentro de los electricistas y tranviarios. Al principiar 1916 ya se veía fuertemente la necesidad de las reivindicaciones propias y el proceso estallo a partir de la lucha por los salarios y el pago de estos en oro, ya que el papel moneda se devaluaba fácilmente. El problema empezó en Tampico y Veracruz y de ahí estableció una cabeza de puente en la Ciudad de México para extenderse a todos los demás puntos y centros industriales y comerciales del país, durante este año se dan 2 huelgas generales a nivel nacional y una solo en el D.F. Este movimiento fue una de esas cosas raras de las dialéctica de la lucha de clases, los sindicatos participante fueron victimas de gran represión de encarcelados y condenados a muerte (de hecho, todos los condenados fueron a través de cortes militares) y sin embargo algunas conquistas parciales fueron logradas, la huelga general de 1916 marca un punto de quiebre, una especie de discontinuidad histórica, atrás quedan los dirigentes revolucionarios que inflamaban los mítines con la verborrea anarquista, y no es por que realmente ya no estuvieran mas bien se fueron…transformando.

La palabra… independencia

“A decir verdad, aquellos atentados desorientaron un tanto al elemento obrero organizado, pero, tomando nuevos bríos, se rehízo y la lucha sindical siguió su curso.” (El domicilio social del SME, Ediciones P5, 2008)
Y consecuencia de la derrota temporal sufrida por el movimiento obrero tras la huelga general, el nuevo estado mexicano, “el estado de la revolución”, el estado de una burguesía endeble al servicio del extranjero y muchas cuentas pendientes: educación, salud, trabajo, tierra, independencia, etc.
Sobre el hecho de la semipacificación de los villistas y los zapatista, estos últimos a través de Soto y Gama y otros dirigentes del ala de derechas del movimiento agrario empieza la segunda odisea del proletariado mexicano, los caudillos de la revolución y la burguesía en si, lo que necesita es pacificar al país y desarrollar la economía, necesita crear la base sobre la cual el capitalismo pueda hacer avanzar la producción y engordar los bolsillo de los empresarios. De los principales problemas que la burguesía nacional (una clase social dependiente, decrépita e inválida desde el primer día de su nacimiento) tiene para ello es el hacerlo evitando trastocar los intereses del imperialismo extranjero.
Pero también hay un punto a considerar, e incluso desde cierto punto vista, el más importante, la clase obrera. Los obreros a los que se habían enfrentado desde el siglo pasado habían muerto junto con el mutualismo y lo que ahora se tenían eran núcleos anarcosindicalistas y comunista militantes y aguerridos educados en años de enfrentamientos contra el estado y la patronal.

La huelga de 1916 demostró al régimen de Carranza que pese a los supuestos acuerdos con ciertos “lideres” era imprescindible que el gobierno ejerciera un control directo de los sindicatos, bajo el riesgo de que en algún momento surgiera un liderazgo independiente que pusiera realmente en entredicho la vigencia del régimen burgués, no hay que olvidar que en esos tiempos estallaba y triunfaba la revolución Bolchevique de 1917 dirigida por Lenin y Trotsky, por tal motivo el establecimiento de un régimen de los trabajadores pasaba de ser una idea a un realidad, ¿por qué no?, aplicable también en México. Carranza nunca fue un revolucionario, pero se subió en el carro de moda para proteger los intereses burgueses, en esa misma lógica patrocinó a elementos cercanos a el y a Obregón, para que crearan una central sindical “oficial”.

Luis N. Morones, antiguo miembro del SME y agente de Obregón, junto con otros dirigentes obreros, convocan a un congreso en Veracruz donde presentan la idea de la “acción múltiple” defendiendo la acción política obrera en clara contraposición de la acción directa anarquista, si embargo pronto se vería que las posiciones de este individuo y su grupo afín no serian ni por asomo los mejores puntos programáticos de un proletariado independiente. En un nuevo congreso obrero, en Saltillo, se manifiesta la asociación entre el estado nacido de la revolución y las agrupaciones sindicales, es por ello que bajo el auspicio de Carranza, que cede espacios en su natal Coahuila para tal efecto se funda en Mayo de 1918 la Confederación Regional Obrera de México, con Luis N. morones a la cabeza. El grupo “acción” formado alrededor del nuevo dirigente pronto degenera la acción múltiple hacia el colaboracionismo de clase, en cuanto a su internacional cambia su postura de la IWW hacia la AFL. El propio Morones y otros viejos dirigentes combativos del movimiento obrero independiente, levantan una central que agrupa a obreros casi manuales, de pequeñas fábricas o que recientemente han dejado de ser campesinos o artesanos, además de grandes agrupaciones de empleados y oficinistas del gobierno, esta situación junto con la traidora política de la colaboración de clase y el “equilibrio y armonía entre capital y trabajo” crea las condiciones para una pronta, brutal y atroz degeneración burocrática. También tomando como base la CROM se forma en diciembre de 1919 el Partido Laborista Mexicano, plataforma política y sobre todo electoral del grupo Acción y de otros dirigentes de la CROM, que sin embargo debido al colaboracionismo practicado por la central y su dirigencia pronto se convirtió en una fuente de votos cautivos hacia Obregón y Calles y en un trampolín de la burocracia sindical hacia las oficinas del gobierno, de esta manera la Central y su pantalla política el PLM (laborista no liberal, no confundir) ganan terreno en el aparato estatal, en 1927 tienen 11 senadores, 40 diputados, 2 gobernadores y un miembro del gabinete.

La actitud y política de la CROM en todos los ámbitos de la vida sindical de sus agremiados, quedó demostrada de manera especialmente cruel y despiadada en el cargo que se obtuvo en la cartera de Industria, comercio y trabajo. Morones se enorgullecía y henchía el pecho con las estadísticas a la baja de las huelgas, aduciendo entre otras cosas que si lo que se quería era trabajo lo que no se necesitaban eran huelgas, toda lucha que estallaba se le aplicaba meticulosamente el mismo plan con el que la CROM se había hecho del control de una parte del estado, se compraban lideres, cuando estos no se vendían, los compraban por la fuerza, a macanazos, el acoso policial era asfixiante y si aun así se resistían entraba el ejercito y los esquiroles de la propia central obrera (no se sabe quien custodiaba a quien).

Todo este crecimiento de la organización obrera, del “elemento obrero organizado” fue directamente auspiciado por los grupos locales y nacionales en el poder, y no es que a la burguesía le encantara promover el sindicalismo, más bien a la burguesía le asustaba que el movimiento se independizara, que la clase adquiriera conciencia para si, y estallara todo por todos lados, de la noche a la mañana. Si bien en un principio las delegaciones locales de la Confederación utilizaban a su beneficio las contradicciones y los conflictos de interés entre los grupos de poder del estado, esto conforme se iba degenerando la dirección cambio a apoyar a uno u otro bando para apuntalar los intereses propios.
Independientemente de la salud física y mental de la cúpula de la CROM y de la burguesía nacional, había una corriente que remaba duro, aparentemente despacio pero irresistible contra la CROM, y el grupo sonora (es decir Calles y Obregón derrotado Carranza)todos los disidentes, los que desde un principio habían entendido la maña de la organización de la central obrera habían, desde aquel entonces, hecho esfuerzos por organizar una federación no alineada que pugnara de forma real y decidida el mejoramiento de los niveles de vida de las masas laboriosas.

Los anarcosindicalistas y los, en su mayoría novicios, comunistas crearon sobre la base de numerosas huelgas que rechazaban el alineamiento sindical, la Central General del Trabajo, y a pesar del poder de Morones, y de la CROM es en las luchas de la CGT donde se acumula la experiencia el real avance de la conciencia obrera revolucionaria.

La CGT desde un principio se declara partidaria del comunismo, de la dictadura del proletariado y de la Internacional Sindical Roja, en su mayoría anarcosindicalistas, abogan por la acción directa, la huelga como instrumento de combate y lleva cabo una febril actividad sindical y de ataque hacia el régimen, la mayoría de las huelgas reprimidas por la CROM y el gobierno son de la CGT o cercanas a esta. Uno de los rasgos fundamentales de esta central es el de que su mayor florecimiento lo lleva a cabo en los centros industriales mas adelantados y consolidados del país, arrancándole en algunos casos la batuta a la CROM; de ahí, el primer partido auténticamente comunista que conoció México empezó a crecer y fortalecerse hasta llegar a su mejor época después de 1930.

La CGT se podría decir que fue la primera respuesta organizada a nivel nacional, de un proletariado consciente de si mismo, de sus fuerzas, y esto se notaba no solamente en sus postulados generales a nivel internacional, sino también en las propias reivindicaciones (políticas a pesar de ellos mismos) sobre la cuestión sindical nacional: autonomía, autodeterminación e independencia del gobierno, pero los prejuicios anarquistas siguieron subsistiendo marcaron una de las líneas ininterrumpidas de la propia desaparición de la CGT

Aun a pesar de todo, tres acontecimientos precipitan la caída de las dos centrales y el “termino” por decirlo así, del periodo que vio surgir y desarrollarse al movimiento obrero en uno de sus periodos de más intensa actividad y trabajo formativo.

Pocos meses después de su formación, por obvias razones, entran en conflicto las dos principales fuerzas de la CGT, los anarcosindicalistas y los comunistas, so pretexto de las relaciones con la Internacional Sindical Roja, los comunistas se retiran de la CGT y empiezan un trabajo por su cuenta a través del Comité de Unidad Proletaria y la Confederación Sindical Unitaria de México. Esto hace que determinado momento y bajo el error de su línea política la CGT no cuente con una organización política que pueda ayudar a su expansión y defensa; para finales del periodo de Calles, la dura represión estatal y la condicionante mencionada anteriormente provocan que el anarco sindicalismo pierda fuerza entre las masas trabajadoras y caiga en por parte de la gran masa obrera.

No cabe duda que el comunismo mexicano durante la época del callismo conoció sus años de gloria, los hombre y mujeres que crearon en esos tiempos organizacioness obreras, campesinas y juveniles son los mejor que nuestra clase ha creado, no obstante la pretura con la CGT es uno de los mayores errores de la época conocida como Tercer Periodo, era un hecho que en el terreno sindical el comunismo tenía todo para andar con sus propios pies y esos pies se llamaban CGT, lejos de ello la salida de los comunistas de la CGT la aniquiló pero también destruyo una opción con prestigio para las masas trabajadoras.

Es igualmente a finales de este mismo periodo cuando los problemas de interés políticos, de corrupción y la falta de un objetivo claro, desintegran a la CROM desde dentro mismo, Morones se desmorona junto con su central a medida que los acontecimientos se suceden: La candidatura de Obregón, la formación del PNR, el asesinato del “caudillo de caudillos” y la cruenta represión del gobierno sobre todo a través de la prensa.

La lucha contra la Ley Federal del Trabajo

Es entonces cuando se abre una fase de conflictos muy agudos entre el movimiento sindical y el gobierno. La inexistencia de una alternativa patrocinada por el gobierno, que pudiera hacer contrapeso a los movimientos que se desarrollaban en todos los sectores, llevó al Maximato a implementar la represión directa como principal medio de lucha contra las movilizaciones obreras, es en este momento cuando se ilegaliza al PCM.

Como parte de esa política represiva, se establece en 1931 la Ley Federal del Trabajo, la cual surge con una abierta intención de someter a una rigurosa normatividad la defensa de los intereses de los trabajadores con el fin de establecer un control sobre ellos: el Estado por medio de las juntas de conciliación y arbitraje, se abriga el derecho de declarar legal o ilegal una huelga, con lo cual, adquiere la potestad de manipular este derecho según sus necesidades. El Estado también se atribuye la capacidad de reconocer la existencia o no de un sindicato y así mismo establece que los contratos colectivos se tendrían que celebrar con un sindicato reconocido, estas medidas tenían como objetivo que las relaciones laborales sólo se establecieran con aquellos sindicatos que el gobierno considera conveniente, en este sentido, y en el contexto de aquella época, la promulgación de la Ley Federal del Trabajo tuvo un carácter reaccionario y conforma un elemento más por medio del cual, el Estado intentaba sujetar las manos del movimiento obrero.

A pesar de todo, las movilizaciones obreras no paraban, las organizaciones sindicales antigubernamentales cundían por doquier y la influencia del movimiento comunista crecía a pesar de las detenciones y la ilegalidad. En esas condiciones el periódico El Machete llegaba a tirar más de 50 mil copias. A pesar de su notable influencia, en comparación de su tamaño, el PC no asumió una posición correcta de frente al movimiento sindical oficialista y se conformó con mantener la Confederación Sindical Unitaria.

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