Centenario de la huelga de Cananea; Cananea y Pasta de Conchos

Defendamos la autonomía sindical, unifiquemos el movimiento y democraticemos los sindicatos.

Introducción

minacoahuila-9A cien años de la histórica huelga en las minas de cobre de Cananea, el homicidio de los mineros de Pasta de Conchos y la trascendental huelga de 270 mil mineros, representan un presagio de acontecimientos convulsivos en los cuales la clase obrera jugará un papel fundamental, así como la huelga de Cananea representó un presagio de la revolución Mexicana de 1910. Además, los eventos trágicos en Pasta de Conchos y la combatividad de los trabajadores por defender su autonomía sindical, muestran que muchas de las condiciones en las relaciones sociales de explotación que desencadenaron los eventos de Cananea, se siguen reproduciendo hoy día. Es necesaria la unidad de los trabajadores con un programa y métodos que permitan avanzar en la lucha contra las deplorables condiciones laborales contra las cuales ofrendaron sus vidas los mineros de Cananea, sólo así su sacrificio, como los cientos de mineros que han muerto en las minas durante un siglo, no serán en vano. Por ello recordar a nuestros hermanos caídos hace 100 años y sacar las lecciones pertinentes es la mejor manera de honrarlos. Al cierre de la edición de este material, salen a la luz pública dos acontecimientos que ratifican que con la tragedia de las familias mineras de Pasta de Conchos, se ha despertado a un batallón pesado de la clase obrera. El primero es el surgimiento del Frente Nacional para la Unidad y la Autonomía Sindical (FNUAS) en cuya declaración de principios se incluye la promoción de la democracia, unidad sindical y la lucha contra el hecho de que sea el gobierno quien defina si se legaliza o no la existencia de los sindicatos y sea el gobierno quien defina a quién se le otorga la llamada “toma de nota”, es decir, quien dirige el sindicato. El frente estará conformado por Unión Nacional de Trabajadores (UNT), la CROC, la CROM, la CRT, la COR y el Frente Sindical Mexicano. El FNUAS nace para luchar por: contratación colectiva, mejores salarios y empleo digno; pero también por la instauración de una "política de recuperación del crecimiento económico y del empleo de calidad, un programa nacional de recuperación del salario, el fortalecimiento de la educación pública, laica, gratuita y de calidad y la defensa de los recursos naturales y las empresas estratégicas". Después de una enorme lista de casos de división del movimiento obrero, en años pasados, durante todo un periodo de derrotas y dócil sometimiento de las direcciones sindicales a la clase dominante, el detonante de Pasta de Conchos viene a demostrar la sincronización del movimiento obrero organizado con el proceso de la lucha de clases en el resto de América Latina.

Esta sincronización no sólo se da en términos de trabajadores en general, como fue en el caso de la lucha contra el desafuero de López Obrador, sino se da en el terreno de las organizaciones tradicionales del movimiento obrero fundamentalmente motivadas por procesos políticos más que económicos, si bien la política es economía concentrada. Un proceso de unidad del movimiento obrero que tiene como fundamento material, años de explotación económica, acumulación de tensiones que están llegando al límite del hartazgo y que están empezando a encontrar un cause a través del dolor e indignación de Pasta de Conchos sumado al ataque hacia la autonomía del sindicato minero. La necesidad haciendo uso de la minas-4casualidad. Durante muchos años ha habido muchos accidentes donde miles de mineros han perdido la vida. ¿Por qué es ahora cuando la sangre de 65 compañeros provoca el ataque del gobierno y la patronal con la correspondiente ola de huelgas y proceso de unidad del movimiento obrero organizado? Mientras que el gobierno Fox esperaba echar tierra al dolor de Pasta de Conchos atacando al sindicato minero para proteger al Grupo México, ha detonado un movimiento obrero que empieza a tener su propia lógica y que está obligando a los dirigentes sindicales a ponerse al frente de la lucha. Los dirigentes que no se pongan al frente de la lucha serán rebasados y sustituidos por otros más combativos.

El segundo acontecimiento al que hacíamos referencia al inicio, es el encarcelamiento del delegado del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Sindicato de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSRM), Indalecio Pérez Morones, por haberse puesto al frente de la lucha de la sección 298 del sindicato en la mina La Caridad, de Nacozari de García, Sonora, que estalló una huelga desde el 24 de marzo pasado en demanda de incremento salarial del 15 por ciento y por mejorar las condiciones de seguridad laboral. Pérez Morones está acusado de diversos delitos por parte, no sólo del Grupo México y el ayuntamiento de Nacozari de García, sino también por Bancomer, debido a que en esta institución bancaria se encuentran 4 millones de pesos de fondo de resistencia de los mil 200 mineros de la mina La Caridad, mismos que les han sido negados, razón por la cual, los mineros hicieron un

Pérez Morones

bloqueo a los inmuebles de Bancomer, siendo el bloqueo otro de los motivos por los cuales Indalecio Pérez Morones está encarcelado. Eso demuestra que la burguesía se unifica y actúa como un solo hombre contra su enemigo de clase, el movimiento obrero, y utiliza a su sirviente en turno, el gobierno de los patrones y banqueros, como palanca jurídica para atacar al movimiento de los trabajadores.

Porfirio_diaz00204150a10Hasta el cierre de esta edición los trabajadores han anunciado la radicalización de acciones en caso de que Pérez Morones no sea liberado. Ya el ataque está unificando al movimiento, pues el Consejo Sindical Permanente, que aglutina a unos 300 mil trabajadores sonorenses de 28 organizaciones, propuso iniciar una campaña de solidaridad con los mineros en huelga en demanda de incremento salarial y mejoras en las condiciones de trabajo. ¡La unidad hace la fuerza! También se dio el caso en San Luís Potosí de la conformación de un Frente opositor a la minera San Xavier, golpeadores de la cual, agredieron a dos activistas del Frente por estar repartiendo volantes. Esto es un indicador del miedo que la patronal tiene de que se difundan ideas que orienten al movimiento minero. Es un ejemplo también de que está surgiendo organización proletaria en diversos puntos del país y es necesario que encuentre un cause que le unifique nacionalmente.

Porfirio Díaz

Así como Porfirio Díaz envió a San Juan de Ulúa a los obreros que dirigieron la huelga de Cananea en 1906, hoy, cien años después, después de la tragedia de Pasta de Conchos y el ataque al sindicato minero, Fox encarcela a un dirigente obrero, Pérez Morones, por ponerse al frente de la lucha. Se han detonado huelgas, movilizaciones y un proceso de unidad del movimiento obrero, precisamente en un periodo preelectoral en el que los partidos burgueses PRI y PAN, perderán la elección presidencial frente a la esperanza que para millones significa el PRD, independientemente de su dirección reformista, precisamente en un periodo en el que México parecía estar ajeno al proceso de polarización social que se gesta en el conjunto de América Latina, con acontecimientos de enorme convulsividad social, revoluciones y contra revoluciones en uno y otro país. Marx explicó que en ocasiones la revolución necesita al látigo de la contra revolución. Todos los ataques al movimiento minero se están convirtiendo en su contrario, están acelerando la radicalización del movimiento y están llevando a los trabajadores a obtener conclusiones sobre la necesidad de organizarse. Es urgente sacar de la cárcel a Pérez Morones, o de otra forma, podría haber más represión pues se estaría enviando un mensaje de debilidad si no se hace la presión suficiente, cuando no es así, pues el débil es el gobierno.

* e77-1200Similitudes históricas

El 1º de junio de este año se cumple un siglo de los heroicos acontecimientos de la huelga de los trabajadores de la mina Oversight de la Cananea Consolidated Copper Company, en Sonora. El hecho en sí mismo, es un suceso que debe ser recordado por los activistas actuales del movimiento obrero, pero su centenario adquiere una mayor connotación por el momento que atraviesa la lucha de clases en México y en el mundo. Sin hacer una comparación mecánica, hay similitudes históricas que se nos presentan relevantes. La huelga de Cananea se dio en el sector pesado de la clase obrera que representan los mineros, un sector que día a día vive el espasmo de la amenaza de terribles condiciones de trabajo: decenas de metros bajo tierra, con una oscuridad, polvo y un ambiente asfixiantes que vienen a otorgar un peligroso aderezo a las condiciones laborales, con consecuencias funestas que se han repetido decenas de veces en la historia, con miles de mineros muertos y heridos, como la reciente tragedia de la mina Pasta de Conchos, en Coahuila[1]. Sin duda, una de las actividades más riesgosas, es precisamente la de los mineros. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que en el mundo cada año mueren más de 15 mil mineros, además de que esta actividad laboral provoca en los mineros enfermedades como silicosis –de hecho, 37 por ciento de los mineros de América Latina sufre de silicosis causando 5 mil muertes por año–, neumoconiosis, sordera, secuelas por las vibraciones e invalidez. Según datos de la OIT, a escala mundial las minas emplean a más de 30 millones de trabajadores, y de éstos, unos 10 millones laboran en vetas de carbón como en el caso de Pasta de Conchos. También calcula que otros 13 millones trabajan en lo que se denominan minas pequeñas, las cuales son artesanales y en las que los accidentes son hasta siete veces más frecuentes que en las grandes minas. Todo de conjunto hace una combinación de hechos que resuena fuertemente, como un golpe de un martillo en la roca, en la conciencia de clase de los mineros. Eso provoca que se armen de valor para luchar por sus derechos, que cuestionen, en primera instancia, su entorno inmediato y también el funcionamiento del sistema en el que viven. Es por eso que los mineros de 1906 como los de ahora, tras un letargo de años de inmovilidad y sometimiento a la clase dominante, vencen el miedo a luchar, a perder el empleo, a pasar hambre, se atreven a organizarse y saltan a la lucha. Así como en 1906 fueron los mineros quienes expresaron el fermento revolucionario de los trabajadores mexicanos del campo y la ciudad, en 2006, con el encadenamiento de una decena de huelgas en los últimos años y el terremoto que ha significado la tragedia de Pasta de Conchos, han sido los mineros quienes están expresando el hartazgo de las masas y la cercanía del límite físico y moral a la explotación capitalista y la ausencia de un futuro digno de ser vivido bajo el capitalismo.

* El “Factor Pasta de Conchos”

La tragedia de la mina Pasta de Conchos fue un “accidente anunciado” pues los dueños, el Grupo México, se negaron a mantener las condiciones de seguridad en condiciones óptimas. “El Grupo México ha sido uno de los grandes beneficiados con las privatizaciones de empresas estatales. En 1988 obtuvo 95 por ciento de Mexicana de Cobre. En 1990 adquirió 100 por ciento de la mina de Cananea. En 1997, en asociación con Union Pacific e ICA, logró la concesión de las líneas de ferrocarril del Pacífico Norte, del Chihuahua Pacífico y la línea corta Nogales-Cananea. Curiosamente, Juan Rebolledo Gout, vicepresidente de la compañía, fungió como subsecretario de Relaciones Exteriores en el sexenio de Ernesto Zedillo.” (La Jornada 280206).Sesenta y cinco compañeros quedaron sepultados en las entrañas de la mina, de ellos, sólo 25 eran sindicalizados pues el resto eran subcontratados, es decir, no eran trabajadores de base y por tanto no tenían prestaciones. Esta práctica de trabajo subcontratado es una cuestión aberrante que el sindicato debería combatir fulminantemente y no hacer lo que los dirigentes sindicales hacen hoy, que colaboran con la empresa aceptando el trabajo subcontratado a cambio de recibir 50 pesos semanales por cada trabajador subcontratado.El Grupo México omitió los servicios de mantenimiento para ahorrar dinero y priorizar la producción, por tanto la responsabilidad absoluta de estas 65 muertes recae sobre las espaldas de la patronal, que entabló una guerra de declaraciones con el gobierno estatal sobre las posibilidades de rescate que resultaron ser una farsa, prolongando así el dolor de las familias mineras, quienes, pese a la tragedia mantuvieron en alto la dignidad proletaria y se negaron a recibir las indemnizaciones sin la entrega de los cuerpos de los compañeros caídos. Incluso, en un momento dado, se llegó a la ruptura entre el gobierno federal y el estatal. Posteriormente vendría un ataque a la dirección del SNTMMSRM imponiendo desde fuera a Elías Morales; esta imposición detonó una huelga general de 48 horas de 270 mil mineros de las 130 secciones del sindicato, con marchas y manifestaciones mineras en todo el país. Una huelga con motivaciones políticas, no estallada por motivos económicos y sin duda la más grave confrontación del movimiento obrero y el gobierno Fox. ¡Un hecho histórico! que vino a romper los límites regionales de las luchas de los sectores pesados de la clase obrera. Hidalgo, Coahuila, Guerrero, Chihuahua, Querétaro, Michoacán, Guanajuato, Estado de México, entre otros estados, realizaron una jornada de lucha se dio con tomas de locales sindicales, marchas, bloqueos e incluso estallamiento de huelgas como los casos de la de sección 207 de Agua Prieta, Sonora, la sección 201 de Sombrerete, Zacatecas, en la sección 298 de Nacozari de García, Sonora y es sintomático el caso de Mittal Steel en Lázaro Cárdenas, ya que nuevamente en esta huelga la empresa pagará el 100 por ciento de los salarios caídos y que no se afectarán las prestaciones legales y contractuales de los 800 obreros que paralizaron labores 9 días, en demanda de respeto a su autonomía sindical. Los trabajadores afiliados a las secciones 3, de Pachuca, así como la 200, 232, 233 y 299 de Ciudad Sahagún, marcharon de la carretera Sahagún-Pachuca a la Plaza Juárez de la capital hidalguense. Ante el palacio de gobierno, los más de mil manifestantes pidieron la salida inmediata de Elías Morales. Las secciones 271 y 273 de Michoacán convocaron a una marcha a la que se unieron organizaciones sindicales como las de estibadores, de comerciantes, la Confederación Regional Obrera Mexicana y esposas e hijos de los agremiados. Todas estas acciones en contra de la destitución de Napoleón Gómez Urrutia, el dirigente sindical desconocido por la Secretaría del Trabajo. Internacionalmente también hubo expresiones de solidaridad, los trabajadores del acero de la United Steelworkers (USW), anunciaron que realizarán un paro en apoyo al sindicato minero, en todas las empresas que Grupo México tiene en Estados Unidos el próximo 1° de mayo 2006 (el 1° de mayo no es festivo en EUA), en tanto que la Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas (FITIM), colocó una denuncia ante la OIT en contra del gobierno de México, por ''violación a los derechos a la libertad sindical". Tenemos que resaltar el hecho de que los más importantes movimientos de los trabajadores se están dando en el seno del sindicalismo corporativista oficial, con el caso de los mineros y con las fricciones por la dirección del Congreso del Trabajo, lo que se da a pesar de sus direcciones, quienes por años y años han lucrado individualmente con las cuotas sindicales y han convertido a la dirección sindical en una fuente de prebendas para sí mismos, esto es más cierto incluso en sindicato minero, ya que Gómez Urrutia heredó el puesto de líder sindical, así como se hereda cualquier cosa, el padre, un cacique sindical por cuatro décadas, impuso al hijo en la dirección del sindicato –por cierto, antes de ser dirigente obrero, Gómez Urrutia fue compadre de Gerardo Larrea, una de las principales cabezas de Grupo México, quien incluso intercedió para que Napoleón consiguiese la toma de nota como secretario general del sindicato minero–, sin embargo, es precisamente en el sector minero donde se dan estos casos de combatividad usando nacionalmente al sindicato. Llegados a este punto, los sectarios deben haberse jalado los cabellos, sin entender un ápice de los procesos reales en el movimiento obrero. ¿Por qué los más importantes movimientos de los trabajadores se están dando en el seno del sindicalismo corporativista? Esto sucede debido a que antes de formar una nueva organización, los trabajadores intentan una y otra vez rescatar sus organizaciones tradicionales, lo cual refleja un fermento subterráneo que antes ó después encontrará un cause combativo y, ratifica la tesis de los marxistas del Militante, respecto a que los procesos principales de la lucha de clases se darán a través de las organizaciones tradicionales del movimiento obrero, los sindicatos y el PRD. Respecto a éste último, nuestra tesis se vio ratificada con el movimiento de masas que derrotó a Fox en la lucha contra el desafuero de López Obrador.

* La dirección del sindicato minero

El caso minero explica de forma muy clara cómo en un momento dado, los dirigentes se ven obligados a ponerse al frente o de otra forma se ven rebasados por la base del sindicato. ¿Quién puede negar el papel de Napoleón Gómez Urrutia como comparsa de la patronal y del gobierno? ¡Nadie! Y sin embargo, se mueve, como diría Galileo Galilei.

En abril del año 2000 “dos facciones pelearon entonces la dirección obrera. Una estaba encabezada por Morales, entonces secretario del consejo general de justicia y vigilancia, y Benito Ortiz, secretario de trabajo del organismo; la otra, por el hijo del líder del gremio desde 1960, Napoleón Gómez Sada, doctorado en Oxford, gerente de empresas paraestatales y dueño del grupo Zeta Consultores, negocio que presta servicios a varias empresas cuyos trabajadores también pertenecen al sindicato minero.

En esa fecha Gómez Urrutia fue nombrado secretario general suplente por su padre, con la clara intención de heredarle el puesto. El otro grupo impugnó la designación, argumentando que el júnior no era trabajador minero ni contaba con cinco años de afiliación sindical. La Secretaría de Trabajo negó dar la toma de nota. En represalia 10 de los objetores fueron expulsados del gremio, acusados de ser corruptos, traidores y vender contratos colectivos. Aparentemente limpio el camino, el grupo de Napoleón modificó los estatutos para facilitar la llegada del heredero a la dirección. Sin embargo, en agosto de 2000 la Dirección de Registro de Asociación de la secretaría le negó definitivamente el registro. “La situación cambió drásticamente con el gobierno de Vicente Fox. Abascal, nuevo secretario de Trabajo, estaba entonces interesado en pactar una alianza con el Congreso del Trabajo, y Gómez Urrutia le servía a sus propósitos. Mágicamente apareció una antigua credencial del líder, notariada, que lo acreditó como trabajador minero con más de cinco años de antigüedad. El Ejecutivo lo aceptó entonces como representante nacional sindical.” (Luís Hernández Navarro. La revuelta minera).

* La defensa de la autonomía sindical

La consigna de la defensa de la autonomía sindical sólo tiene sentido se liga absolutamente a la consigna de la democracia sindical. ¿Para qué defender la autonomía si los dirigentes siguen haciendo de las suyas con el control del sindicato, siguen enriqueciéndose y defendiendo a la patronal? No tiene ningún sentido autonomía sin democracia. Defender al sindicato para democratizarlo y rescatarlo como un instrumento de lucha. Es totalmente correcto y necesario defender al sindicato frente a la ofensiva patronal y del gobierno, pero, una vez dicho esto, hay que someter a los dirigentes a la voluntad de la mayoría y ¿cómo se consigue eso? Hay que tomar del cuello al dirigente y decirle: “Bien, ya te defendimos, ahora debes responder enérgicamente frente a la patronal por todas nuestras demandas, debes dejar de conciliar y luchar combativamente por mejorar nuestras condiciones de trabajo y de vida”. Las bases sindicales deberían rescatar un método histórico del movimiento obrero para controlar a su dirección:1.- Todo dirigente debe ser elegido en asamblea democrática en función del programa que defienda y no por arreglos cupulares a espaldas de los trabajadores.2.- Cualquier dirigente del sindicato NO DEBE GANAR MÁS ALLÁ DEL SALARIO MEDIO DE UN OBRERO CALIFICADO. La dirigencia sindical debe vivir para el sindicato y no del sindicato.3.- Todo dirigente debe informar a la base del sindicato, de sus actividades, con regularidad y por escrito.4.- Aquel dirigente que no cumpla con las responsabilidades con la base del sindicato, debe ser revocado, en cualquier momento, por la misma asamblea que lo eligió. Con este método sí que adquiere relevancia la defensa de la autonomía sindical, de otra forma, sólo estaríamos defendiendo las aspiraciones personales de los dirigentes. La unidad sindical no debe ser una unidad abstracta y sin principios, debe ser una unidad basada en la defensa de un programa de clase y métodos combativos.

* El ataque convertido en su contrario

Elías Morales

foto de esmasEl gobierno federal, de un plumazo, desconoció la representatividad de Napoleón Gómez Urrutia, colocando al frente del sindicato minero a un elemento títere, Elías Morales, provocando conatos de violencia al interior del sindicato minero. Mientras el gobierno Fox no sancionó al Grupo México por su responsabilidad absoluta en la tragedia de Pasta de Conchos, arremetió contra el sindicato –para intentar tender una cortina de humo y desviar la atención de la empresa como auténtica responsable, sacando a la luz un presunto fraude de Gómez Urrutia. Esta intromisión del gobierno federal está provocando la respuesta, no sólo de los mineros sino de grandes sectores del movimiento obrero organizado en los sindicatos tradicionales, está provocando la unidad en la acción de los sindicatos agrupados en el Congreso del Trabajo y los de la UNT, no solo en movilizaciones conjuntas sino ahora a través del FNUAS. Las direcciones de los sindicatos de electricistas (SME), de los trabajadores del Seguro Social y de los telefonistas, convocaron a una marcha unitaria “En defensa de la autonomía gremial y en apoyo a los mineros. Con puños levantados y coros de '¡Mineros, mineros, mineros!’ y ‘¡No están solos!’, partió desde varios puntos de la ciudad la marcha inédita de sindicatos y organizaciones independientes, como pilotos, tranviarios, del Colegio de Bachilleres, la industria nuclear, Monte de Piedad, de la industria azucarera, Frente Auténtico del Trabajo, Central Cardenista Independiente, que son contrarias a los sindicatos del Congreso del Trabajo (CT) y que ahora están unidos en defensa de la autonomía sindical y en contra de lo que califican de ‘persecución’ de Napoleón Gómez Urrutia.” (La Jornada 080306).

La unidad de acción está llegando al grado de que está convocada una huelga general, por definir fecha. Si se nos permite un poco de ironía, debemos agradecer a la miopía política de Fox por esta cuestión. Por supuesto cabe la posibilidad de que las direcciones sindicales lleguen a un acuerdo con el gobierno federal y no estallen la huelga general, pero, independientemente de que la huelga se lleve a cabo o no en este periodo, es innegable que la situación del movimiento obrero es tal que, antes ó después, una huelga general es inevitable.

No cabe duda que la realidad rebasa a la conciencia, y mas aún la de algunos dirigentes sindicales, que han sido incapaces de pasar a los hechos la consigna de "Huelga general", pero no podrán maniobrar indefinidamente y se encontrarán con que la burguesía es incapaz de ofrecer concesiones, paralelamente a que los trabajadores no permitirán que le sean arrebatadas las escasas concesiones con que siguen contando aún, eso llevará a una inevitable confrontación en las calles entre las clases. El ejemplo que han dado los mineros marca el camino de las luchas. La huelga general es el método correcto para unificar al proletariado, en la lucha por una vida digna aunque se trate de un sector en particular, el minero, este hecho pone en el archivo muerto todo prejuicio sobre la huelga general, los mineros demostraron que es posible llevarla a cabo y al mismo tiempo pone de manifiesto que la huelga general debe ser discutida y preparada en el primer punto en la orden del día de toda central sindical. Por la debilidad del gobierno y la fortaleza del movimiento obrero, es probable que Fox una vez más sea derrotado y Gómez Urrutia sea nuevamente reconocido por el gobierno federal. La debilidad de Fox se comprueba en el hecho que, en tanto que la Secretaría del Trabajo desconoce las negociaciones con Gómez Urrutia, parte de los empresarios, por ejemplo, Grupo Peñoles, Luismin, Frisco, Autlán, Minera San Francisco del Oro, Bombardier, Minera Nukay, Komatsu y otras ya plantearon que negociarán con el comité anterior y no con el de Elías Morales. Esto expresa claramente elementos de polarización en la ecuación de la lucha de clases. La clase dominante es incapaz de ponerse de acuerdo en qué pasos prácticos dar y cómo darlos. En vez de hacer un solo frente con Fox que ha desconocido a Gómez Urrutia, no, le contradicen y se niegan a negociar con Elías Morales; eso es un claro síntoma de debilidad de la clase dominante. La debilidad invita a la agresión, por tanto, el movimiento obrero debe pasar a la ofensiva de manera decidida. No sólo se puede derrotar fácilmente a Fox en términos del respeto a la autonomía del sindicato minero y de castigo a los culpables de la tragedia de Pasta de Conchos, también se puede dar una ofensiva en términos de incrementos salariales y mejoras a las condiciones laborales, no sólo del sector minero sino del conjunto de la clase obrera del país. Fox podría dar marcha atrás ante la amenaza de estallar la huelga general y el reconocimiento de Gómez Urrutia sería usado por las direcciones sindicales para intentar desinflar la convocatoria a la huelga. Claro es que lo que está en juego aquí no es la personalidad de Gómez Urrutia y la intromisión de un gobierno de derechas en los asuntos internos del sindicalismo, sino cómo un hecho concreto está detonando una explosión que está liberando enormes tensiones sociales Electricistas del SME en lucha contra la privatización eléctricaacumuladas por años. Una variable conectando con otra, con otra y otra, de forma que el proceso puede salir del control de las dirigencias sindicales. En más de una ocasión los trabajadores del SME han detenido el ataque al sector

Trabajadores del SME

eléctrico, durante la lucha de los trabajadores del IMSS en contra de la reforma del Régimen de Jubilaciones y Pensiones, la burguesía aún pudo imponerse y los dirigentes aún tuvieron margen de maniobra. Ahora el grado de confrontación entre las clases ha subido de nivel involucrando a uno de los principales batallones del movimiento obrero, los mineros, demostrando la incapacidad del gobierno de usar siquiera a un “dirigente obrero” doctorado en Oxford y que heredó el sindicato. Si se han visto obligados a atacar a Gómez Urrutia, que es un caso extremo de corrupción y degeneración del corporativismo sindical, imaginemos el nivel de debilidad del gobierno que se corresponde inversamente con el grado de fortaleza del movimiento obrero. Una de las principales armas de la burguesía es hacer creer a los trabajadores que son débiles y que el gobierno es todo poderoso. En este periodo es todo lo contrario, el régimen en crisis, los partidos burgueses en crisis, un gobierno Fox que “nada de muertito” desde hace muchos meses, que sólo se sostiene por la política de colaboración de clases de las direcciones sindicales y del PRD, que han decidido encausar todo al frente lectoral de julio y traspasar la estafeta de gobierno a López Obrador. En este momento existen las condiciones objetivas para que la clase obrera mexicana transforme radicalmente la sociedad, pero aún hace falta desarrollar más las condiciones subjetivas, hace falta que los sectores avanzados de la clase obrera tengan más claridad política y capacidad organizativa, qué programa y qué métodos de lucha son necesarios para transformar la sociedad y hacia dónde. En pocas palabras, hace falta un partido marxista de masas. La vida enseña, solía decir Lenin. Y los obreros mexicanos están ya en el camino de la lucha por la transformación social, se ha despertado al volcán, ya no duerme más el México bronco, el tigre se está dando cuenta de su poder, se ha abierto un periodo que permitirá a los trabajadores avanzar en su organización sindical y política, asistimos al periodo más convulsivo desde los años 30, grandes oportunidades tendrá la clase obrera para obtener de la untitledpráctica las conclusiones pertinentes que le llevarán a comprender los estrechos límites de la política reformista, del reformismo sin reformas a que se verá sometido el gobierno AMLO y, por consiguiente, la necesidad de una política socialista para tomar el poder y transformar la sociedad. Así, aunque en este periodo no se lleve a cabo una huelga general, en lo sucesivo muchos más razones serán las que detonarán tarde o temprano una huelga general. Una huelga general de amplios sectores del movimiento obrero significará un enorme paso adelante en la lucha de clases de este país. Y, como en 1906 con la huelga de Cananea, el papel de los mineros quedará registrado en la historia como un elemento clave de este proceso. Las consignas y el programa en este periodo puede ser el siguiente: ¡El movimiento obrero es fuerte y el gobierno es débil!¡Pasemos a la ofensiva!¡A convertir la defensa de la autonomía sindical, en democracia sindical!

* Programa de lucha

mexico marxismo

1.- ¡Sigamos el ejemplo de los mineros! Indemnización total a las familias de los mineros de todos los accidentes que ha habido, no sólo de Pasta de Conchos.

2.- ¡Sigamos unificando la lucha, sigamos coordinándola y hay que extenderla a cada rincón del país! A coordinar al movimiento minero con la lucha por la democracia y unidad sindical, contra la reforma de la ley del ISSSTE, contra las privatizaciones, en defensa de la educación pública y la seguridad social.

3.- ¡Es momento de pasar a la ofensiva impulsando desde abajo una huelga general de 24 horas!

4.- No al trabajo subcontratado en ningún sector, por la base a los quince días laborados.

5.- ¡Ni un accidente más! Capacitación y condiciones óptimas de higiene y seguridad industrial a todos los trabajadores. Revisión inmediata y arreglo de las condiciones de seguridad de todas las minas y fábricas del país.

6.- Incremento salarial inmediato a 7 mil pesos por mes, más prestaciones.

7.- Por un gobierno PRD que luche por un programa socialista.

* Mineros: lucharon ayer y luchan hoy

El Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, nacido en 1934 al calor del periodo cardenista en Pachuca Hidalgo, llevó a cabo por vez primera una huelga por incremento salarial de 50 por ciento y por la ampliación del contrato colectivo de trabajo a minas que no lo tenían, el 8 de agosto de 1944 durante la Segunda Guerra Mundial. En ese entonces su nombre era Sindicato Industrial de Trabajadores Mineros. “La huelga afectó a más de 105 minas y fundidoras y se extendió por casi 40 días por la necedad patronal. El movimiento culminó con triunfo.” (La Jornada 020306). El sindicato minero surge en un periodo álgido de la lucha de clases que obligó a Lázaro Cárdenas a nacionalizar el petróleo, si bien la dirección sindical contribuyó a la explotación de los trabajadores debido a su política de conciliación de clases, en diversos momentos históricos ha llevado a cabo luchas importantes para conseguir y defender conquistas. Es por eso que el sindicato minero tiene tradiciones de lucha que los trabajadores de hoy las están rescatando. La mayoría de las luchas mineras del último periodo han concluido en éxitos parciales.

Algunos ejemplos: la sección 270 de Mezcala, Guerrero, que estalló la huelga el 3 de febrero 2006, al rechazar el ofrecimiento de 4 por ciento directo al salario y 2 puntos porcentuales en prestaciones. La huelga de la fracción 11 de la sección 242, de Tlalnepantla, por un aumento de 6 por ciento directo al salario, 2 por ciento en una sola exhibición y 2 por ciento en prestaciones. Paralelamente a estas huelgas en febrero 2006, otras 8 secciones del sindicato: 3 de Pachuca, Hidalgo; 30 de Naica, Chihuahua; 64 y 74 de Torreón, Coahuila; 259 de Palaú, Coahuila; 275 de Tulpetlac, Estado de México, y la fracción uno de la sección 162 de Ahuazotepec, Puebla. También asistimos a la lucha de los trabajadores del complejo minero Lázaro cárdenas, que se mantuvo en huelga por 22 días, lucha que arrojó el pago del 100 por ciento de los salarios caídos. Además de que la empresa se vio obligada a retirar las demandas penales presentadas en contra de los trabajadores. Esto es un hecho a resaltar, ya que los patrones pasaron de tratar de encarcelar a los trabajadores más activos de la huelga, a pagar el 100 por ciento de salarios caídos, además de que se logró el cumplimiento del contrato colectivo de trabajo así como los acuerdos y convenios pactados en años anteriores, que beneficiaban a los trabajadores. La empresa se comprometió además a incrementar 5 plazas sindicalizadas, realizaron los ajustes correspondientes para el pago de salarios y prestaciones por recategorización, puntos que originaron el conflicto.

Todas estas secciones tuvieron el ofrecimiento de un incremento de 10.5 por ciento, distribuido de la siguiente forma: 6 por ciento directo al salario, 2 por ciento en una sola exhibición y 2.5 por ciento en prestaciones. Este ofrecimiento de la patronal fue una victoria, ya que en la última huelga minera en octubre de 2004, se consiguió el pago de un bono de productividad, así como la entrega de 5 por ciento de las acciones de la mina a los trabajadores. La conquista del 10.5 por ciento puso a los mineros a la vanguardia de las victorias laborales no sólo por el aumento en sí, sino por el hecho de que la lucha se llevó a nivel nacional y porque reflejaba el fermento que ahora ha aflorado claramente a la superficie tras el factor Pasta de Conchos.

Para clarificar el nivel de la victoria, la comparación con otros sectores resulta ilustrativa. En la pasada huelga de los trabajadores de la UACH, se consiguió un aumento de poco más del 5 por ciento, en la universidad de Veracruz, la huelga consiguió 3.3 por ciento de aumento, lo que comparado con el 10.5 por ciento, deja entrever la fuerza de los batallones pesados del proletariado. No es que el 10.5 por ciento de aumento venga a resolver todos los problemas, ni mucho menos, pero sin duda es un síntoma de las presiones desde abajo y eso es lo que resaltamos en este proceso.

* El Congreso del Trabajo

la jornada el priimoDurante la época de oro del priismo, los secretarios generales de los sindicatos del Congreso del Trabajo y su ala más poderosa, la CTM, eran elegidos en la práctica por Fidel Velásquez, o bien, visto de otra forma, no podían llegar a la secretaría general sin el visto bueno de presidente en turno. La aristocracia obrera jugaba el papel de defensor del régimen y la patronal, sometiendo a los trabajadores en una ocasión tras otra durante un largo periodo; era la época de los pactos sociales y los topes salariales en los que Fidel Velásquez se ufanaba anunciando años tras año con pompa y circunstancia, aumentos salariales del cero por ciento. En esa época, la aristocracia obrera contaba con el control férreo de todas las centrales sindicales corporativistas del priismo, contaba con sustanciales puestos en la estructura del estado, gobernaturas, alcaldías, diputaciones, senadurías, etcétera. El movimiento obrero parecía condenado a una eternidad de postración. El proceso de debilidad del movimiento obrero tocó fondo con los acontecimientos de la caída del llamado “Socialismo real” en la Unión Soviética y los países del Bloque del Este. La burguesía pasó a la ofensiva ideológica con su frustrado discurso del “Fin de la historia”, el “Nuevo orden mundial”, se abriría según ellos una época indefinida de orden y progreso en la que las revoluciones nunca volverían a aparecer en el escenario. Fue el periodo de la los ataques “neoliberales” que infringieron derrota tras derrota al movimiento obrero en los sexenios de Miguel de la Madrid, Salinas y Zedillo. En ese entonces, cuando los marxistas de Militante explicábamos que tarde ó temprano la situación cambiaría, éramos vistos de soslayo por muchos activistas del movimiento obrero y estudiantil, como bichos raros e ingenuos. ¡Qué poderosas son las ideas del marxismo revolucionario![2] Resulta una suprema ironía que tantos hayan abandonado el marxismo –algunos explícita y otros implícitamente– precisamente cuando la historia ha reivindicado sus principales postulados como si se hubiera hecho en un laboratorio. La burguesía, los reformistas, los estalinistas y las sectas, no tienen la más mínima idea de los procesos reales que se están desarrollando a escala mundial. La situación que describimos generó un largo periodo de frustración de las luchas que encontraron cause en el llamado “sindicalismo independiente” que atomizó y dispersó al movimiento obrero. Salvo la excepción de la CNTE que correctamente no se escindió del SNTE –y por ningún motivo debe escindirse–, la mayoría de las expresiones independientes del corporativismo sindical oficial, terminaron, por la vía de los hechos, reproduciendo en mayor o menor medida las prácticas corporativistas del sindicalismo oficial, eso demuestra que no hay medida organizativa que pueda resolver un problema político. El caso de la dirección del STUNAM es un ejemplo claro; dice La Jornada del 29 de enero 2006: “… hay una ‘cadena de corrupción’, que si bien comenzó en la época de Pérez Arreola y Olivos Cuéllar, en la gestión de Agustín Rodríguez ‘ha tenido auge’. Asegura que los llamados ‘préstamos rojos’ del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado se ‘venden entre 3 mil y 5 mil pesos’; que las plazas se ofrecen en ‘40 mil’; que durante 10 años se hizo ‘negocio’ con los seguros de vida de los trabajadores, pues de un ‘total de 10 millones 464 mil 314 pesos que manejaron los que firmaban y administraban esto, se llevaban más de un millón de comisión. ¿Y quiénes firmaban? El secretario de previsión social en turno con el secretario general". Es necesario luchar por la transformación del STUNAM en un instrumento de lucha. El hecho de ser “independiente” del sindicalismo oficial, no fue obstáculo para que la dirección cayera en prácticas corporativistas. Esto se debe a que más que una “independencia” organizativa de los sindicatos oficiales, lo que se necesitaba entonces y ahora, es una política de “independencia de clase” que luche por conformar alas de izquierda dentro de los sindicatos, construir una alternativa que defienda un programa de clase con métodos combativos y no conciliatorios con la burguesía.

Las condiciones de la economía mundial, la agudización de las contradicciones del capitalismo en todo el mundo, el giro a la izquierda del péndulo de la lucha de clases internacional como una expresión de la necesidad histórica de trascender el capitalismo por ser un sistema caduco y enfermo, todo esto explica en última instancia, el proceso de resquebrajamiento del Congreso del Trabajo, que se expresa por ctmorganizacionsupuesto en situaciones concretas e incluso hasta cierto punto sesgado por el papel de las personalidades.

Tras la muerte de Fidel Velásquez, no ha habido una figura fuerte que cohesione a las direcciones sindicales oficiales. El periodo de Rodríguez Alcaine, quien sustituyó a Fidel Velásquez, aún se caracterizó por su relativo margen de maniobra para cohesionar al movimiento obrero. Tras la muerte de Rodríguez Alcaine se desataron los demonios en la lucha por la dirección del Congreso del Trabajo. Pero en última instancia, más que la ausencia de una personalidad fuerte, el punto del proceso de división del Congreso del Trabajo radica en la imposibilidad de la aristocracia obrera de abastecer todos los puestos en la estructura del Estado que exigen los distintos grupos. El pastel de los puestos es cada vez menor, los ataques a los trabajadores con cada vez mayores, la respuesta desde abajo está impulsando a luchar. Todo de conjunto está rompiendo el status quo del corporativismo sindical, tanto el oficial como el independiente y, si se levanta una alternativa consistente programática y organizativamente en el seno de los sindicatos, este proceso podría derivar en una nueva situación que permita el avance en la lucha por la democracia sindical y la transformación social.

Una escisión importante del Congreso del Trabajo sobrevino en 1997 con la conformación de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), aglutinando a sindicatos muy importantes como los de Teléfonos, el Sindicato Mexicano de Electricistas y a los trabajadores del IMSS, el sindicato de trabajadores de Volkswagen, trabajadores universitarios, entre otros. El surgimiento de la UNT fue un aviso del ulterior proceso de resquebrajamiento del Congreso del Trabajo, que ha tenido más escisiones ligadas al proceso de descomposición del PRI –como la de Elba Esther Gordillo–, que reflejan el fermento desde abajo en las fábricas y centros de trabajo. La UNT por un periodo encabezó las luchas más representativas, por ejemplo, las del SME, las de los trabajadores universitarios, la de Volkswagen y la de al defensa del RJP del IMSS. Pero a la par, subterráneamente estaba gestándose el movimiento minero con una decena de huelgas desde 2001 que pasó a un nivel superior por el factor Pasta de Conchos.

Esto explica en parte que Napoleón Gómez Urrutia, el dirigente minero, se haya opuesto a la llamada Ley Abascal que busca reformar reaccionariamente la Ley Federal del Trabajo y que estuviera inmiscuido recientemente en la pugna por la dirección del Congreso del Trabajo. Fox metió las manos en la reelección de Víctor Flores, dirigente ferrocarrilero caracterizado por enriquecerse personalmente con el proceso de privatización del sector y, especialmente destacado en aplicar métodos gangsteriles para mantenerse en la dirección tanto del sindicato ferrocarrilero como del Congreso del Trabajo.Son 38 los sindicatos que conforman el CT, pero hay disparidad en la cantidad de sindicatos que tienen la toma de nota, es decir, que son reconocidos por el gobierno; una cifra es que sólo 25 tienen toma de nota y, por tanto, derecho a voto, y otro dato dice que son 32. El caso es que en la elección formal, Isaías González Cuevas, líder de la CROC y vicepresidente del sindicato minero, fue apoyado por 14 organizaciones entre ellas, y no es casual, recibió apoyo del SNTE, quedando como presidente del CT, Gómez Urrutia como primer vicepresidente y como segundo Cuauhtémoc Paleta, secretario de la CROM, quienes en sus discursos criticaron el anquilosamiento de esta central y se comprometieron a servir de "cirujanos para revivir este muerto". Después, el 15 de febrero 2006, sobrevino la reacción de Fox y Víctor Flores apoyado en la CTM, cuestionando el resultado electoral ante la Secretaría del Trabajo y generando confrontación entre grupos de golpeadores de cada bando, quedando en entredicho la situación jurídica de la dirección del CT. Posteriormente se dio Pasta de Conchos y a la fecha la dirección del CT sigue en el limbo.

* El mercado mundial
oro mineros

Producto del ligero repunte económico en el pasado 2004, en algunos de los países más desarrollados, particularmente en China, la demanda de productos mineros se incrementó de manera significativa. Así mismo la inversión aumentó en este sector, por ejemplo las inversiones chinas en AL se concentraron en la industria minero metalúrgica. Esta tendencia internacional también alcanzó a nuestro país, los datos publicados en la página de la SEGOB nos dan una idea del crecimiento de este sector en el 2004. "Mittal Stell conglomerado siderúrgico internacional, registró un incremento de 298 por ciento en su utilidad neta, ubicándola en 4 mil 700 millones de dólares en 2004. Su filial en nuestro país es Imexsa, pero tiene presencia en otros 13 países". Además tenemos el ejemplo de Grupo México, que durante el año pasado renegoció su deuda con los bancos internacionales, lo que le valió una mayor calificación por parte de una de las corredurías más importantes del mundo (Standard and Poor's). Esto significa que los banqueros han aumentado su confianza en que este sector pueda desarrollarse dejando tras de sí cuantiosos beneficios, mientras tanto, a los obreros muertos en Pasta de Conchos, les pagaban 600 pesos por semana. Los economistas burgueses tienen más confianza que reservas, en que los precios internacionales ayudarán a este sector: "La demanda mundial de cobre se estima, crezca 4.2 por ciento en el presente año, debido al menor dinamismo en el desarrollo de los países industriales. Por lo mismo, se espera que la cotización siga alta en el primer semestre y empiece a declinar a partir del segundo, promediando entre 1.16 a 1.20 dólares la libra.[3]” En cuanto al plomo. "Podría estar alcanzando precios máximos, luego de que en cinco semanas sus derivados presentaron un importante avance. Este año se estima que su consumo podría crecer 3.5 por ciento”.[4] Con otro tipo de metales se tienen estimaciones similares. Sin embargo, el ligero repunte del año pasado, se ha visto opacado por las cifras de desempleo de países como Estados Unidos, China, Alemania, entre otros, lo que indica que esto se pudo lograr, con base a la mayor explotación de la clase obrera y, no sólo a la inversión productiva, con lo cual, la productividad no podrá seguir creciendo como espuma de cerveza. Más bien será una burbuja que pronto puede explotar, no solo por el hartazgo de los trabajadores, si no por sus propios limites físicos. Además, no basta con inversión y crecimiento en una sola rama de la economía, si esta no es capaz de arrastrar al conjunto, se verá inmersa en el contexto mundial de crisis y, éste será el caso para la minería.

* El factor de la dirección

Las condiciones de los trabajadores en el México de 1906 son parecidas a las de hoy: salarios miserables, condiciones laborales infrahumanas, la opresión de un régimen económico asfixiante, etc. Estas y otras condiciones de los trabajadores del campo y la ciudad condujeron a múltiples estallidos sociales que anunciaban la revolución. En concreto, el estallido de Cananea se dirimió con la sangre proletaria regada en las calles, una dolorosa derrota que sin embargo puso de manifiesto –a pesar de la abrumadora mayoría campesina de la población mexicana–, el papel de la clase obrera en las relaciones de producción y su decida disposición a luchar por un futuro distinto. Fue la ausencia de un partido proletario armado con las ideas del marxismo, lo que encumbró en la dirección revolucionaria a la pequeña burguesía soportada en el campesinado pobre, dejando a la clase obrera en un papel secundario, llegando incluso en un momento determinado en el declive del proceso revolucionario, a colocar a los obreros enfrentando a los ejércitos del campesinado pobre a través de los conocidos “batallones rojos”. [5] El factor de la dirección en la lucha de clases es un elemento determinante. Un año antes de la huelga de Cananea, en Rusia, también como México un país atrasado con una mayoría aplastante de población campesina, el proletariado y el campesinado pobre habían estallado una revolución, demostrando –como en México – la energía revolucionaria de las masas que es la auténtica fuente de transformación social y que sirvió al partido bolchevique como un primer “ensayo general” que, tras febrero de 1917, le permitió a Lenin y Trotsky obtener las conclusiones necesarias para dirigir la Revolución de octubre y llevar al proletariado ruso al poder, transformando colosalmente la historia, no solo de Rusia, sino de la humanidad entera. En la actualidad, las condiciones objetivas para la revolución socialista están más que dadas y eso está demostrado no sólo en términos económicos (la burguesía destruyendo

Lenin y Trotsky

brutalmente las fuerzas productivas y el reaccionario cinturón de fuerza que significan los estados nacionales), sino en el hecho de que en muchos países los trabajadores del campo y la ciudad han dado batallas épicas, que sólo no han concluido en la toma del poder por los trabajadores debido a la ausencia de una dirección marxista de masas dispuesta a ir hasta las últimas consecuencias en la lucha. Los casos de Venezuela y Bolivia (por cierto, en éste último caso, con los mineros como la vanguardia de la lucha), son un ejemplo, por un lado, de un proceso inacabado ya que el péndulo de la historia ha girado a la izquierda contundentemente aunque no de forma definitiva y, por otro lado, son un ejemplo de la colosal fuerza del movimiento de los trabajadores y por tanto, todo activista conciente y honesto, debe seguir detenidamente los acontecimientos de las luchas obreras en esos países.

* El porfiriato

Magón

ricardofloresmagonferrocarilEn México, el porfiriato creía estar sentando las bases de un futuro indefinido de “orden y progreso” cuando en realidad estaba abriendo la puerta a la revolución democrático-burguesa de 1910. El fermento de la lucha de clases se estaba gestando de las profundidades de las minas, en el violento crujir de las hollinosas fábricas vomitando humo y en el monopolio de la tierra en un puñado de terratenientes. “Hacia 1910, las principales inversiones de capital en la economía mexicana –excluida la agricultura– se concentraba en los ferrocarriles (40 por ciento del total), la minería (17 por ciento), y los bancos (17.3 por ciento), seguidos más de lejos por la industria (6.6 por ciento) y el petróleo (5.9 por ciento). La mayoría de estas inversiones –el 77 por ciento– era capital extranjero”.[6] La construcción de miles de kilómetros de vías férreas hacia Estados Unidos, el pujante crecimiento económico del Oeste arrebatado a México en la guerra de 1846-1847, la Guerra Civil en Estados entre los Confederados del Sur y los Estados del Norte, que acabaría con la victoria de estos últimos en 1865, la consolidación del capitalismo industrial en Europa Occidental, Japón y Estados Unidos, todo de conjunto dio una sólida base material al porfiriato e impulsó la creación de centros industriales y, concretamente mineros, en todo el país, fundamentalmente en el norte. El capitalismo en México se desarrolló de forma desigual y combinada. A la par de los grandes centros fabriles surgieron poblaciones de forma caótica, tal como observamos hoy día, por ejemplo, en la industrialización que tiene por base a las maquiladoras. Poblaciones sin servicios educativos, de agua potable, transporte y salud. Es fácil imaginar las restricciones políticas para la organización sindical y el alto grado represivo del porfiriato a las expresiones de la lucha de los trabajadores. Esta situación explica en parte porqué el largo período de la llamada “paz porfiriana” fue roto no por la acción del campesinado pobre, sino por las primeras grandes luchas del proletariado industrial. Fue en estas condiciones donde el Partido Liberal, liderado por Ricardo Flores Magón, logró cierto nivel de incidencia. Como explica Marx, la burguesía no puede existir sin la clase obrera. Burguesía y proletariado son antípodas mutuamente incluyentes. Básicamente, para que la burguesía pueda expropiar la riqueza al proletariado, éste último debe transformar la materia en mercancías. Es por eso que el desarrollo capitalista durante el porfiriato engendró concentraciones industriales y vías de comunicación a través del potente tendido de ferrocarril, que a la postre se convertiría en su contrario, sirviendo a la movilidad de los ejércitos del campesinado durante la revolución. La dictadura porfiriana, como todo régimen bonapartista, se basaba en el aparato represivo del Estado para conservar “el orden”, tal fue la razón de la existencia de un ejército federal basado en la leva, es decir, los campesinos pobres eran reclutados por la fuerza al ejército, siendo esto un factor con su peso específico para que, al volver a sus lugares de origen, los campesinos tuviesen conocimientos militares. Esto, combinado con el desarrollo de los polos industriales a los que hemos hecho referencia “… dio los centros para que la rebelión que maduraba en las masas del campo no fuera una simple revuelta campesina, sino una revolución. Por eso no fueron levantamientos campesinos locales, sino grandes huelgas obreras las que recogieron más directamente la influencia de la situación mundial, concentraron la de la situación nacional y expresaron en centros de peso económico la inquietud revolucionaria de las masas de todo el país”.[7] En este contexto se inscribe la huelga de Cananea.

* El Partido Liberal Mexicano
395px-Regeneracion_1910 wikipedia

La corriente liberal magonista nace en 1901. La publicación de su periódico Regeneración, desempeñó un importante papel en el surgimiento del comité organizador del Partido Liberal Mexicano que, desde St. Louis Missouri en junio de 1906, coordinó la creación de los círculos liberales, dos de los cuales se organizaron en Cananea. El programa del Partido Liberal, que llamaba a derribar a la dictadura de Porfirio Díaz y a realizar una serie de reformas políticas y sociales, incluía en una primera etapa:1.- Voto libre, no reelección presidencial. 2.- Supresión de caciques y jefes políticos regionales.3.- Educación laica obligatoria hasta los 14 años y mejores sueldos para los maestros.4.- Nacionalización de las propiedades del clero.5.- Jornada laboral de ocho horas.6.- Descanso dominical obligatorio. 7.- Salario mínimo de un peso y mayor en las regiones de más alto costo de la vida.8.- Reglamentación del trabajo a domicilio y del servicio doméstico. 9.- Prohibición del trabajo a menores de 14 años.10.- Higiene y seguridad en los centros de trabajo a cargo de los patrones. 11.- Indemnización por accidentes de trabajo.12.- Anulación de todas las deudas de los peones y abolición de las tiendas de raya.13.- Fundación de un banco agrícola.

14.- Restitución de ejidos de los pueblos y distribución de las tierras ociosas entre los campesinos pobres así como protección a la raza indígena.

Es claramente un programa progresista que sin embargo se mantenía dentro del marco del capitalismo, es decir, era un programa reformista que reaparecería después en la Constitución de 1917. Ricardo Flores Magón giró después al anarquismo y a la necesidad de una revolución social armada que expropiara a los expropiadores, es decir, los capitalistas y terratenientes. Las huelgas de Cananea y Río Blanco influyeron en el giro del magonismo, lo mismo que hicieron, entre sectores de la clase obrera mexicana, las posturas anarcosindicalistas de la Industrial Workers of the World (IWW) de Estados Unidos, que pasaba entonces por su mejor época militante.

En la primera década del siglo pasado Cananea vino a dejar patente, como lo ratificaría después la huelga textil de Río Blanco, que las luchas obreras aspiraban no sólo a luchar por sus reivindicaciones inmediatas, sino que, con la intervención del Partido Liberal, apuntaban hacia un horizonte nacional. A pesar de la derrota de los mineros, al año siguiente otra importante huelga estalló. En enero de 1907, en la región de Orizaba, en el Estado de Veracruz, trabajadores de las fábricas textiles de Río Blanco, se pusieron en huelga por las malas condiciones de trabajo a que eran sometidos; entre las que se contaban jornadas de 12 horas, salarios sometidos a multas, y control sobre las actividades que realizaban los trabajadores, el resultado fue un importante número de heridos y muertos. La presencia de las ideas anarquistas en el movimiento obrero era lo más avanzado del momento en México y no cabe duda que significaron un importante paso adelante en la organización y conciencia del movimiento obrero, pues los obreros sin organización seríamos simple carne de explotación. Sin embargo, todo error en términos teóricos necesariamente tiene repercusiones negativas en términos prácticos y las ideas del anarquismo son erróneas de inicio a fin. Esto no demerita en absoluto el valor y heroísmo de los obreros anarquistas y el sacrificio y honestidad revolucionaria del Partido Liberal, que tuvo el enorme mérito de establecer una organización revolucionaria orientada al movimiento obrero en una situación que –si bien el peso cualitativo de la clase obrera era en extremo importante– estaba caracterizada porque la clase obrera aún no imprimía su peso decisivo en la lucha de clases y, el campesinado pobre era el principal actor cuantitativo de la lucha de clases. Muchos activistas del Partido Liberal lucharon contra la dictadura de Porfirio Díaz con la firme decisión de derribarle, incluso al grado de ofrendar su vida en el intento, de hecho Ricardo Flores Magón murió el 21 de noviembre de 1922 en la prisión de Leavenworth, Kansas, Estados Unidos y es por tanto, uno de los miles y miles de mártires del movimiento obrero nacional y mundial. Es por eso que es de vital importancia estudiar los aciertos y errores del anarquismo, y en general de todas las expresiones históricas del movimiento obrero, para realmente ofrecer tributo a nuestros mártires, evitando en lo sucesivo, cometer los mismos errores nuevamente. Flaco favor haríamos a los mártires del movimiento obrero y en concreto a los muertos de la huelga de Cananea y a los muertos de la mina de Pasta de Conchos, si no estudiáramos la historia como una forma de prepararnos teórica y organizativamente para enfrentar los acontecimientos a los que estamos asistiendo y asistiremos. Así, los marxistas del periódico obrero Militante, quienes somos parte de la Tendencia Marxista Internacional que tiene trabajo en más de treinta países, nos agrupamos en torno a nuestro periódico diario virtual www.marxist.com y de donde extraemos un texto sobre las ideas del anarquismo.

* La naturaleza de clase del anarquismo

Sin dejar de reconocer el espíritu heroico de los militantes anarquistas, cometeríamos un error grave en la lucha por la transformación socialista de la sociedad, si no señaláramos los límites teóricos del anarquismo y sus consecuencias prácticas. Al fin y al cabo la revolución socialista es una cuestión práctica y para nosotros, como marxistas revolucionarios, la validez de cualquier aportación en el terreno de las ideas se mide por su contribución al triunfo de la lucha contra el capitalismo, contra una sociedad injusta que somete a la mayoría de la población del planeta a la miseria y a la opresión y, que históricamente, ha dejado de jugar un papel progresista. La controversia entre el marxismo y el anarquismo no es algo nuevo. Existe mucho material escrito por los propios clásicos (Marx, Engels, Lenin y Trotsky por un lado y Proudhon, Bakunin, Kropotkin y Malatesta por otro) y a él remitimos a todos los que quieran profundizar más en el tema. Pero si algún sentido tiene ahora un material sobre el anarquismo desde el punto de vista del marxismo revolucionario, es para situarlo en el contexto actual de la lucha de clases. Por esta razón, en la polémica con los seguidores del anarquismo, los marxistas empezamos por plantear los siguientes interrogantes: ¿Se puede derrocar el capitalismo y el Estado que lo sostiene? ¿Cómo? ¿Con qué fuerzas? ¿Con qué métodos? ¿Qué papel juegan los partidos y cuál debe ser nuestra posición, como revolucionarios, hacia ellos? ¿Y hacia los sindicatos, hacia las elecciones, hacia el parlamento? ¿Qué reivindicaciones debemos defender y cuáles combatir? Viejas preguntas que están en la cabeza de miles de jóvenes y trabajadores que se aproximan ahora a la participación consciente en la lucha. En la historia del movimiento obrero internacional, bajo la bandera del anarquismo lucharon millones de anarquismotrabajadores, campesinos y jóvenes revolucionarios. Por ejemplo en España, la CNT (anarquista) en los años 30 del siglo pasado era la organización que agrupaba mayoritariamente los sectores más combativos y sacrificados del movimiento obrero, que entregaron su vida en los frentes combatiendo el fascismo. El espíritu de los trabajadores anarquistas en los años 30 sí debe ser para todos los revolucionarios una fuente de inspiración —desde luego para los marxistas es así— y una prueba de la capacidad revolucionaria de la clase trabajadora. Nosotros distinguimos como un hecho muy positivo el “espíritu anarquista” de luchar contra la opresión del Estado, contra la hipocresía y las maniobras de la burguesía, contra la participación de los dirigentes obreros en estas maniobras, contra la mentalidad práctica y posibilista que caracteriza a la burocracia que se forma en los partidos y los sindicatos obreros. No sólo compartimos este “espíritu anarquista” sino que lo consideramos también parte del verdadero “espíritu marxista”; es en realidad un “espíritu revolucionario” que se genera espontáneamente en las masas y que está presente hoy en muchos trabajadores y sobre todo, jóvenes. Lo que no compartimos es la ideología anarquista que, como el marxismo, es un sistema completo de ideas y no simplemente un espíritu, o la simple suma de nociones sueltas. El anarquismo y el marxismo tuvieron una influencia clarísima en la lucha de clases desde mediados del siglo XIX. Cualquier ideología que alcanza determinado eco e influencia refleja también (de una manera más o menos directa, más o menos consciente) los intereses de determinadas clases sociales. Establecer estas relaciones ayuda siempre a comprender la auténtica naturaleza de esas ideologías y situarlas en su contexto histórico. El anarquismo proclama como objetivo alcanzar una sociedad en la que los individuos se relacionen libremente, según su propia voluntad. En el terreno económico esto se concreta en la defensa de una sociedad libre de productores que intercambian libremente las mercancías, asociándose libremente entre ellos. A principios del siglo XIX, la gran masa social estaba compuesta por pequeños productores en el campo y en la ciudad. El individualismo anarquista tenía una base social en la que apoyarse. Los pequeños productores querían preservar esa libertad característica de la fase inicial del 319px-Pierre_Joseph_Proudhon la wikipediacapitalismo frente al surgimiento de grandes fábricas, al creciente papel de la banca y la actuación del Estado al servicio de la gran burguesía. De hecho, Proudhon, el precursor más inmediato del anarquismo, defendía una economía mercantil

Proundhon

pero sin su desarrollo ulterior inevitable: la concentración del capital, la desaparición de la libre producción como efecto de la libre competencia, y la aparición del monopolio... es decir, un capitalismo imposible. En el terreno político Proudhon aspiraba a la disolución del poder central en pequeñas comunidades inspiradas en la época medieval. Los anarquistas del siglo XIX denominaban al anarquismo como “la Idea”. Aunque el radicalismo anarquista atrajo a sectores descontentos y oprimidos de la sociedad, los primeros activistas de la “Idea” no proclamaban la lucha de clases sino el humanismo (quizá de esta idea se extrajo el nombre de la sociedad secreta “Unión Liberal Humanidad” que se formó en Cananea previamente a la huelga).La característica fundamental de este periodo es que la clase obrera no había puesto su sello en los acontecimientos. La presencia del anarquismo en España, Italia, Rusia y más tarde en México, era debida precisamente a su atraso económico en comparación con los demás países capitalistas y la consecuente debilidad de la clase obrera. La crisis del anarquismo de fin de siglo, más que por los efectos de la represión policial, era el reflejo de que la lucha se polarizaba cada vez más claramente entre la burguesía y la clase obrera. La Internacional bakuninista celebró su último congreso en 1877. Después de esta fecha, una crisis en la industria relojera arruinó a las pequeñas empresas familiares de los Alpes suizos, cuyo espacio fue ocupado por la producción a gran escala en Ginebra. Eso era el fin del principal punto de apoyo social que tenían los bakuninistas en Europa y fue algo más que un hecho anecdótico o casual, era un indicio de los nuevos tiempos. El misionerismo, el terrorismo individual, la búsqueda del ‘hombre natural’ mediante las escuelas racionalistas, la figura del bandolero revolucionario, las insurrecciones descoordinadas, el cantonalismo, son fenómenos totalmente ligados a la etapa en la que la clase trabajadora no podía desplegar toda su capacidad de lucha —por su debilidad numérica e inexperiencia— ni su temple revolucionario, del que el marxismo no es más que su condensación teórica. Por “la Idea”, por la anarquía, dieron la vida miles de oprimidos. Pero el anarquismo, aunque coetáneo del marxismo, nació mirando hacia el pasado. Se sustentaba en clases sociales que, aunque oprimidas, iban a quedar relegadas a un segundo término en la medida en que la lucha de clases iba teniendo dos protagonistas cada vez más claros: la clase obrera y la burguesía. En cambio, cuando los postulados de Marx y Engels salieron a la luz, la clase obrera apenas había desplegado una pequeñísima parte de su peso social, su capacidad de lucha y su potencial para convertirse en el sostén de una nueva sociedad. Los dirigentes de los partidos socialistas de la I Internacional y de la II Internacional giraron a la derecha abandonando el marxismo que originalmente les había inspirado. Adoptaron actitudes y políticas que provocaban un rechazo cada vez mayor entre los trabajadores. Muchos dirigentes socialistas apoyaron a la burguesía en los momentos decisivos, como en la I Guerra Mundial. Cayeron en el cretinismo parlamentario, abandonando la lucha de clases y renunciando definitivamente a la transformación socialista de la sociedad. Ese fenómeno supuso un enorme balón de oxígeno para el anarquismo que, aun cayendo en políticas equivocadas, podía presentar a muchos de sus dirigentes libres de tratos en secreto con la burguesía. Esto se produjo, por ejemplo, en el caso de España, que fue el último país en el que el anarquismo tuvo una influencia de masas. Sin embargo en la medida en que el anarquismo tuvo un apoyo más masivo entre los trabajadores asalariados —y no en el productor individual, su clase ‘natural’— tuvo que desechar, más en la práctica que en el lenguaje, sus postulados originales. Era insostenible estar en contra de la organización sindical cuando ésta resultaba ser la tendencia más natural y primaria de la clase obrera cuando empezaba a participar como clase. Los planteamientos anarquistas sufrieron un vuelco en un sentido: mientras que los bakuninistas, y en general los partidarios originarios de la “acción directa”, rechazaban el sindicalismo porque aceptaba “pactos” con la burguesía y ninguna acción era revolucionaria si no tenía como objetivo inmediato la abolición del Estado, los anarcosindicalistas contraponían el sindicalismo, como una actividad legítima, a la actividad política, que permanecía en el campo de lo prohibido, por “autoritario”. Pero la aceptación de la organización sindical de una forma abierta, esa concesión al campo del “autoritarismo”, no dejaba el anarquismo a salvo de sus contradicciones inherentes, sino que las agudizaba todavía más. En la medida en que el anarcosindicalismo pudo influir verdaderamente en la clase obrera, sufría cada vez más sus presiones y también las de la burguesía. Conscientes de su enorme peso numérico, la no participación en las elecciones se hacía cada vez más incomprensible. Había que tomar posturas políticas frente a los acontecimientos nacionales e internacionales. El terrorismo individual y la lucha sindical sabían a poco a una clase que empezaba a sentir, intuitivamente, su peso específico en la sociedad. La aversión a la participación en la política podía tener cierta aceptación sólo en la medida en que la clase obrera no podía jugar aún un papel decisivo; este rechazo tenía bases firmes mientras la política era percibida como una pelea por arriba, entre distintas facciones de la clase dominante, en la que los trabajadores, dispersos, sólo eran los invitados incómodos. Es precisamente en los momentos de revolución y contrarrevolución, cuando las clases sociales actúan desplegando todas sus energías, cuando se revelan con más fuerza que nunca las tendencias ideológicas fundamentales, desapareciendo el envoltorio y los aspectos formales con los que se podían presentar en tiempos de relativa paz social. Así, en el conflicto real entre las fuerzas de la revolución y la contrarrevolución, los postulados acerca del ‘Individuo’ y la ‘Autoridad’ quedaron relegados, cada vez más, a un cascarón vacío de contenido. Pero tanto la política como la naturaleza aborrecen el vacío. Ese vacío sólo podía ser rellenado en aquel momento por el “realismo” tras el que se escondían los estalinistas y los reformistas, con su programa a favor de reconstruir el Estado burgués y no molestar a las potencias occidentales, o con una alternativa revolucionaria que defendiese consolidar el poder de los trabajadores sobre la base de los comités de obreros y soldados, su coordinación estatal y la defensa de un programa revolucionario que pasara por la expropiación de la propiedad capitalista, el control obrero de la producción y la extensión de la revolución. Para el marxismo no se trata de analizar si la política es buena o mala en general. Lo único que se puede decir de la política en general es que si tú no vas a ella, ella viene a ti. En el campo de la acción, de la lucha de clases, el apoliticismo no existe más que como una variante reaccionaria de la política. En este sentido, no da igual el signo político de los que encabecen el movimiento obrero en el momento en que se produzca una situación revolucionaria. Si los mencheviques hubiesen mantenido su predominio sobre el movimiento revolucionario ruso en 1917, no cabe duda que la Revolución de octubre no se hubiese producido o hubiera fracasado. Los mencheviques, que descartaban la revolución socialista, tenían una presencia mayoritaria en el movimiento obrero apenas ocho meses antes de la Revolución de octubre, cuando, sin exagerar, los bolcheviques eran una minoría casi desconocida para la gran masa de trabajadores de la ciudad y sobre todo para los campesinos pobres. Sin embargo, en este corto espacio de tiempo los bolcheviques fueron capaces de aumentar su influencia en el movimiento y desbancar a los mencheviques de la dirección. La Revolución de Octubre barrió definitivamente las viejas instituciones zaristas y burguesas y dejó en evidencia el papel reaccionario de los mencheviques (que acabaron pasándose al bando de la burguesía). Eso sólo fue posible porque los bolcheviques, basándose en una perspectiva correcta (la Revolución Rusa no tenía que dar el poder a la burguesía sino a la clase obrera y era por tanto una revolución socialista), adoptaron en los diferentes momentos del proceso revolucionario una táctica correcta. Se podrá objetar lo que se quiera a la Revolución Rusa y a la política de los bolcheviques —para nosotros es una fuente de inspiración impresionante— pero lo cierto es que, partiendo de una posición minoritaria en el movimiento, arrebataron la mayoría a los reformistas de entonces y consiguieron romper con el aparato del Estado zarista. En las diferentes etapas de la Revolución, e incluso antes de la Revolución de febrero, los bolcheviques adoptaron un mismo método (elevar el nivel de comprensión de los trabajadores, favorecer un movimiento independiente de la clase obrera partiendo de su propia experiencia), pero diferentes tácticas. Para nosotros, y para los clásicos del marxismo, la táctica, las consignas, el lenguaje, las formas organizativas, los objetivos puntuales de las luchas, son “correctos” o “incorrectos” si ayudan o no a que un sector cada vez más amplio de los trabajadores comprendan que el capitalismo es la causa fundamental de sus problemas, que sí existe una alternativa al capitalismo y que la clase trabajadora sí tiene fuerza suficiente para hacer frente a la burguesía y su aparato represivo. En otras palabras, si ayudan al proceso de toma de conciencia y arman a los trabajadores con un programa viable para el derrocamiento del capitalismo.

* El papel de la clase obrera

Es necesario considerar que en 1906, a diferencia de hoy, la clase obrera aún no tenía peso social suficiente en el país – cosa diferente era su peso económico que como hemos dicho, era ya de suma relevancia incluso a inicio de siglo – y sus polos de concentración estaban dispersos y en gran parte alejados del centro del país. Pero la cantidad de obreros no fue un impedimento para una expresión cualitativa en el terreno social, todo lo contrario, precisamente por el lugar que la clase obrera ocupaba en las relaciones de producción, a pesar de su reducida cantidad, las movilizaciones obreras minoritarias socialmente impactaron en el fermento revolucionario que agitaba subterráneamente al campesinado pobre y, en un determinado momento, la aplastante masa campesina encontró una orientación para sus demandas en alianza con las fuerzas revolucionarias urbanas. La ausencia de un partido proletario de masas armado con las ideas del marxismo, impidió que esta alianza natural entre el campesinado pobre y la clase obrera, derivara en la transformación socialista de la sociedad y entonces la resultante de la revolución fuese un nuevo estado de cosas, que si bien trajo un periodo de relativo crecimiento y estabilidad social, las contradicciones fundamentales del capital – trabajo se mantuvieron y persisten de manera aguda hasta el día de hoy, de forma tal que las condiciones objetivas actuales para la revolución, son muchísimo más maduras hoy que hace cien años. Lejos y en el ridículo han quedado las ideas de la década pasada que pregonaban el “fin de la 273255744_106b71b730historia”, la inexistencia de la clase obrera, el fin de las revoluciones, etcétera. ¡Es exactamente todo lo contrario! se ha abierto un periodo en que la humanidad está asistiendo y asistirá a colosales transformaciones, como estamos viendo hoy día en Venezuela y otros países de América Latina. Hemos entrado en el período más turbulento de la historia desde la Segunda guerra mundial. Una sacudida tras otra está agitando el sistema hasta sus cimientos. La situación mundial se caracteriza por una extrema inestabilidad, que es reflejo del callejón sin salida del sistema capitalista a escala mundial. El mundo está hundido en una vorágine de conflictos, guerras y terrorismo. El viejo sistema está enfermo de muerte pero se niega a morir, tal como sucedió en el periodo de declive del Imperio romano y en la fase final del feudalismo, con los Borbones. Por eso la diferencia fundamental con 1910 es que la próxima revolución será no de carácter democrático burgués sino socialista, debido a innumerables factores, además de los que ya señalamos, tenemos también el hecho contundente del peso no solo económico sino social de la clase obrera, pues a diferencia de inicios del siglo pasado, la concentración urbana es aplastante versus la población rural y es también mayoritariamente joven. Juventud es futuro y, ¿qué futuro tienen nuestros jóvenes proletarios si no es que luchan por transformar la sociedad? la respuesta es simple, desempleo, marginación, represión, migración, trabajos precarios, frustración, enfermedad, suicidio, muerte … Existe un límite físico y moral a la explotación, pero sobre todo, la incertidumbre sobre el futuro es lo que mueve y moverá a millones de trabajadores y jóvenes a luchar por un mejor futuro no solo en México sino en el mundo entero, como lo estamos viendo estos días, por ejemplo, en Francia contra Contrato de Primer Empleo introducido por el gobierno de derechas de De Villepin.

* Huelgas previas a la de Cananea

En las minas, imperaba la discriminación racial. Los salarios por el mismo trabajo y la misma jornada, eran diferentes para los trabajadores mexicanos y los estadounidenses, donde obviamente, éstos últimos ganaban más. De aquí se desprendería una de las demandas de los obreros de la mina Oversight. En determinado momento, estas diferencias salariales basadas en la raza de los mineros causaron algunas divisiones de carácter racial, de forma que incluso, a inicios de siglo, la Western Federation of Miners (WFM) usó incorrectamente una política antimexicana a fin de conseguir fuerza en la zona. Sin embargo, con el paso del tiempo, no sólo corrigió este error sino que colaboró en el financiamiento de Partido Liberal, difundiendo las ideas de un sindicalismo militante entre los trabajadores de la región. Los marxistas nos oponemos, por principio, a cualquier tipo de división del movimiento obrero, sea por raza, sexo, religión, nacionalidad, niveles salariales ú etiquetas formales como trabajador de base versus trabajador de confianza. Este es un elemento que guía nuestro trabajo en el movimiento obrero. La huelga de Cananea –vista de conjunto como sector minero de la región, incluida la frontera con Estados Unidos –, si bien no fue la primera de aquel momento histórico, sí vino a romper la estabilidad del porfiriato presentándose como una señal subterránea que estallaría cuatro años después en toda su magnitud con la revolución.

MINAS

En 1906, Cananea era una población minera en la que laboraban 5 mil 360 trabajadores mexicanos que y había también 2 mil 200 obreros extranjeros. La superioridad salarial no enterraba la lucha de los obreros estadounidenses. Así que en realidad, más que ser diferentes por provenir de distinta raza, eran, como lo son ahora, hermanos de clase y sujetos de la misma explotación Estas huelgas previas a la de Oversight necesariamente implicaron un efecto en la psicología de los mineros mexicanos, el flujo de trabajadores hacia uno y otro lado de la frontera trajo consigo también un intercambio de experiencias e ideas. En abril de 1902, 65 mecánicos estadounidenses que laboraban en la construcción de una nueva fundidora, estallaron una huelga para intentar compensar las hostiles condiciones del territorio minero; su demanda principal era un incremento salarial por hora de 45 a 50 centavos de dólar. La patronal argumentó que ya pagaba cinco centavos más que en Arizona y, como la huelga persistiera, por la fuerza de la amenaza de los rifles de los rangers, metió a los 65 mecánicos en un tren que los llevó a la frontera. Los huelguistas y sus familias agitaron en búsqueda de la solidaridad del resto de trabajadores de Arizona y lograron impedir que algunos de los trabajadores traídos de Los Ángeles para requisar la huelga, llegaran a contratarse en Cananea. Para terminar la fundidora, la empresa se vio obligada a traer mecánicos de Colorado, atrasando los planes por 60 días.[8] El año siguiente, 1903, hubo otra huelga, esta vez de caldereros. Los acontecimientos llevaron a que resultara quemado un ferrocarril que transportaba esquiroles desde Naco. En 1904, se volvió a presentar un nuevo intento de huelga, nuevamente impulsado por obreros estadounidenses. “Cananea, para efectos prácticos, formaba parte de la misma zona cuprífera que los campos mineros de Bisbee, Douglas, Clifton Morenci, Globe y Metcalf, en el todavía territorio de Arizona. En esa región dominaban unas pocas empresas gigantes.” [9]Estas huelgas previas a la mina de Oversight reflejaban el fermento subterráneo de la clase obrera minera de la zona. Otro ejemplo es el de la huelga de la mina Clifton Morenci en septiembre de 1903, que duró 17 semanas y requirió la intervención de los rangers de Arizona. Esta ola de agitación huelguística, estuvo dirigida por la Western Federation of Miners (WFM), y por la Industrial Workers of the World (IWW), ambas centrales de tendencia anarcosindicalista. El Partido liberal estuvo presente en el caso de Oversight, no sólo agitando desde fuera sino dirigiendo la huelga. Un mes antes de la huelga de Oversight en la estación de Empalme, cerca de Guaymas, estalló una huelga contra el Ferrocarril Sud-Pacífico, ya que los operadores no habían aceptado una rebaja salarial de 1.75 a 1.50 pesos.

* Los acontecimientos de la huelga de Cananea.

El movimiento de los trabajadores en las fábricas siempre inicia con un reducido número de activistas que suelen ser los más claros, los más indignados, los más decididos, los más sacrificados y abnegados en la lucha. No debe sorprendernos que casi siempre sea una minoría la que inicia el movimiento, eso no significa que los demás trabajadores sean “agachones” indefinidamente, pues, en determinado momento, si se trabaja firmemente, ideas correctas planteadas de forma clara y con los métodos correctos, suelen conectar con el conjunto de trabajadores de la fábrica y tarde ó temprano se unen a la lucha ante los ataques de la patronal. Así fue en Cananea. En 1905 un reducido grupo, formado por José López, comenzó a distribuir en Cananea Regeneración, pero por la represión porfirista los activistas del Partido Liberal tuvieron que refugiarse en Douglas, Arizona, por un breve período. Después volvieron a Cananea para editar un semanario llamado El Centenario, que por supuesto era perseguido por la empresa y los funcionarios municipales. Fueron sólo quince mineros los que iniciaron el movimiento, constituyéndose el 16 de enero de 1906 en la sociedad secreta “Unión Liberal Humanidad”, con la dirección de Manuel M. Diéguez y también los liberales Enrique Bermúdez y Antonio de P. Araujo. Después de reuniones semanales para discutir ideas y organización, en abril eran 25 los miembros del grupo, todos dispuestos a luchar contra la dictadura. Manuel M. Diéguez y Esteban Baca Calderón entraron a trabajar a Oversight para organizar a los mineros. Diéguez era ayudante de rayador, tenía 32 años y era originario de Jalisco. Baca Calderón era carrero, tenía 30 años y había sido profesor en la escuela superior de Tepic, Nayarit. Existen versiones que apuntan el hecho de que el estallamiento de la huelga tomó por sorpresa a los activistas del PLM, y tratan de desvirtuar a Diéguez y a Baca Calderón; el único criterio de verdad es la práctica, así que independientemente de que les hubiese tomado por sorpresa, aún si fuese cierto, lo real es que se les registró entre los presos de Cananea, lo cual indica que se mantuvieron consecuentes hasta el final de la lucha, si bien no está en duda el hecho de que el desarrollo de la huelga los rebasó. Las reuniones semanales tenían un carácter conspirativo y planteaban una labor educativa y propagandística centrada en el programa del PLM y en la necesidad de una Constitución política que rigiera jurídicamente al país. Estaban en comunicación por correspondencia con el grupo de San Luís Misuri y otros liberales del país. El 5 de mayo, la Unión Liberal Humanidad, usando el elemento antiimperialista de la conmemoración del triunfo del ejército liberal en Puebla (derrota infringida a los franceses en 1862 durante el régimen de Benito Juárez), convocó a un mitin en el centro de la ciudad, apareciendo públicamente como Junta patriótica. El orador principal fue Baca Calderón. Su discurso, que a continuación mostramos, refleja claramente la influencia del pensamiento anarquista:“¿Por qué semejante iniquidad, en que el fuerte, inspirado en fines bastardos, la codicia, causa la desgracia de los débiles? ¡Nadie tiene derecho sobre los demás! ¡Los hombres descienden de un mismo origen, son hermanos!“Enseñadle al capitalista que no sois bestias de carga; a ese capitalista que en todo y para todo nos ha postergado con su legión de hombres blondos y ojos azules; ¡Qué vergüenza! Estáis en vuestro propio suelo y los beneficios que produce a vosotros deberían corresponder en primer lugar, enseñadle a vuestros hijos el amor a la dignidad personal con el ejemplo de vuestra conducta de hombres libres; enseñadle a los funcionarios que el derecho de gobernar residen única y esencialmente en vosotros, y que sólo del pueblo pueden dimanar las leyes. Esa es la República, la inagotable fuente del bienestar para las colectividades. ¡Así se ama a la patria! ¡Así se honra a los héroes! ¡Adelante, esforzados campeones del trabajo! Tenéis hijos que esperan el fruto de una lucha honrada, leal, enérgica. ¡No vaciléis! ¡Los laureles del triunfo ceñirán vuestra frente! ¡Viva la República!” Con el mitin del 5 de mayo la Unión Liberal Humanidad agitaba para en un momento dado, estallar una huelga, situación que se presentó tras un ataque de la patronal. La mayoría de las versiones sobre los acontecimientos en la huelga de Cananea coincide en lo siguiente: el 31 de mayo de 1906 la compañía informó a los trabajadores que la extracción del metal quedaba “sujeta a contrato”, es decir, que los supervisores podrían elegir libremente y sin ninguna restricción a los obreros que seguirían trabajando y despedirían a los que no fuesen necesarios de acuerdo a las necesidades de producción y, por tanto, los trabajadores que se quedaran tendrían que intensificar la jornada ó producir más en el mismo tiempo, esto incidiría sobre todo a las labores de barreteros, rezagadores, ademadores y carreros. ¿Suena conocido? La medida provocó la convulsiva respuesta de los trabajadores, así que en el curso del turno nocturno los trabajadores tomaron el acuerdo de llegar a la huelga y a las cinco de la mañana del 1 de Junio la estallaron. Los más de 400 mineros que terminaban en jornada se sublevaron a la salida, se plantaron frente a las oficinas de la mina mientras gritaban "¡Cinco pesos y ocho horas de trabajo! ¡Viva México!". Así, en las primeras horas, al cambio de turno, las actividades fueron suspendidas y después se reunieron en Pueblo nuevo. La huelga había estallado.

Las autoridades y los patrones se mantuvieron atentos a las actividades de los mineros por medio de espías y soplones pero aún así no pudieron impedir que se detonara la huelga. El acontecimiento corrió como reguero de pólvora a toda la población. Ante el hecho, se presentó en la mina el presidente municipal Filiberto Barros, quien en realidad quería apresarlos a todos pero y al no poder hacerlo, en una maniobra para ganar tiempo, solicitó que los obreros nombraran representantes para negociar con la compañía. Así que se citó una reunión a las 10:00 de la mañana en la comisaría del Ronquillo. Antes de partir hacia ese punto, tomando un correcto pulso de la situación tomó la palabra Baca Calderón para exhortar a sus compañeros a preservar el orden público "a fin de impedir que elementos malsanos, mal intencionados, cometieran actos de violencia contra las personas, contra la propiedad, dando pretexto a las autoridades para disolver la huelga".[10]

minas4Los mineros no sólo solicitaban aumento salarial sino también un trato digno y la aspiración de ascender en categorías de actividad, así como su descontento por los privilegios que gozaban los trabajadores extranjeros, ya que mientras que éstos tenían un salario mínimo de 7 pesos diarios, los trabajadores mexicanos recibían sólo 3 pesos por una jornada de 10 y 12 horas. Se conformó un comité de huelga que promulgó:1º Queda el pueblo obrero declarado en huelga.2º El pueblo obrero se obliga a trabajar sobre las condiciones siguientes: a) El mínimo del sueldo del obrero serán $5 pesos diarios con 8 horas de trabajo. b) En todos los trabajos de la Cananea Consolidated Cooper Co, se ocupará el 75 por ciento de mexicanos y el 25 por ciento de extranjeros, teniendo los primeros las mismas aptitudes que los segundos. c) Poner hombres al cuidado de las jaulas, que tengan nobles sentimientos para evitar toda clase de irritación. d) Todo mexicano en los trabajos de esta negociación tendrá derecho a ascenso según lo permitan sus aptitudes. e) La destitución del empleo del mayordomo Luís (nivel diecinueve). La empresa contestó ese mismo día, negando resolver el pliego a favor de los mineros e indicando que la suspensión de labores les colocaba en carácter de delincuentes (así como hicieron con Indalecio Pérez Morones por haberse puesto al frente de la lucha de la sección 278 del sindicato en la mina La Caridad, de Nacozari de García el pasado 14 de abril 2006), mientras no regresaran a la mina, la empresa no consideraría siquiera sus demandas; le pidió a la comisión que las pusieran por escrito y que esperaran. Las negociaciones no pasaron de ahí. Hubo un segundo pliego pero no consiguió nada tampoco. Interesante el hecho de que Greene, el dueño de la mina, encarara a los manifestantes, sus palabras podrían colocarse en la boca de cualquier empresario del Grupo México en la actualidad: “Él mismo había sido un minero como ellos y en sus minas se pagaban los salarios más altos del país. El trabajo a contrato no podía perjudicarlos, pues normalmente había escasez de obreros competentes; además, no podía impedirse, en justicia, que la compañía diera a contrato determinados trabajos.

También explicó que las minas contenían metales de baja ley, que requerían su extracción y procesamiento en gran escala, por lo que en el futuro se ocuparía gran número de operarios”, es decir, hiel hoy a cambio de miel mañana, lo mismo de siempre y, continuó diciendo que: “era imposible aumentar los salarios en las condiciones actuales, pues el resultado ‘natural’ sería el cierre de la empresa, mientras que la jornada laboral dependía de la naturaleza del trabajo, no podía ser homogénea. En cuanto a la designación de jefes, defendió el punto como una prerrogativa irrenunciable de ‘todas aquellas personas quienes, por medio de una gran inversión de capital y por el trabajo de muchos años, llegan a desarrollar una empresa manufacturera que ocupa tantos operarios como la de Cananea’. En fin, también hizo un recuento de todo lo que la compañía había proporcionado en materia de habitación, servicios, caminos, bienes de consumo y seguridad.[11] Se escuchaban gritos, silbidos, risas burlonas e interpelaciones. También el gobernador Izábal se dirigió a la multitud en tono paternal como regañando a un hijo: "Ustedes han hecho cosas que no pueden ser aprobadas por el gobierno. No pueden tener un lugar en este mineral matando y saqueando, mientras yo sea gobernador. Estoy aquí por sus intereses, y les garantizo que todos sus derechos serán respetados, pero primero debe haber ley y orden".[12] Momentos después, la hipocresía de Greene e Izábal se convertiría en balas. El grupo de huelguistas marchó a la ciudad y a su paso invitaba a los demás trabajadores a unirse al paro. La tensión podía cortarse en el aire. Algunos trabajadores de otras minas y centros de trabajo estaban reticentes a sumarse, pero la fuerza creciente de la manifestación les convenció. En las calles circulaba un volante que se presume, aunque no está comprobado, era distribuido por la Unión Liberal Humanidad: "Execración sin igual, que un mexicano valga menos que un yankee, que un negro o un chino, en el mismo suelo mexicano. Esto se debe al pésimo gobierno que da las ventajas a los aventureros con menoscabo de los verdaderos dueños de esta desafortunada tierra". La huelga se extendió a otras minas incluidas la planta Concentradora, la mina Veta Grande y la Fundidora. Se organizó una primera manifestación con mil 500 trabajadores que se congregó en un ambiente festivo frente a la comisaría y en espera de noticias, comentaban y discutían los sucesos. Es sintomático el hecho de que el presidente municipal diese la orden de cerrar las cantinas, de lo cual se puede deducir que en la efervescencia los trabajadores las usaron como puntos de congregación para tratar acaloradamente los acontecimientos de la huelga. Por supuesto, la patronal no se quedó con los brazos cruzados y preparó una ofensiva contundente para derrotar la huelga, con rangers armados, conexiones logísticas (venta de armas, transportación por ferrocarril de los rangers, ataque rabioso en la prensa) con el gobierno estatal y el beneplácito del gobierno federal a la represión mortal a los mineros y prohibiendo expresamente todo incremento salarial. La manifestación marchaba hacia la cabecera del poblado mientras tanto, pertrechados en automóviles, Greene con 30 estadounidenses armados, observaban el desarrollo de la manifestación minera. Llegando a una maderería en la que la mayoría de los trabajadores eran extranjeros, la multitud fue recibida con una lluvia de balas con un saldo de dos huelguistas muertos y varios heridos. “Ahí, los hermanos Metcalf, avisados telefónicamente, se dispusieron a evitar que sus empleados se sumaran a los paristas, cerraron las puertas y dirigieron la manguera contra incendios hacia la multitud. El baño de agua sobre sus ropas domingueras prendió más los ánimos y una andanada de piedras y palos cayó sobre las puertas. Un beligerante George Metcalf, conocido por su impaciencia y arbitrariedad, salió armado con un fusil y advirtió que si alguien intentaba pasar le dispararía. De pronto sonó un disparo, un huelguista cayó y la multitud se abalanzó contra el gerente Metcalf, quien fue asesinado con candeleros de minero. Su hermano Will y tal vez otros dos empleados dispararon en su ayuda, pero pronto fueron también muertos. El líder obrero, del que no sabemos su nombre, se quedó con el fusil de Metcalf, y algún huelguista, al descubrir a un estadounidense vendedor de alfalfa que casualmente había estado en la maderería, quiso aprovechar para quedarse con su reloj de oro. El líder, sin embargo, lo obligó a regresarlo y lo reprendió: ‘no somos ladrones, sólo queremos nuestros derechos’, le dijo.”[13] Aunque quedaron registros de saqueos a comercios, ante tal caos, es difícil pensar que no hubiese habido saqueos. La reacción de los mineros fue de una rabia desbocada respondiendo a las balas con piedras, matando a los hermanos George y William Metcalf, Conrad Kubler y a otro norteamericano llamado Bert Rusler. La confrontación no podía detenerse ahí, antes bien había llegado a un momento crítico de lucha frontal a muerte. Tras un breve repliegue, la patronal y sus matones se reagruparon y contra atacaron a balazos indiscriminadamente, usando balas expansivas despiadadamente, persiguiendo a la multitud que para entonces ya estaba dispersa corriendo agitadamente por las calles de la población. En total, las fuerzas del gobierno y la patronal se estima en 100 elementos, pero a diferencia de los huelguistas, estaban bien armados. La cárcel se fue llenando en cuestión de horas. Algunos huelguistas se protegieron en una sierra cercana, otros, antes de escapar incendiaron algunos depósitos de madera, semillas, forrajes y el edificio de la maderería. Es fácil imaginar el enorme incendio que se provocó, si consideramos que el fuego pudo ser visto desde la contigua población de Douglas, Arizona. “Por la noche la situación parecía controlada: las principales dependencias de la empresa estaban resguardadas por los empleados de la compañía, la policía reforzada patrullaba los barrios más populosos, disolvía las reuniones y tomaba nuevos rehenes entre los pobremente armados huelguistas. Greene, por su parte, esperando ya el arribo de algunos rurales procedentes de Ímuris, envió cerca de la medianoche un tren con destino a Puertecitos, pero en Buena Vista los mexicanos lo descarrilaron y sostuvieron una balacera durante media hora contra los cuatro estadounidenses enviados, quienes regresaron sorpresivamente ilesos. Esa noche, mientras en los barrios mexicanos se velaba a los muertos, los alarmados estadounidenses enviaron a sus mujeres e hijos a Bisbee en un tren especial. Llegaron alrededor de las 23 horas y sus versiones un tanto histéricas de lo ocurrido en el día, inflamaron todavía más los ánimos de la multitud ahí reunida.[14] El 2 de junio el cónsul de Estados Unidos en Cananea, exasperado, pidió ayuda inmediata a su país, lo cual explica la presencia de los rangers fuertemente armados que fueron transportados con la colaboración del gobernador de Sonora Rafael Izábal. Hacia la tarde, los mineros organizaron una segunda manifestación dirigiéndose al hotel donde se encontraba el gobernador, a fin de hacer manifiestas sus quejas, pero en el camino nuevamente fueron agredidos por los rangers, estableciéndose otra vez el combate generalizado, con más mineros muertos y heridos, con un saldo global de la lucha de 30 muertos y decenas de heridos de ambas partes, así como decenas de mineros presos, acusados de responsables de la agitación del movimiento, entre los que se cuentan a Calderón, Diéguez, Francisco M. Ibarra, entre otros, quienes fueron enviados inmediatamente a las mazmorras de San Juan de Ulúa. El 3 de junio el gobernador estableció la ley marcial en la población. El día 9 Greene informó a The New York Times que: “Una calma absoluta reina en Cananea. No se ha hecho o hará ningún cambio en los salarios pagados. El gobierno mexicano ha actuado pronta y eficientemente. Ochenta y cuatro de los cabecillas están ahora en la cárcel. Estos arrestos junto con la muerte de los principales líderes de la turba han restaurado la calma. Los hombres están regresando rápidamente y las minas podrían estar en marcha a toda su capacidad por el quince de este mes.” Mientras que El Heraldo de Cananea para pregonaba que "Aquí no existe más revolución que la del trabajo que abunda, la del capital que se duplica en grandes empresas y la que trae consigo toda la evolución progresista".[15] Mineros muertos, presos, heridos, muchos tuvieron que emigrar, la mayoría volvió a las minas conteniendo la rabia. La derrota de la huelga fue total. Como consecuencia se inyectaron ingentes cantidades de capital que renovaron tecnológicamente la planta productiva lo que llevó al cierre total de la mina entre octubre de 1907 y julio de 1908, sustituyendo significativamente la mano de obra, motivo por el cual, la contratación de extranjeros se redujo con el paso del tiempo. Al reanudar operaciones más del 80 por ciento era mano de obra mexicana. Los beneficios de los burgueses se multiplicaron en las siguientes dos décadas, incluso durante la revolución y en el ascenso del movimiento obrero que sobrevino en los años veinte. He aquí la importancia del desenlace de una huelga, donde se juegan so sólo el presente sino parte del futuro. León Díaz Cárdenas que escribió en 1936 su libro: "Cananea primer brote del sindicalismo en México", apoyado en folletos, artículos y libros del archivo de Enrique Flores Magón, describe así aquella lucha: "Los obreros, indignados, no podían repeler la agresión. Inermes, contestaban a los disparos con maldiciones y con piedras, trabándose una lucha desesperada y desigual, como que de un lado estaban el gobernador de Estado de Sonora –mexicano–, Rafael Izábal, que, como es de suponer, estaba de parte de los patronos norteamericanos, que había llegado a Cananea con cerca de cien hombres armados, las autoridades locales, los empleados extranjeros de la compañía y 275 soldados norteamericanos, que llegaron al mando del coronel Rining, que había cruzado la frontera a petición del propio gobernador Izábal, del otro lado estaban los cinco mil trabajadores de las minas de cobre. Hubo un tercer combate en el que nuevamente ofrendaron su vida los trabajadores, y, finalmente, perdieron los trabajadores, sometidos por las armas, por la amenaza que hiciera el jefe de las fuerzas represivas de enviar a los huelguistas a luchar en contra de la tribu yaqui y por el hambre, que se hizo insufrible. Las cárceles se llenaron de huelguistas, los dirigentes fueron condenados a sufrir quince años de prisión en el castillo de San Juan de Ulúa, la espantosa cárcel donde el porfirismo enterraba a sus víctimas.”El 6 de junio los dirigentes de la huelga fueron condenados a 15 años de prisión y a trabajos forzados en San Juan de Ulúa. En 1911, recobraron su libertad cuando ya era presidente Francisco I. Madero. “Baca Calderón y Diéguez volvieron a Cananea, donde el segundo fue elegido presidente municipal durante el maderismo. Más aún, en la posterior lucha contra el huertismo y contra los convencionistas, Manuel M. Diéguez se distinguió a tal punto que en junio de 1915 había alcanzado el grado de general de división y, en los años posteriores, fue jefe de Operaciones Militares y gobernador del estado de Jalisco (1917-1919). Sin embargo, esa fulgurante carrera se truncó en 1920 al permanecer fiel a Carranza durante la rebelión de Agua Prieta, y llegó a su fin en 1924 cuando se sumó a la rebelión de la huertista y perdió la vida. Baca Calderón, aunque no tuvo una carrera tan brillante, también llegó a general (brigadier, probablemente), fue diputado al Congreso constituyente, gobernador de su natal Nayarit y senador ya en la era del Partido Revolucionario Institucional.”[16]Como dato al margen, el destino del empresario Greene, el gobernador Izábal y el presidente municipal Filiberto Barros estuvo marcado por los acontecimientos de Cananea, ya que Greene perdió la confianza de los inversionistas y los otros dos, a la postre perdieron sus puestos

* Conclusiones

La clase obrera aprende de los acontecimientos y en especial de los grandes acontecimientos, no aprende de los libros y cada generación muchas veces tiene que recorrer el mismo camino. Es por eso que la vanguardia del movimiento debe hacer uso de la memoria histórica, para no empezar desde cero cada vez. Cananea fue un detonante que fue provocado por años de postración y acumulación de rabia, carencias y frustración, pero sobre todo, Cananea fue una manifestación de la ausencia de futuro. Como estaban las cosas, los mineros no podían esperar un futuro mejor para sus hijos. Más que la explotación, lo que hace detonar la lucha es la incertidumbre por en el futuro, tal como sucede ahora. La clase obrera es muy práctica y se orienta a lo que considera posible, tiene un sentido instintivo de mayoría, de unidad, de colectivización como reflejo de sus condiciones materiales de trabajo, el ser determina la conciencia, como dijo el viejo Marx. Pero hay periodos en los que la clase obrera aguanta, resiste, tolera, quiere confiar, quiere creer, trata de resolver sus carencias por la vía del máximo esfuerzo individual, haciendo horas extras, siendo buen trabajador, llegando a tiempo, cumpliendo con la cuota de producción, ¿y qué es lo que sucede? Las burocracias sindicales hacen negocio con las cuotas sindicales, venden migajas y concilian con el patrón quien a su vez, extiende la jornada, recorta puestos laborales, incrementa los niveles de productividad a costa de la intensificación del trabajo. Los trabajadores que se quedan intentan resistir y se establece una población flotante de subcontratados, no sindicalizados y mayoritariamente jóvenes, que cambian de trabajo incluso de semana a semana, el nivel de rotación de personal en las empresas es altísimo. Hoy día existe el balón de oxígeno de la migración y de la economía ambulante que se agotan, se reducen cada día. Pero todo tiene un límite, de no existir, la revolución no sería posible, pero no es así, hay un límite físico y moral a la explotación que en determinado momento tiene un impacto en la psicología de las masas. Es entonces cuando pasan a la acción, como explica Trotsky, la revolución se da cuando las masas hacen política para tomar su destino en sus propias manos. Hay una explosión de rabia contenida que estalla sin un plan preconcebido ni una claridad total de lo que se quiere y cómo conseguirlo. Si la clase obrera tuviese claro el programa acabado y los métodos correctos de la estrategia y táctica de la lucha de clases, no existiría la necesidad del partido revolucionario, pero no es así. El pragmatismo y sentido común de la clase obrera es necesario pero insuficiente. De forma tal que la ausencia de un partido marxista de masas explica la enorme lista de derrotas del movimiento obrero en el mundo entero a través de la historia. Sin embargo, debido a su realidad, la clase obrera no puede esperar pacientemente, pasivamente a que se desarrolle un partido revolucionario, es entonces que el movimiento obrero resurge como el Ave Fénix, desde las cenizas, la burbuja de tensiones se pincha a veces con cualquier hecho, cualquier “accidente” abre la compuerta de la presa y el agua inunda todo a su paso. En el caso de Cananea fue el empleo “sujeto a contrato”, en el actual movimiento minero fue el “factor Pasta de Conchos”. La acumulación cuantitativa tiene manifestaciones cualitativas que ante la presencia o no de una dirección con la claridad política y la capacidad organizativa necesarias, deriva o bien en derrotas ó victorias en la lucha. En esencia las motivaciones que detonaron la huelga de Cananea se explican es estos términos. Las derrotas suelen enseñar más que las victorias y sin duda, Cananea nos deja la lección de que la lucha no se debe improvisar, que habrá estallamientos “espontáneos” en muchos puntos del país y la unidad es la clave para evitar su derrota. En 1906 no había sindicatos, a lo mucho, mutualidades, hoy tenemos sindicatos pero están secuestrados por direcciones burocratizadas, por tanto hace falta rescatarlos, transformar los sindicatos en un instrumento de lucha, para lograrlo, es necesario democratizarlos, lo mismo aplica para el PRD. Es necesario construir un partido marxista e masas a partir de las organizaciones tradicionales del movimiento obrero, los sindicatos y el PRD. Los historiadores burgueses intentan vilmente desvirtuar la huelga como una “aventura” donde un “puñado de bandoleros” saqueó la sacrosanta propiedad privada; un acontecimiento donde “reinó la anarquía” y la incapacidad del Partido Liberal que se vio “sorprendido” y “rebasado”. La historia la hacen las masas pero suelen escribirla los vencedores a su conveniencia. El PLM tenía límites e hizo lo que pudo. Por eso es importante analizar los hechos de Cananea desde la visión de nuestra clase obrera y a la luz de la actualidad y perspectivas del movimiento obrero. Cananea debe estar presente en la memoria de todo activista comprometido con la lucha por la construcción de organización proletaria. El papel de la clase obrera es colosal, sin el permiso de la clase obrera la sociedad no se mueve, no rueda una llanta, no suena un teléfono, no enciende un foco, no cae una gota de agua del grifo, no se transporta un pepino. A diferencia de 1906, ahora la población es aplastantemente urbana y joven, esto es un factor determinante que se expresará sin duda alguna. Habrá enormes luchas en las calles tras el fin de la luna de miel con AMLO. Otra diferencia es la velocidad de comunicación. Los magonistas se comunicaban postalmente, pasaban semanas entre carta y carta, la dimensión del tiempo era distinta, a Cananea sólo se podía llegar a caballo y por tren sólo través de Estados Unidos. Ahora la clase obrera tiene acceso a más tecnología, existe Internet, la telefonía celular, etc. En las capas más avanzadas se conocen los procesos generales de otros países, las luchas de Venezuela, Bolivia, Francia, Europa, Asia, Medio Oriente. La clase obrera mundial se está moviendo, hay que aprovechar la etapa histórica porque no será indefinida. El sentimiento de pertenencia a algo superior se traduce desde lo micro a lo macro y viceversa, desde el grupo de la línea de producción hasta la pertenencia a una clase de implantación mundial. El socialismo es internacional o no es. Por eso los marxistas construimos una organización Internacional. La humanidad ha ingresado al periodo más convulsivo de la historia. Una sacudida tras otra está agitando el sistema hasta sus cimientos. La situación mundial se caracteriza por una extrema inestabilidad, que es un reflejo del callejón sin salida del sistema capitalista a escala mundial. El mundo está hundido en una vorágine de conflictos, guerras y terrorismo. Las tendencias contrarrevolucionarias en la actual situación mundial son obvias. Son una expresión de un sistema socioeconómico que ha superado su utilidad histórica, que se ha convertido en una barrera para el progreso humano y que lucha por mantenerse. La consigna de Socialismo ó Barbarie es más vigente que nunca. En Militante nos estamos preparando teórica y organizativamente para enfrentar los acontecimientos con la superioridad de la previsión sobre la improvisación. Tenemos confianza en nuestra clase obrera, somos optimistas y depositamos nuestro esfuerzo de hoy en la confianza en un futuro socialista.

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México D. F. Abril de 2006 Para contactar info@militante.orgEsta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesitas tener Javascript activado para poder verla

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Nota: la mayoría de las fotos de la huelga de Cananea fueron obtenidas de: http://www.eduardo.quezada.net/historia/cananea.htm

http://www.cananea.com/Historia/MARTIRES1906.htm

www.marxismo.org/?q=taxonomy/term/66&from=15

http://www.jornada.unam.mx/

www.notimex.com.mx

http://es.wikipedia.org/wiki/Portada

[1] De hecho a lo largo de un siglo murieron cientos de mineros y cientos más resultaron lesionados en diversos accidentes laborales en varias minas, algunos ejemplos: La primera tragedia minera del carbón en Coahuila ocurrió el 31 de enero de 1902. En El Hondo, municipio de Sabinas, perecieron 200 trabajadores. El 31 de marzo de 1969 un estallido en las minas de Barroterán, Coahuila, mató a 153 mineros. El 25 de enero de 1988 una explosión en la mina Cuatro y Medio de Villa Las Esperanzas en Múzquiz, dejó 39 muertos y 19 lesionados. El 29 de septiembre de 2001, 12 mineros perecieron a consecuencia de una explosión en la mina La Morita, municipio de San Juan de Sabinas. El estallido fue producido por exceso de gas metano acumulado en un pozo de 45 metros de profundidad. El 23 de enero de 2002, 13 trabajadores fallecieron en el pozo de carbón La Escuelita en Múzquiz, luego de que quedaron atrapados en una mina cuando se produjo un derrumbe e inundación de las galerías, a 65 metros de profundidad. También, el Grupo Acerero del Norte informó, sin especificar el período, que mil 552 mineros han perdido la vida en la explotación del carbón en diversas minas del país, ya que las altas concentraciones del gas grisú, presentes en esta actividad minera, han sido el origen de múltiples explosiones, incendios y asfixias de trabajadores. (La Jornada del 250206)

[2] Muchas organizaciones e individuos sucumbieron a la desesperación, simplemente yéndose a sus casas ó pasándose al sectarismo ultra izquierdista ó al reformismo parlamentario, adaptándose por activo o por pasivo a las burocracias del PRD, los sindicatos y la tristemente célebre dirección del EZLN, cuya “Otra campaña” está condenada a un rotundo fracaso. Qué cierto es aquello que diría Lenin respecto a que el ultra izquierdismo es la penitencia que el movimiento paga por los pecados del reformismo; si hubiesen defendido un programa socialista con los métodos de independencia de clase, desde 1994 la unidad PRD-EZLN podría haber derribado el capitalismo en este país, no una vez sino diez veces, la fuerza de masas existía de sobra, lo que ha hecho crisis es la política colaboracionista y sectaria de las direcciones de ambas organizaciones. A pesar de eso, si AMLO no hace alguna locura desproporcionada, el PRD ganará la presidencia en julio.

[3] Portal Minero/ Internet.

[4] El Economista/Termómetro

[5] Como encargado de su organización, el Coronel Ignacio Henríquez formó seis “batallones rojos”. El primero lo integraron los obreros de la Fábrica Nacional de Armas y el segundo los de la Federación de Obreros y Empleados de la Compañía de Tranvías de México. Por su parte, los sastres, canteros, obreros de la industria textil, yeseros, “fundidores de piedra artificial” y zapateros, formaron el tercero. El cuarto batallón se integró con los trabajadores de los sindicatos de pintores, tipógrafos, cocheros, mecánicos y herreros, carpinteros, foliadores, plomeros y hojalateros, curtidores, encuadernadores y modelistas y moldeadores. Finalmente, los batallones quinto y sexto fueron integrados por los maquinistas, albañiles y molineros de nixtamal. De esa forma, convencidos por sus dirigentes de que la facción constitucionalista representaba ‘el porvenir de las agrupaciones obreras y del pueblo en general’, los obreros de la COM (de tendencia anarquista) estuvieron listos para entrar en combate contra los villistas y zapatistas, a quienes identificaron como ‘aliados y representantes de la burguesía y el clero’, es decir, de la ‘reacción’. No tuvieron que esperar mucho tiempo; a principios de abril (1915), el batallón número 1 lo hizo en El Ébano, San Luís Potosí, donde se enfrentó con Los Dorados de Villa. Entre abril y septiembre de 1915, los soldados de la COM participaron en la Revolución. Sus intervenciones más significativas estuvieron a cargo de los batallones 1, 3 y 4.Una vez desplazados en el frente que les asignaron, en la primera semana de abril, los obreros de la Fábrica Nacional de Armas entraron en combate. Integrados a las fuerzas de Manuel Cuéllar, participaron en la batalla de El Ébano, S. L. P. (zona petrolífera importante), donde después de varias semanas fueron derrotadas las fuerzas villistas, encabezadas por Tomás Urbina. Al tiempo que sus compañeros combatían en El Ébano y con el objetivo de auxiliar a las tropas de Obregón –que se encontraban en gran desventaja frente a los 40 mil soldados de la División del Norte, comandadas por Villa–, los trabajadores de los batallones 3 y 4, al mando de José Ríos y José Méndez, respectivamente, eran movilizados hacia El Bajío. El 13 de abril de 1915, bajo la dirección de Obregón, entablaron la segunda batalla de Celaya, en la cual se impusieron nuevamente los constitucionalistas. Fue tan considerable el número de bajas, el de prisioneros y el de armas y pertrechos arrebatados a la División del Norte, que Villa y sus “dorados” ya no se pudieron recuperar. Este combate marcó el comienzo de su desintegración. http://www.uom.edu.mx/trabajadores/27memoria.htm

[6] Gilly, Adolfo. La revolución interrumpida. Ediciones El Caballito. Primera edición julio 1971. Página 22

[7] Idem. Página 40.

[8] Los intentos de usar a otros trabajadores para requisar las huelgas es una práctica habitual de la burguesía, lo han hecho y lo intentarán en el futuro. Debemos prepararnos para agitar la conciencia de los compañeros que, movidos por la necesidad, se ven presionados a ser usados por la patronal para romper la huelga. Esta situación fue retratada magistralmente por Emile Zola en su novela Germinal (1885). La novela es una dura y realista historia sobre una huelga de mineros en el norte de Francia en la década de 1860 y que fuera llevada al cine en 1993 bajo la dirección de Claude Berri y protagonizada por Gerard Depardieu. Sería de gran utilidad que los compañeros mineros y en general los trabajadores y jóvenes, lectores de Militante, tras haber estudiado este documento, se reunieran a ver la película Germinal, analizaran su situación y trabajaran para organizarse dentro de su sindicato para transformarlo en un instrumento de lucha.

[9]http://www.hemerodigital.unam.mx/ANUIES/colmex/estud_soc/ene-abr98/estud...

[10]http://www.hemerodigital.unam.mx/ANUIES/colmex/estud_soc/ene-abr98/estud...

[11]http://www.hemerodigital.unam.mx/ANUIES/colmex/estud_soc/ene-abr98/estud...

[12] Idem

[13]http://www.hemerodigital.unam.mx/ANUIES/colmex/estud_soc/ene-abr98/estud...

[14] Idem

[15]http://www.hemerodigital.unam.mx/ANUIES/colmex/estud_soc/ene-abr98/estud...

[16]http://www.hemerodigital.unam.mx/ANUIES/colmex/estud_soc/ene-abr98/estud...

Teoría Marxista: